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Orígenes de los Testigos de Jehová

Para buscar el origen de este movimiento cristiano, tan separado y distante de todos los demás, tenemos que hacer un repaso a varios personajes que de alguna manera pusieron su granito de arena en el desarrollo doctrinal y de enseñanza de los Testigos de Jehová. Algunos de los que han escrito sobre estos, sencillamente se limitan a afirmar que fue una escisión más de los adventistas, pero eso sería simplificar demasiado la cuestión, puesto que hay más envuelto.

Bien es verdad que el mismo Charles Taze Russell, a la postre el iniciador de esta confesión religiosa, afirmó que tenía mucho que agradecer a la iglesia adventista, él sin embargo, nunca llegó a ser adventista. Y en realidad, los testigos tienen muy pocas cosas en común con los adventistas y la mayoría de los miembros no salieron de entre ellos, sino se alimentaron de elementos descontentos de varias confesiones protestantes de la época. La base doctrinal de los primeros estudiantes de la Biblia, como se llamaban en un principio, tuvo casi desde sus inicios cuatro pilares básicos: rechazo a la doctrina de la predestinacion calvinista, la no creencia en un alma inmortal, rechazo a la existencia del infierno, y la negación de la trinidad. Después llegarían más, pero sobre estas bases, en algunos casos muy alejadas de las creencias de la mayoría de las iglesias protestantes, se sustenta la enseñanza que tanto separa a Testigos de otras confesiones cristianas. 

En primer lugar, aquella convulsa época, llena de inquietudes religiosas, hacía que por doquier surgieran grupos o personajes que afirmaban encontrar la verdad revelada, tal como se explicó al inicio de este tomo, era parte de alguna manera del proceso de discurrir del cristianismo en busca del verdadero conocimiento. Así surgirían doctos, maestros que de alguna manera libre, otras bajo el auspicio de otras confesiones establecidas, trataban de dar explicación y un giro total a doctrinas fuertemente atrincheradas.

Henrry Grew

Tenemos el caso de Henrry Grew, proveniente de la iglesia bautista, para 1835 redactó un folleto en el que puso de manifiesto que las enseñanzas de la inmortalidad del alma y el fuego del infierno no son bíblicas. Algo parecido a como lo pensaba John Thomas, fundador de los cristadelfianos. Grew también rechazó otra doctrina que hasta ese tiempo se consideraba intocable para casi todas las confesiones cristianas de la época, el concepto de la Trinidad.
 



<-------Henrry Grew, nació en 1781 en Birmingham, Inglaterra. En 1795 a la edad de 13 años viajó rumbo a Estados Unidos, con su familia a través del Atlántico. Llegando a Providence el 8 de julio de 1795. Sus padres al parecer formaban parte de una expedición bautista tardía, eran además personas muy religiosas, que inculcaron en este, amor por la Biblia. En 1807, a la edad de 25 años, Grew que para entonces había hecho progresos en su iglesia, se le invitó a servir de pastor de la Iglesia Bautista de Hartford en Connecticut.

Su gran celo por mantener la limpieza moral y espiritual de su iglesia, lo hizo tomar a menudo decisiones que en otras confesiones no se atrevían a tomar, como en el tema de la expulsión formal de miembros que practicaban o vivía relaciones adulterinas. También deseaba que solo aquellos que sentían el deseo de servir en su religión, y que fueran bautizados se ocuparan de las tareas de esta, como el manejo económico para el sostenimiento de la parroquia y otras tareas dentro de la Iglesia, cosa que para ese tiempo, las efectuaban personas ajenas, no bautizadas, con sospechosos intereses. Pero debido a que algunos de estos a los que el desautorizó, al parecer tenían cierto poder e influencia en la Iglesia, esto le acarreo problemas. El se mantuvo firme y no quiso ceder al chantaje, pues consideraba importante el que se mantuvieran separados del mundo, y no ejercieran poder sobre su iglesia personas que solo buscaban prominencia y en algunos casos pasar el rato, y pensaba que el que estos ejercieron cierto control por sus votos en ciertos asuntos en las que se pedía opinión de los miembros, corrompería a la iglesia. Aquello supuso la ruptura con la iglesia bautista en 1811, cuando se le instó a abandonar su labor como pastor y miembro. Pero no se fue solo, hubo otros miembros que veían también las cosas como el, que le acompañaron en su separación de la iglesia bautista.

Así junto a Henrry Grew, un pequeño grupo empezó a estudiar la Biblia, decididos a conformar su vida y sus actividades al consejo divino. Por medio de estos estudios, la agrupación no tardó en comprender algunas doctrinas de manera diferente a como se las habían enseñado en su anterior iglesia, pero no solo de esta sino de la gran mayoría de las que conocían. Así, por ejemplo, ya en 1824, Grew escribió una refutación bien razonada con respecto a la Trinidad, pues no entendía detalles bíblicos, como el que Jesús no supiera cosas que Dios si conocía, como la fechas del fin de los tiempos, tal como se menciona en el evangelio de Marcos 13:32. 

Muchos de los escritos de Henrry Grew, salieron a la luz precisamente en esa década de los cincuenta, poco tiempo antes de su muerte en 1862. Pero su labor, en lo relacionado con la refutación de ciertas doctrinas, y la restauración de otras, ejerció una influencia durante los años posteriores. Hasta el grado de movilizar a muchos ministros religiosos de diferentes confesiones.

George Storrs

Uno de estos fue un ministro metodista llamado George Storrs, quien en 1837, encontró en un tren uno de los primeros folletos publicados por Grew relacionados con el estado de los muertos. Aquel folleto llegó tanto al corazón de Storrs que empezó una investigación bíblica que le llevó a abandonar la iglesia metodista.

