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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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Iglesias no denominacionales: ¿Iglesias sin nombre?





             Uno de los últimos movimientos surgidos en el crisol del protestantismo moderno, sobre todo de corte evangélico y pentecostal, son las de las llamadas iglesias no denominacionales, que no desean ser conocidas por un nombre en concreto, sino simplemente llamarse cristianos. 

            Pero también por iglesias no denominacionales se entiende la idea de formar congregaciones sin adherirse a un conjunto de ideas, métodos o doctrinas de algún grupo existente o movimiento en particular. Tan solo se hacen llamar cristianos, rechazando toda clase de etiquetas que los relacionen con grupos religiosos conocidos. Pero por lo general quienes abogan por este sistema de religiosidad casi siempre son de signo protestante de nuevo cuño, sea evangelista o pentecostal. Además suelen estar liderados por pastores independientes que saliendo de forma voluntaria de sus anteriores cultos, o al ser rechazados por su conducta o por otros motivos, se ven impulsados a promover un ministerio lejos de las “ataduras doctrinales”, “morales”, “normativas” y económicas de las denominaciones.

            Los defensores de este modo de cristianismo, piensan que el no tener un nombre o denominación religiosa, les libera de estar atados a una estructura u organización, algo que según afirman carecía el cristianismo original donde no observan las típicas de estructuras gubernamentales o clericales de muchas iglesias, tanto es así que según afirman ellos, los primeros seguidores de Jesús no tenían nombre o denominación, simplemente se hacían llamar Cristianos. 

            Pero precisamente lo que olvidan quienes hacen ese tipo de afirmaciones, es que el llamarse cristianos en el primer siglo era una forma de nominación. En el libro histórico de Hechos de los apóstoles, se registra el momento en el que ese título “Cristianos” surgió. Pero también muestra que no era esta la denominación que los seguidores de Jesús tenían al principio, de hecho se registra lo siguiente:  pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que, si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar presos a Jerusalén. (Hechos de los apóstoles 9:2) No se explica bien de donde procedía ese título, “El Camino”, pero según el contexto, no parece casual que el escritor del libro de Hechos les colocara esa expresión como título. La expresión griega que se traduce como Camino es “hodos” , e indica metafóricamente, una manera de proceder, de pensar o de dirigir la vida, por lo que parece que no era un nombre dado desde el exterior, es decir no fueron sus enemigos quienes les pusieron ese nombre, sino ellos mismos hacían llamar así a su religión, para diferenciarla de la de los judíos. Al parecer ese nombre se siguió utilizando durante algunas décadas, se hace referencia a este hecho cerca del año 60, cuando se habla de un disturbio por causa de los del Camino, con cierto platero que hacía imágenes para veneración (Hechos 19:23).

            Sin embargo poco tiempo después de mencionarse por primera vez lo del Camino, en el año 46 se empezó a utilizar otro término. Y fue desde Antioquía donde se decidió ser conocidos con otro nombre: Así sucedió que por un año entero se reunieron con ellos en la iglesia y enseñaron a una muchedumbre bastante grande, y fue en Antioquía donde a los discípulos se les “llamó por providencia divina” por primera vez, cristianos. (Hechos de los Apóstoles 11:26).

            Esta vez, si se dan pistas de las razones por las cuales se escogió el nombre “Cristianos” o “Mesiánicos” (en hebreo), pues de alguna manera la expresión griega que algunas traducciones vierten sencillamente llamar o nombrar, tiene un significado más profundo. El término Kjrematismó, indica respuesta divina o llamada divina, es un término relacionado con la consulta a un oráculo y la subsiguiente respuesta. Por lo cual las traducciones bíblicas que incluyen la expresión “por providencia divina o por revelación divina se les llamó Cristianos”, aciertan y nos muestran que la decisión de llamarse cristianos no fue caprichosa, ni se la colocaron los enemigos, sino que ellos mismos fueron, posiblemente bajo oración. 

            Con lo cual queda claro que la religión iniciada por Cristo si era denominacional, no era importante en si utiliza el término “El camino” o “Cristiano”, pues ambos indicaban el sentido que tenía su religión para ellos, con el tiempo, este último fue el que los identificó de forma clara. Sin embargo el término cristiano que todos los movimientos surgidos de aquellos primeros defienden como suyo, ahora ya no identifica nada, salvo para un observador de fuera, como un islámico, budista o hinduista. Dado que hay tantas religiones llamadas cristianas, fue necesario que los diversos movimientos adquirieran una denominación que los identificara y diferenciara de los demás, aunque dentro de sus definiciones estuviera la de cristianismo. 

            Es curioso, pero en el transcurso de este estudio se puede observar como en la gran mayoría de las religiones que hemos tratado, sus iniciadores rechazaron ser llamados de alguna manera en particular, sencillamente se identificaban como cristianos, porque en realidad lo único que los movía era volver a las fuentes del cristianismo, sin embargo, todas con el tiempo se han visto obligadas a adoptar un nombre que las diferenciara de las demás.

