Desde el tiempo en que se dice que recibieron espíritu santo, era normal el uso de pruebas relacionadas con el don de hablar en lenguas y profetizar. Al principio era claro el propósito de esto no era otro que llegar de forma fácil y rápido con un modo impactante de llamar la atención y de alcanzar a otras personas hablando idiomas que en esos tiempos era difícil acceder de forma rápida.
Se hablaba de los "Dones del espíritu, los mas importantes eran aparte de hablar en lenguas y profetizar, el hacer curaciones, entendimientos especiales, traducción de lenguas etc. Pablo enumeró hasta 8 diferentes tipos de dones, aunque estas estaban reguladas y se trataba de evitar los extremos, (1 Corintios 12:7-11; 14:22-33)
Los "Dones milagrosos continuaron varias décadas después, aunque el mismo apóstol Pablo indicó que iban a desaparecer cuando la congregación tuviese lo completo, haciendo referencia a toda la escritura revelada o el conocimiento completo, (1 Corintios 13:8-13). Estos dones no necesariamente debían ser prueba inmutable del verdadero cristianismo, tal como también lo destacó el mismo Jesús, ( Mateo 7:21,22) y parece que efectivamente con el paso del tiempo fueron desapareciendo, aunque por los datos aportados, se mantuvieron todavía en los inicios del siglo II, más adelante no obstante, lejos de aglutinar al cristianismo, los llamados dones del espíritu, se convirtieron en controversia y desunión.
Se hablaba de los "Dones del espíritu, los mas importantes eran aparte de hablar en lenguas y profetizar, el hacer curaciones, entendimientos especiales, traducción de lenguas etc. Pablo enumeró hasta 8 diferentes tipos de dones, aunque estas estaban reguladas y se trataba de evitar los extremos, (1 Corintios 12:7-11; 14:22-33)
Los "Dones milagrosos continuaron varias décadas después, aunque el mismo apóstol Pablo indicó que iban a desaparecer cuando la congregación tuviese lo completo, haciendo referencia a toda la escritura revelada o el conocimiento completo, (1 Corintios 13:8-13). Estos dones no necesariamente debían ser prueba inmutable del verdadero cristianismo, tal como también lo destacó el mismo Jesús, ( Mateo 7:21,22) y parece que efectivamente con el paso del tiempo fueron desapareciendo, aunque por los datos aportados, se mantuvieron todavía en los inicios del siglo II, más adelante no obstante, lejos de aglutinar al cristianismo, los llamados dones del espíritu, se convirtieron en controversia y desunión.