George Storrs, nace en 1796 en New Hampshire, Nueva Inglaterra, desde los 19 años perteneció a la Iglesia congregacional. Pero a la edad de 28 años ingresó en la Iglesia Metodista Episcopal, la que aceptaba obispos, en esta se convierte en predicador. En 1825 Storrs se unió al concilio New Hampshire Conference y se convierte en un hombre muy apreciado por varias iglesias metodistas y con mucha influencia en los concilios. 

En 1837, durante un viaje en tren, halla una copia de un escrito de Henry Grew, donde trata sobre las doctrinas del condicionalismo, la no-inmortalidad del alma, y el infierno. Aquello marca definitivamente el rumbo de sus estudios, y en los siguientes tres años hace una profunda investigación sobre el tema, quedando convencido de que Grew, estaba en los cierto. Pero en ese periodo de tiempo, procura mantenerse cauto y solo habla de estos asuntos a ciertas personas de confianza y de su entorno. No obstante, tres años después, en 1840 renuncia a su iglesia, pues según el comprendía, no podía servir a Dios con la conciencia limpia, en una iglesia equivocada en las doctrinas. Además de lo doctrinal, discrepaba con su iglesia en sus conceptos sobre la esclavitud, la cual era permitida por un gran sector sureño de la iglesia metodista episcopal. Entonces se traslada a Albany, en New York, desde donde se dedica a profundizar en sus estudios de la Biblia, a fin de descubrir las verdades escondidas en ella, como más tarde reconocería, todavía quedaba mucho por hacer, sobre todo cuando dijo: Debemos recordar que acabamos de salir del oscurantismo de la Iglesia, y no debe sorprendernos si encontramos que aún llevamos puestas algunas 'prendas babilónicas' como si fueran la verdad"(The Bible Examiner, 1847).

En 1843, funda la revista The Bible Examiner que fue publicada hasta 1879, año de su muerte, aunque para ese tiempo su vida religiosa había dado varios giros. En ese intervalo de tiempo, llega a tener contacto con William Miller y Joshua V. Himes, con quienes mantiene una buena relación y comparte hasta cierto grado algunas doctrinas, entre otras, la esperanza de un Reino milenario literal en la tierra. Pero abandonó ese camino tras los fracasos de las fechas y por otro lado, predicó entre ellos sus tesis sobre la no inmortalidad del alma y estas tuvieron buena acogida por parte de algunos milleristas y los posteriores adventistas. A Storrs sin embargo, no le gustaban algunas doctrinas presentes todavía en los milleristas, por ejemplo no aceptaba la enseñanza adventista de que Dios resucitaría a los inicuos con el único propósito de volver a darles muerte, puesto que ellos entendían que la resurrección que menciona Jesús al hablar de resurrección de justos e injustos, (Juan 5:28), en el caso de estos últimos era para juicio y eso significaba que era para ser juzgados negativamente y condenados por sus actos. Pero Storrs no veía ningún apoyo bíblico para tal acción inútil y vengativa de parte de Dios, concluyó que ese juicio no se refería a una destrucción directa sino a una segunda oportunidad para aquello injustos que morían en ignorancia. Eso llevó a Storrs a irse al extremo de afirmar que los inicuos impenitentes no resucitarían nunca, pues no merecían esa oportunidad. Tampoco gustaba la idea aceptada por adventistas sobre la destrucción del mundo por fuego y sin ninguna esperanza de vida eterna para quienes mueren en ignorancia. Sin embargo, no fue hasta 1844, tras el fracaso de las expectativas milleristas, que abandona el movimiento e intenta desarrollar sus estudios, a grado más completo. Se dice que formó su propio grupo adventista, llamado Unión de la vida y del Advenimiento, con ciertas relaciones con los segundo adventistas. Pero con ciertas nociones que los hacían diferentes, entre otras, la practica de la celebración de la Cena del señor, una vez al año coincidente con el 14 de Nisán judío.

En ese mismo año de 1844, conoce personalmente a Henrry Grew, el escritor del folleto que encontró en el tren, lo conoce en Philadelphia, donde se había mudado. Desde entonces colaboran en el estudio sobre el alma, el infierno, la trinidad y debatieron con ministros de diversas confesiones en sus respectivas revistas, The Bible examiner de Storrs y The world crisis, de Grew. Storrs. Influenciado ahora por Grew, denuncia muchas doctrinas que los adventistas iban introduciendo, entre ellas las del sábado sagrado. Y con esta colaboración, fueron consiguiendo cada vez más partidarios de sus ideas, a la vez que detractores, no solo entre los adventistas milleristas, sino desde los segundo adventistas, por ello, es difícil identificar a este investigador bíblico con una religión en particular. Así por ejemplo, se unió a ellos, un prominente medico y maestro de escuela, llamado George Stetson, proveniente de una familia asentada en Pennsylvania desde 1634. Al principio tuvo contactos por medio de la revista de Storrs, Bible Examiner, de la que se convirtió en un asiduo lector. En 1861 envió una cuestión, aparecida en la revista "The world crisis", dirigida por Henrry Grew, relacionada con la naturaleza de Cristo. En esta cuestionaba si el tipo de muerte y resurrección en espíritu, por parte de Jesús, tenía que ver con la forma en que muere y resucita inmediatamente el hombre. La respuesta dada por Grew, en la que detallaba la diferencia entre la resurrección del Cristo con la del hombre, fue tan clara, que convenció Stetson, quién desde entonces se unió a la causa. 