            Desde la década de los sesenta y setenta del siglo XX, han ido surgiendo iglesias que sin embargo en su propios centros religiosos se niegan a aceptar se catalogados en alguna rama o denominación. Esas iglesias que hoy día se auto definen como no denominacionales, lo que en realidad rechazan, no es tanto lo doctrinal con respecto a las enseñanzas básicas del protestantismo, es decir todas ellas aceptan la trinidad protestante, el infierno, el alma inmortal, practican el diezmo y algunos métodos de enseñanza. 

            Sin embargo lo que realmente buscan no es tanto volver a las raíces, de lo contrario cambiarían algunos postulados para adecuarse más al cristianismo original, más bien ansían independencia. La pregunta sería, ¿Independencia de qué o para qué? Por ejemplo cierto pastor de una determinada iglesia pentecostal, por poner un caso, de Asambleas de Dios, cierto día le da por formar una nueva iglesia, en este caso no quiere lazos que la relacionen con Asambleas de Dios, sin embargo copia los métodos de la anterior, incluso tomando libros, videos, música y rituales de esta iglesia, busca entonces un local adecuado y coloca su letrero “Iglesia no denominacional” o simplemente Iglesia cristiana. Estos grupos consideran que adoptar un nombre o una denominación específica que las ligue a una iglesia en particular hace perder de vista a las personas la importancia de que la fe se centre sólo en Cristo y en sus enseñanzas, interpretadas por el Espíritu Santo. De esa manera cuando se les pregunta por qué no tiene nombre su iglesia y solo se llama iglesia cristiana, responden: El titulo de cristiano es suficientemente identificativo, las personas piensan que el hecho de pertenecer a alguna denominación cristiana en particular, los podría hacer salvos pero solo en Cristo se puede ser salvo, y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos".  Sin embargo, eso lo afirman todas las iglesias cristianas. ¿Que las diferencia de las demás? La característica principal es que en estas congregaciones, las enseñanzas que se imparten, no se etiquetan ni se definen con un título o calificativo doctrinal, es decir no tienen que ser enseñanzas aprobadas por otras iglesias o concilios institucionales, sino solo en la Biblia. Aunque reconocen que utilizan los medios comunes a todas ellas para interpretarla o darle sentido a su mensaje, pues no queda claro que indaguen por su cuenta en las escrituras, de lo contrario pronto se abrirían brechas que las diferenciarían notablemente de los credos tradicionales que no se encuentran directamente en la Biblia. Siendo eso así, si se les pregunta entonces bajo que superintendente o presidente distrital está constituida su iglesia, estos responden que bajo ninguno. Si se les pregunta qué tesorero distrital administra y auditoriza sus diezmos y cuentas, lógicamente responden que no dan cuentas a nadie salvo a ellos mismos.  

            Con lo cual se descubre un nuevo transfundo en la razón de muchas de esta iglesias independientes, y el verdadero sentido que algunas de ellas tienen, y es que cualquier pastor expulsado de una iglesia por la razón que sea, se autonombra pastor en otro sitio y monta una nueva iglesia a la que para no adquirir compromisos con otras, sea por voluntad o por no poder hacerlo, la hace como iglesia independiente, no denominacional. Si este tiene suficiente carisma y atracción puede arrastrar de muchos seguidores y convertirse en un pastor estrella, recibe buenas dádivas y diezmos de sus feligreses y empieza a avanzar. Se dice que en EEUU, las iglesias no denominacionales e independientes conforman el grupo más grande de creyentes, con más de 12 millones de adherentes, según cierto informe. 

 Entre estas iglesias destaca la de Lakewood Church, en Houston - Texas, fundada en 1959 por John Osteen, un anterior ministro de la Convención bautista del Sur. En 1958 Osteen dio un giro más carismático a su ministerio acercándose a los postulados y métodos de las iglesias pentecostales, se convirtió en tele evangelista y en 1959 dio inicio a su centro religioso, ahora su hijo Joel Osteen, continua aquella labor. Tan solo esta macro iglesia reúne semanalmente a más de 43.000 personas. Otro ejemplo es la iglesia conocida como Bread of Life Ministries, una de las muchas Iglesias de Filipinas sin denominación, cuenta con miles de miembros y varios templos, está claro que estas iglesias sin denominación pronto se convierten en una organización, controlada y dirigida por algún pastor carismático. Algunas iglesias hoy día con millones de seguidores empezaron como iglesias independientes o iglesias celulares y con el tiempo se han convertido en verdaderos imperios religiosos.

            Pero existe un peligro inherente a este hecho, es que estos pastores se sientan atraídos, más que por aclarar el verdadero camino, simplemente por buscar seguidores e imitar el éxito de los que ya lo han conseguido. 

            Otra cosa son los intereses detrás de toda esta explosión de nuevos cultos independientes, no se puede generalizar, pero en muchos casos hay pastores que tan solo montan este tipo de iglesias para beneficio propio, para poder vivir de ello, sin tener que rendir cuentas a una organización, a una dirección general o agrupación de iglesias, lo cual les lleva a enriquecerse a costa de sus feligreses y vivir de su ministerio, en algunos casos cómodamente, sin contribuir a la limpieza y unidad del cristianismo. 

Para encontrar más información sobre las diferentes iglesias no denominacionales y su crecimiento y efectos en el pensamiento religioso actual, puede encontrar más información en el libro El trigo ahogado tomo V, el cual cierra la obra.