Jonas Wendell

Jonas Wendell, nació en 1815 en Edimboro, Pennsylvania. En la década de los cuarenta se unió al movimiento milenarista de Miller y con el tiempo se convirtió en un entusiasta predicador adventista. Aunque pasó por periodos de desánimo y alejamiento, como ocurriera con muchos de los primeros seguidores de Miller. Sin embargo, siguió con sus propias investigaciones cronológicas. Consiguió recuperarse y aceptó los caminos marcados por Joseph Bates y Ellen G. White, aunque se separó de estos a raíz del asunto del sábado. Después de renovar su estudio sobre la cronología de la Biblia, (histórico y profético) comenzó a predicar extensivamente en todas partes de Ohio, Pennsylvania, en la Virginias, y Nueva Inglaterra. Para 1860 después de haber estado estudiando la cronología de la Biblia, durante las últimas dos décadas, concluyó según sus investigaciones que la vuelta de Cristo ocurriría en 1868 o según otros cálculos en 1873-74.

En 1870 Wendell publicó sus estudios en el folleto titulado la Verdad Presente, (Present truth or Meat in due season), donde el principal tema a tratar tenía que ver con la segunda venida de Jesús. En el exponía los pormenores que le llevaron a concluir que el Segundo Advenimiento debía ocurrir en 1873. Esto propició de nuevo a una parte de los adventistas, a una nueva espera, pero esta vez no a todos. De hecho, parece que tanto a los líderes como los cabezas pensantes del adventismo del séptimo día, entre otros, Hiram Edson, James White, como su esposa Ellen G. White, no hacen referencia a los cálculos de Wendell, esta última ni siquiera en sus memorias se hace eco de las ideas de Jonas Wendell; así esto indica una gran separación entre los llamados adventistas del séptimo día, frente a los conocidos Segundo adventistas. Wendell, llegó a colaborar en una revista religiosa, conocida como The Watchman´s cry (el grito del guarda).

(Para encontrar más datos biográficos sobre Jonas Wendell y Stetson, y la aparición de los segundo-adventistas, puede consultar el libro El Trigo ahogado tomo IV)


Nelson Barbour

Nelson Hotario Barbour, nació en Throopsville, Nueva York, el 21 de agosto de 1824, hijo de David Barbour, un influyente miembro de la iglesia metodista local. Con el tiempo el joven Barbour estudió en la Academia Colina del templo en Geneseo, New York, donde coincidió con importantes ministros metodistas, entre ellos William H. Ferris. Y fue allí donde precisamente escuchó por primera vez el mensaje milenarista de William Miller. Lo hizo a través de un conferenciante millerista, conocido como el Sr. Johnson, el cual en aquel invierno del 1842, explicó de manera muy convincente sobre las tesis acerca del advenimiento de Cristo y el milenio venidero. 

Eso fue suficiente para que Barbour, se uniera aun pequeño grupo de milleristas que vivían en su ciudad. Entre otros estaban Owen Crozier, William Marsh, Henrry F. Hill y Daniel Cogswell. Este último se hizo amigo intimo de Barbour durante toda su vida, y llegó a dirigir la Iglesia cristiana adventista de New York, años más tarde. Tras el año de la gran decepción en 1843, Barbour y sus amigos, se mantuvieron unidos al movimiento, hasta el siguiente año. Pero llegado el otoño de 1844, el grupo se disolvió y cada uno tomó direcciones distintas, algunos como Hill y Cogswell, se mantuvieron dentro de los adventistas. Pero Barbour, se sintió tan decepcionado que decidió abandonarlo todo, incluso su ciudad natal. Fue entonces cuando se traslada a Australia, donde se dedicó a la prospección de oro, aunque en realidad nunca abandonó del todo sus intereses religiosos, se sabe que a menudo le gustaba mantener conversaciones de indole teológica, con ministros y clérigos religiosos de la zona. Tomó rumbo a Londres en 1859 por asuntos de negocios, en el barco, al parecer mantuvo una conversación con un clérigo sobre temas proféticos, lo cual despertó de nuevo su interés por la profecía bíblica del segundo advenimiento de Cristo. Así, nada mas llegar a Londres, consultó libros relacionados con el tema en la biblioteca británica y se convenció de que el año 1873 tendría que ser marcado por la profecía bíblica. Curiosamente por diferente camino que Wendell, había llegado a la misma conclusión. 

Tras su vuelta a New York, en 1859 continuó sus estudios en la biblioteca Astor, donde encuentra los estudios cronológicos de E. B. Elliott, quien escribió el compendio "Horae Apocaliticae", un completo comentario sobre el Apocalipsis al que añadía un completo cuadro cronológico de la Biblia. Mientras, para ganarse la vida, se dedicó a la medicina y sobre todo a patentar inventos que él mismo diseñaba.  

(Para conocer más detalles sobre la vida y obra de Barbour y algunas citas de sus escritos pueden consultar la obra El Trigo ahogado tomo IV, donde se explica de manera más extensa)


Charles Taze Russell

Charles Taze Russell, nació un 16 de Febrero de 1852, en Allengheny, Pennsylvania, de ascendencia escocesa e irlandesa. Su padre Joseph L Russell y su madre Ann Eliza Russell, le educaron en la religión que profesaban desde niños, el presbiterianismo. Cuando tenía nueve años de edad perdió a su madre, no obstante, su padre quien dirigía una tienda de ropa masculina, cuidó de el y sus hermanos y continuó su educación, hasta los 11 años, cuando tuvo que ayudar a su padre en la tienda. 

Desde niño tenía profundo interés por entender las escrituras, se dice que en cierta ocasión su padre lo sorprendió a los dos de la madrugada en la tienda, escudriñando una concordancia bíblica, buscando respuestas. Para ese entonces, Russell ya se planteaba cuestiones que su religión enseñaba, entre otras, la doctrina calvinista de la predestinación del hombre. Menos aún entendía la existencia de un infierno donde Dios condena a los injustos, doctrina con la que no estaba de acuerdo. Eso le hizo con el tiempo acercarse más a la iglesia congregacional, que la veía más libre, esta ya no predicaba el predestinacianismo sino el libre albedrío del hombre en la elección de la salvación o la condenación. Su adscripción a este movimiento lo hizo a través de una organización juvenil, conocida como la YMCA, fundada en 1844 por George Williams, una de las organizaciones caritativas más antiguas, formada por jóvenes dispuestos a ayudar a los mendigos y pobres en diferentes facetas.

En la YMCA, al parecer contactó con jóvenes que querían vivir el cristianismo de manera más practica y activa. Russell pensó entonces que aquello era una buena manera de ayudar a otros a librarse de las garras del infierno al que estaban amenazados. A su manera, quería darle un sentido religioso a su vida, pues su madre le decía que el había sido consagrado a la obra del Señor y por ello, durante su vida el tema religioso le inquietaba. El mismo resume su paso por aquel periodo: Habiendo sido criado como presbiteriano, adoctrinado según el catecismo, y siendo por naturaleza de mente inquisitiva, tan pronto como empecé a pensar por mi mismo, caí víctima fácil de la lógica de la infidelidad .(Estudios de las Escrituras II - Autobriografía Rusell) De alguna manera reconoce que cayó víctima de un pensamiento racionalista, quizás no podía dar respuesta él mismo a asuntos que algunos a los que quería convertir le hicieran, respecto a la justicia de Dios, el infierno y otras cuestiones. 

Al parecer, en 1868 con tan solo dieciséis años, ya había decidido por si mismo abandonar toda confesión religiosa, no porque se hiciera ateo, sino porque le parecía que ninguno de los cristianismos que conocía parecían enseñar una doctrina coherente con su idea de Dios. Como muchos apoyaban algunas de estas doctrinas que el rechazaba en la propia Biblia, le daba la impresión que o esta se contradecía o las escrituras no eran una guía confiable o coherente para encontrar la verdad sobre Dios. Eso le llevó a investigar en libros de su época sobre otras religiones alejadas de la Biblia. Así llegó a profundizar en las enseñanzas de las principales religiones de oriente, el budismo, hinduismo y posiblemente el confusionismo, pero sin quedar satisfecho, pues no veía en estos algo digno de crédito. Durante un tiempo, incluso pensó en abandonar su búsqueda y dedicarse enteramente a los negocios, que al parecer se le daban muy bien, pues para ese tiempo, había hecho prospero el negocio familiar.

En esas circunstancias fue cuando, según el mismo cuenta, se topó con un sencillo local, que servía de iglesia para un grupo religioso desconocido para él. Dentro se oían cánticos que le llamaron la atención y despertaron su curiosidad. En sus memorias Rusell, reconoce que aquello marcó un antes y un después en su vida, así lo describe: "por accidente , una noche entré en un sucio y polvoriento salón en Allegheny, Pennsylvania , donde sabía que se celebraban servicios religiosos , para ver si el puñado de personas que se reunía allí tenía algo más inteligente que ofrecer que los credos de las iglesias prominentes. Allí, por primera vez, oí algo de los puntos de vista de los Segundo-Adventistas, siendo el orador Jonas Wendell, que murió hace tiempo. Por lo tanto me reconozco endeudado con los Adventistas así como también con otras confesiones . Aunque su exposición bíblica no era totalmente clara, y aunque estaba muy lejos de lo que ahora disfrutamos, fue suficiente, bajo Dios, para restablecer mi fe vacilante en la inspiración divina de la Biblia, y para demostrar que los registros de los apóstoles y los profetas están indisolublemente enlazados. Lo que oí me dirigió a estudiar la Biblia con más celo y cuidado que nunca antes, y agradeceré siempre al Señor el haberme guiado allí; porque aunque el Adventismo no me haya ayudado a encontrar toda la verdad , si me ayudó mucho para desprenderme de los errores, y así me sirvió de preparación para recibir la Verdad." (Russell, Estudios de las Escrituras II autobiografía 171)

Al parecer, no compartía la idea de una segunda venida tal como la entendían los segundo adventistas, ni los estudios cronológicos de Wendell, con quien seguro tuvo oportunidad de hablar después del oficio religioso. Russell, reconoce que aquel ministro le dejó muchas dudas sin contestar, no obstante reavivó su interés por las escrituras. Es posible que asistiera a esas reuniones en más de alguna ocasión, y en una de ellas contactó, ya en 1870 con George Stetson, quién para ese tiempo era pastor de la iglesia del advenimiento en Edimboro, una ciudad cercana a Pittsburg. Como ya vimos, Stestson era de la linea de Grew y Storrs, es decir opuesto a la trinidad y la inmortalidad del alma. Estas conversaciones le insuflaron animo y ganas de adquirir más conocimiento, aunque observaba división de opiniones entre los segundo adventistas. Por ello, decidió organizar un grupo de estudio bíblico, en principio, no para fundar su propio movimiento religioso, sino simplemente para descubrir si había alguno que se acercara a las escrituras, aunque en el fondo no quería que la influencia de algún movimiento religioso nublara su entendimiento, por ello no buscó la ayuda de ministros nombrados de ninguna confesión. Habló con varios amigos suyos de juventud, excompañeros de la YMCA, algún empleado, o cliente de una de sus tiendas y otros familiares, con los cuales concordó en formar aquel grupo de estudio una vez a la semana. Entre estos primeros estudiantes de la Biblia, que se reunían en Allegheny, estuvieron, Walter. J. Thorn, L. Hamilton, Margareth Russell, la hermana de Charles, y posiblemente su tio, a los que más tarde se uniría Joseph L. Russell, el padre, quien siempre apoyó a su hijo en toda su labor. El grupo original compuesto por seis miembros, aumentó cuando se añadieron William H. Conley y la señora Conley, miembros activos de la iglesia del advenimiento a quienes conoció a través de George Stetson. Con ayuda de la Biblia y unas cuantas concordancias, fueron descubriendo lo que decía la Biblia sobre la condición de los muertos, la trinidad y otras doctrinas. 

(Para conocer más sobre los primeros estudios y descubrimientos de Russell, su matrimonio fallido, su relación con Storrs y otras influencias recibidas en los primeros tiempos, véase el libro el Trigo ahogado Tomo IV en el cual se da mas detallada información y una extensa bibliografía a consultar)


Asociación con Barbour

Sin embargo, poco tiempo después, la vida de Charles daría un giro que haría cambiar todo el sentido de aquel pequeño grupo de Allegheny. A finales de 1875, Russell viajó a Filadelfia, lo hizo con el propósito de abrir algunos establecimientos de ropa de su cadena de tiendas. Y fue allí, en Enero de 1876, cuando encontró un numero de la revista de Barbour, Midnight cry and Herald of the morning. No se sabe como llegó allí, el caso es que llamó la atención del joven Charles, sobre todo al observar por la portada que pertenecía a algún grupo segundo adventista. Russell sabía que las predicciones de Wendell sobre 1873 habían sido un fracaso, por ello tenía curiosidad en saber que podían decir ahora los adventistas. Pero le sorprendió como la conclusión que proponía tenía que ver con lo que el grupo de Allegheny había descubierto, es decir la posibilidad de que la segunda venida de Cristo fuese de forma invisible. Por supuesto la revista defendía esta idea postulando que aquella segunda venida ya haya ocurrido desde 1873, tal como esperaban, encontrándose en el tiempo de la separación del trigo y la mala hierba, y por tanto a las puertas del día de juicio.

De inmediato se sintió impulsado a ponerse en contacto con Barbour, quién para ese entonces ya se planteaba la discontinuidad de su publicación por el escaso apoyo, sobre todo a raíz del descontento de sus suscriptores por lo de la fecha fallida del 1873 y 74, ya había escrito incluso sobre 1875, como posible fecha, según había mostrado en su revista de Junio de ese mismo año y realmente se empezaba a sentir defraudado consigo mismo. Sin embargo Russell, lo veía de forma totalmente distinta, él pensaba que era el momento de dar a conocer a todo el mundo las verdades que había descubierto y no había razones para arrojar la toalla, se debía predicar ese mensaje y se tendría que hacer de forma directa a todo el mundo tal como Storrs había descubierto que debía hacerse.

Así fue como de su propio bolsillo, suministró los fondos para reanudar de forma regular la revista Herald, de la cual Barbour seguiría siendo director jefe y Russell ahora sería corredactor. El grupo de Allengheny, que se acercaba ya a los treinta, se unió y hermanó con el grupo de Barbour y Kieth en Rochester. Para ese tiempo, Russell también estaba escribiendo un resumen de su visión general de la vuelta de Cristo, la cual se puso por escrito en forma de folleto, titulado : "El objeto y la manera de la vuelta del Señor" publicado en 1877. En esta primer publicación completa, se muestran muchas de las enseñanzas básicas que comparten y explican de forma más completa los Testigos de Jehová modernos. Por ejemplo, hablaba ya de una esperanza de vida en una situación distinta al cielo para un grupo numeroso de personas al decir: Los que construyen sobre la roca, ellos serán salvados, como por fuego. Muchos serán purificados de su escoria en aquel fuego. Cuando los juicios del Señor estén todo en derredor de la tierra, los habitantes del mundo aprenderán la honradez. Estos, indudablemente, constituyen una parte " de la gran compañía que ningún hombre puede numerar ", quienes pasaran la gran tribulación. Esta compañía incontable no es " la pequeña multitud ", ni el templo, tampoco ellos se sientan en el trono, pero estos sirven a Dios en su templo, y están alrededor del Trono. Estos dice que lavan sus ropas blancas, (Rev 7:9-17). (Objeto y manera de la vuelta del señor cap II, pag 41). Si bien estos entendimientos no fueron tenidos en consideración y explicados de forma más clara hasta décadas después, en 1935, cuando dieron importancia mayor a la promesa de vida eterna en la tierra.








 <----Portada de la Revista de Barbour, con Russell y Paton como colaboradores



Una de las primera rupturas de Russell con las ideas adventistas que tenían Paton y Barbour, surgieron a raíz del año 1878, en el que ellos esperaban que sucediera el arrobamiento, es decir que todos los cristianos fieles fueran llevados a la vida celestial en un abrir y cerrar de ojos. La base para esa idea que permanece aún entre los diferentes grupos adventistas y numerosos evangelistas, son las palabras del apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios, donde dice: He aquí, un misterio, os digo: Todos ciertamente no dormiremos; mas todos seremos transformados. En un momento, en un abrir de ojo, a sonido de la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. (1 Corintios 15:51,52). La interpretación que a menudo se daba a ese texto era que en un momento dado cuando llegara el fin de los tiempos, es que todos los cristianos fieles serian cambiados en seres espirituales, sin pasar por la muerte. Aunque en el griego original no se menciona la palabra muerte, se utilizo el término "Koimáo", que literalmente significa dormir o dormitar, y figurativamente se relaciona con la situación de inconsciencia de los muertos. Y ese pequeño detalle fue el que hizo pensar a Russell, de tal manera que llegó a la siguiente conclusión: Nuestro entendimiento claro actual se forjó como resultado del examen que comenzamos en aquel entonces. Pronto comprendí que las palabras del apóstol al decir "no todos "dormiremos," , palabras que hablaban de sueños, no era sinónimas con " morir," aunque generalmente se entienda de ese modo; sino que, por el contrario, la expresión "dormir " representa "inconsciencia;" y el apóstol deseó que nosotros comprendiéramos que desde el tiempo señalado en el cual ocurriera la "presencia," del Señor, sus santos, aunque todos murieran como cualquier persona (Salmo 82:6,7), no permanecerían en ningún momento inconscientes, sino que en el mismo momento de la muerte serían "cambiados," y recibirían el cuerpo de espíritu prometido. A lo largo de esta Edad del Evangelio, la muerte siempre ha sido seguida por "la inconsciencia", "el sueño" . Esto continuó siendo cierto para todos los santos que murieron en Jesús, hasta que llegó el tiempo cuando Él tomó el poder de Rey (`Revelación 11:17), algo que ya habíamos demostrado que ocurrió en la primavera de 1878. (Russell - autobiografía, ver también Estudios de las Escrituras , Vol. II., Págs. 212-219) 

Ese entendimiento, le ayudó a no insistir en raptos masivos al cielo, el no se sintió perturbado por el hecho de que pasaran los años y no fueran arrebatados, ni siquiera más tarde cuando llegado el año 1914, tampoco lo fueran. El no esperaba ese arrebatamiento o ascensión de los santos, sino un cambio provocado por un paso breve po la muerte. 

Sin embargo Barbour, parece ser que no aceptó este punto de vista de Russell de buena gana. Aunque el articulo fue publicado en su revista, el siguió pensando que debía haber un arrebatamiento para el final de los tiempos. Pero no solo en ese asunto hubo grietas, la más importante o la que significó la ruptura total entre ambos vino por el asunto del rescate de Cristo. Si bien Barbour había aceptado la idea entendida por Russell, sobre el significado del rescate, sin embargo, ahora de repente, en la revista Herald of the morning, aparece un articulo en el que desacredita la idea de que Cristo hubiese muerto para pagar por la perdida de la vida humana perfecta de Adán y de toda la humanidad, aunque sea eso lo que dice la escritura y lo que reconocieron los apóstoles y primeros escritores cristianos. (Mateo 20:28; Juan 3:16; Romanos 6:10; Hebreos 9:14,22,26; 1 Pedro 1:18,19). Aquello disgustó en gran manera a Russell, que no podía entender como a estas alturas, ponía en duda esa doctrina tan bien establecida. Algunos de los razonamientos de Barbour que mas molestaron a Russell, fueron estos: La doctrina de substitución, es decir castigando al inocente en el lugar de los culpables, es antibíblica, y opuesta a todas nuestras ideas de justicia, o del bien y el mal. Veamos la monstruosidad de la doctrina de la substitución, en su desnuda deformidad. Yo hago mal, y el juez de toda la tierra hace una ley que si unos u otros sufren por ello, yo puedo ir libre. Ya que sin derramamiento de sangre, no hay remisión. Déjeme ilustrarlo; mi hijo es muy mal muchacho, él merece un castigo severo, pero hábilmente doy con un plan, digo a uno de mis criados: cuando James muerda a su hermana, usted coge una mosca, atraviesa con un alfiler el cuerpo de esta, e implanta esta en la pared, y yo perdonaré a James. Esto ilustra la doctrina de substitución, con el cordero. Pero si alguien mayor está dispuesto a pagar por ese mal, ¿Es eso más razonable? Eso sería como si yo dijera a mi esposa, que es una buena mujer, que se sacrificara ella por el mal de mi hijo. (Herald of the morning, Agosto 1878, pag 26)

Mas adelante, explica que la Biblia indica que el pecado se paga con la muerte del propio pecador (Romanos 5:12; Ezequiel 18:4) y por lo tanto no es necesario un sacrificio redentor o sustitutorio. Que en todo caso el sacrificio o muerte de Cristo, solo fue para abrir la oportunidad a la humanidad pecadora para alcanzar la inmortalidad en el cielo, pero no como pago por el pecado. (1 Corintios 15:45-49)

La respuesta de Russell no se hizo esperar y en el siguiente número, septiembre 1878, escribió al respecto, defendiendo la idea que siguen defendiendo los Testigos, de que Cristo murió en sustitución de la vida perfecta perdida por Adán, por eso se le llamó el último Adán a Jesús. Nadie había podido pagar por la muerte de un hombre perfecto, ni siquiera la muerte de Adán, ya en imperfección, podía hacerlo. Por ello era necesario un ser perfecto similar al Adán perfecto para pagar por ese rescate. (Romanos 5:14) (Herald of the morning - Septiembre 1878 pag 39,40).

Aquello provocó una serie de artículos en los que ambos se enzarzaron en un debate teológico, que los suscriptores y todos aquellos estudiantes que le seguían no podían entender, ni aceptar. Por ello, en 1879 Russell, decide separarse definitivamente de Barbour, y a partir de Junio de 1879, su nombre deja de aparecer en la revista Herald of the morning, no hace lo mismo J. H. Paton, quien todavía durante un tiempo se mueve entre dos aguas, pues no quiere darle importancia al asunto. Algunos colaboradores, incluso hombres de confianza de Russell, como A. P Adams se unieron, sin embargo a las tesis de Barbour y no siguieron el camino de Russell.

El acto definitivo de ruptura con Barbour sucedió en Julio de 1879, cuando Russell inicia la publicación de la revista The Watchtower, conocida en español, como Torre del vigía y actualmente como "La Atalaya". Inmediatamente, esto dio inicio a una campaña informativa que pronto dio resultados, pues mientras la revista de Barbour y sus seguidores fue en decadencia, se siguió su impresión pero de forma irregular, Russell sin embargo vio poco a poco aumentada su efectividad entre la gente. En 1883, Barbour volvió a defender la idea de un arrebatamiento físico de los justos, con una venida física de Jesús, continuó su labor en su pequeña congregación en Rochester, en ese tiempo cambió el nombre de la congregación a la que llamó Iglesia de los Forasteros. En años posteriores la congregación se asociaría con la Iglesia de la Esperanza Bendita y se llamaron a ellos mismos restitucionistas. Volvió a establecer fechas, como la de 1892, 1896 y por último 1907 para establecer la venida definitiva de Cristo. Su iglesia apenas llegó a superar la cincuentena y prácticamente no tenía seguidores en otras parte del país, ni siquiera en Inglaterra, donde antaño había tenido muchos suscriptores. Murió en 1905, agotado, tras tantos años de fiascos en sus cálculos cronológicos, que fue lo que lo mantuvo activo hasta su muerte, pero lo abocó al fracaso espiritual.

Desde el momento de la separación, Russell comprendió que era necesario agrupar en torno a unas ideas comunes a los cristianos verdaderos, ya antes había formado en varias ciudades grupos de estudio a los que a partir de ahora llamó eclesias, tal como los cristadelfianos. Y aquí queremos puntualizar que pese a no conocer personalmente al Dr. John Thomas, las enseñanzas descubiertas por Russell y sus allegados tuvieron mucho que ver con los primeros cristadelfianos, incluso sus métodos de estudio y la manera de reunirse, sin embargo ambos grupos fueron en caminos paralelos y más tarde distanciados. Con los asociados con Russell se hicieron llamar Estudiantes internacionales de la Biblia, por su gran interés por el estudio de las escrituras. Desde un principio tuvo claro que jamás pediría dinero en sus iglesias, ni obligaría a una cuota o diezmo a los miembros de esta. El puso toda su fortuna para dar impulso a su obra y con la ayuda desinteresada de otros miembros la obra se sostuvo. Por supuesto, como sucedía en el caso de todas las confesiones de aquella época, las publicaciones, revistas y folletos servían además de un medio de difusión de las ideas también para financiar la obra. Así, se cobraba una módica cantidad, que servía para el mantenimiento de la iglesia en particular y se reutilizaba para continuar con la reimpresión. Puesto que el estado no favorecía a ninguna confesión en particular, ni proporcionaba ninguna clase de ayuda económica, como sucedía en Europa con las iglesias establecidas allí.

Estos primeros estudiantes internacionales de la Biblia mantuvieron sus expectativas con respecto a 1914, aunque el propio Russell reconoció que no sabía que iba a suceder exactamente ese año, algunos de sus compañeros confiaban en que serían cambiados en esa época, otros que llegara el fin del mundo, pero el reconocía que hacía falta continuar la labor de predicar a todo el mundo el mensaje y quedaba mucho trabajo por hacer, en el fondo sabía que no era el tiempo solo de espera sino de acción.

Tal fue así que en el segundo año de la publicación de la Watchtower, escribió solicitando predicadores, que estuvieran dispuestos a dedicar parte de su tiempo a diseminar el mensaje por doquier. Para poder ayudar a esa labor, puesto que aun no había formado una religión organizada y no tenía fondos para enviar misioneros pagados para realizar esta obra, les ofreció la entrega de literatura bíblica gratuita para que con la venta o distribución de esta cada predicador pudiera recibir una ayuda para sus sustento. La idea cuajó y muchos simpatizantes se lanzaron, aunque al mes siguiente tuvo que puntualizar que no se trataba de crear un grupo de profesionales que se dedicaran a la venta de libros y folletos a fin de ganarse la vida, como un empleo común. De hecho, poco tiempo después escribió al respecto de quienes debía predicar: ¿Quienes deberían predicar? Contestamos: todos los que reciben del espíritu un ungimiento y a quienes así se les reconoce como miembros del cuerpo de Cristo. Esto es verdad de cada miembro así como lo es de la cabeza -....cada uno es responsable por la predicación y tanta predicación como le sea posible hacer. (The Watchtower Julio 1881 pag 1)

El mismo viajó por todo EE.UU. y en diferentes países para dar inicio a la obra por todas partes. En cuestión de unas décadas había recorrido cientos de miles de kilómetros y había establecido eclesisas en decenas de países. Así parece que desde un principio Russell quería que todos aquellos que se organizaran, fueran ellos mismos predicadores, no pretendía tener un grupo limitado y selecto de ministros pagados para predicar, como era común en todas las iglesias establecidas de su tiempo. El crecimiento fue rápido, teniendo en cuenta que para ser aceptado como ministro debía predicar, a principios de siglo había más de 30.000 suscriptores a la Atalaya, y se celebraban asambleas con concurrencias de varios miles.


Masonería y Pirámides

Llegó a hablar incluso en templos masones, como en San Francisco, California, donde alabó algunas de sus costumbres, pero sin identificarse con ellos como uno de ellos. Sin embargo algunas palabras y el hecho de haber sido invitado a ese templo masón, lo han utilizado algunos historiadores poco informados, como argumento para acusar a Russell de masón. De nuevo, como si tal cosa, fuera tan mala acusar a alguien de un crimen o de una obra repulsiva. Cabe decir, no obstante, que el mismo Russell no fue ni quiso ser aceptado en ninguna logia masónica, ni siquiera los símbolos que aparecían en la revista Watchtower, como el sol sobre unas alas, era símbolo masón, como algunos afirman, mas bien se trataba de una cita bíblica (Malaquías 4:2), o la cruz atravesando una espada, como símbolo del Reino de Cristo. Por otro lado en varios artículos de The Watchtower, dejó claro que no confraternizaba con ellos, como ejemplo este comentario: También notamos que la orden de los francmasones, a juzgar por su historia pasada, tiene algún objetivo o plan secreto, además de la fraternidad y la ayuda económica en tiempos de enfermedad o muerte. Y, hasta donde podemos juzgar, hay cierto grado de adoración o ceremonial relacionado con los ritos de esta orden y algunas otras que los miembros no comprenden pero que, en muchos casos sirve para satisfacer las ansias de adorar que tiene la mente natural y dificulta así buscar la adoración de Dios en espíritu y verdad...(Watchtower Junio 1895, pag 143)

Se dice que también su interés por ciertas dimensiones de algunas pirámides, le hizo pensar que estas hayan sido inspiradas por Dios para usos proféticos. El origen de esta curiosa idea, surgió del astrónomo Piazzi Smyth, quien estudio minuciosamente las medias tan perfectas que tenía, sobre todo la gran pirámide de Keops, o Guiza. Con sus cálculos, tomados en una expedición a Egipto, escribió algunos libros entre otros: "La Gran Pirámide: sus secretos y misterios Revelados". Smyth defendió la idea de que los arquitectos de la pirámide sólo podrían haber sido dirigidos por la mano de Dios. También aseguró que la Gran Pirámide, era un depósito de profecías que podían ser entendidas observando sus medidas. Cierto pastor luterano fue defensor de la teoría de las pirámides y escribió varios libros al respecto. No se sabe como, pero para 1897 Russell, se hizo eco de la información de Smyth y encontró indicios que corroboraban los cálculos efectuados por Barbour y él, décadas antes. Por ello, en la segunda edición del volumen III de Estudios de las Escrituras, aparece por primera vez un esquema sobre la Gran Pirámide y su relación con las profecías bíblicas. Pero las medidas tomadas por Smyth, al parecer no eran del todo exactas, más tarde fueron corregidas, de ese hecho en la Revista Wathctower del 15 Septiembre de 1909, se hace mención de ese detalle, que llevó a la revisión del libro. Mas adelante se supo que aquellos cálculos del astrónomo, eran totalmente inexactos y la idea de mezclar cálculos cronológicos bíblicos con las pirámides fue abandonada. Pero tampoco eso tenía que ver con un interés masónico u ocultista por parte de Russell, simplemente se trató de una curiosa coincidencia.

Otra llamativa idea que mantuvieron los primeros estudiantes de la Biblia, estaba relacionada con el pueblo judío. Como sucediera con los cristadelfianos, ellos pensaban que las profecías en las que se habla de Sión, Jerusalén, o Israel, literalmente indicaban una restauración del pueblo judío a sus lugares originales y la conversión de todos los judíos. Así al principio de la década de 1910, Russell dio una serie de conferencias con el tema: El sionismo en la profecía, aunque el recibimiento por parte de la comunidad judía no fue del todo agradable, sobre todo en Europa. Sin embargo, siguieron albergando la esperanza de la restauración y conversión de Israel, hasta 1932. Creían que Dios favorecería de nuevo a Israel y poco a poco haría que los judíos volvieran a Palestina, abriéndoles los ojos a la verdad respecto a Jesús como Rescatador y Rey Mesiánico y utilizándolos como medio de extender bendiciones a todas las naciones. En 1925 Rutherford, el sucesor de Russell escribió el libro Comfort for the Jews (Consuelo para los judíos). Pero después abandonaron esa doctrina, que sigue siendo la base de los cristadelfianos y una de las principales diferencias doctrinal que tienen con estos.

El año 1914

Durante los primeros meses de 1914, muchos líderes religiosos se ocuparon en criticar a Russell y su movimiento de estudiantes de la Biblia, pues nada había acontecido a las naciones gentiles, como esperaban ellos. Sin embargo Russell, estaba ocupado con un proyecto de difusión novedoso para aquellos tiempos, una especie de película, que mezclaba imágenes en movimiento, diapositivas y sonido y algunos efectos, muy llamativos y adelantados a su tiempo. Con aquella cinta, conocido como el Fotodrama de la Creación, llegaron a millones de personas. Aunque hay que reconocer que Russell nunca habló de la destrucción del planeta, como los adventistas y otros esperaban, pero ¿Que esperaba entonces? En 1894 se dijo lo siguiente: Unos cuantos años más pondrán fin al presente orden de cosas, y entonces el mundo azotado habrá de enfrentarse a la condiciones del Reino de Dios ya establecido. Sin embargo, la iglesia habrá de terminar su carrera dentro del corto periodo de tiempo que queda hasta entonces (The Watchtower Mayo 1894 pag 56) Si, al parecer esperaban un fin o un juicio para el mundo, un mundo en el que la verdadera iglesia ya no estaría presente, pues habrían pasado al cielo en un abrir y cerrar los ojos. Sin embargo, no todos tenían claro como iba a suceder eso, ni tampoco lo que significaba el fin de los tiempos de los gentiles. En 1897, en el libro "El día de venganza", se había hablado del Armagedon mencionado en el libro bíblico del Apocalipsis 16:14,16. Aunque para ese tiempo, pensaban que podía ser una especie de una revolución social violenta, relacionada con el auge del comunismo y otras ideologías revolucionarias frente a los estados, y que Dios aprovecharía tal confusión para traer el fin.

Pero el mismo Russell, tenía dudas con respecto a si era el momento para el final del mundo, después de todo, la obra que había iniciado cuarenta años atrás estaba dando ahora sus frutos, con aumentos constantes. Pero todo se podía ir al traste si no sucedía lo que muchos estudiantes de la Biblia esperaban. A él, que nunca le había gustado dejarse llevar por fechas, ni se sentía como un profeta, ahora se encontraba en una situación similar a la de Miller en 1843, pues eran muchos los que esperaban algo. Esto fue alentado también por algunos medios de comunicación, que dieron un giro en las criticas cuando vieron los inicios de la Primera Guerra mundial, en Agosto de 1914, y llamaron la atención a los que ellos llamaron "Auroristas milenarios", recordando que llevaban varias décadas anunciando que vendría una catástrofe para las naciones ese año y ahora parecían cumplirse sus predicciones; cuando pasó ese año volvieron a las criticas.

Pero se acercaba el mes de Octubre de 1914, si bien los Estudiantes de la Biblia a diferencia de los adventistas no esperaban ser arrebatados al cielo, si preveían como hemos vista antes, para ese año, el inicio del fin de todos los gobiernos humanos. Pero al llegar la fecha esperada, se dieron cuenta que la cronología y numerología no es una ciencia exacta, cuando se trata de los tiempos y sazones de Dios, solo él conoce y calcula sus tiempos, nadie en la tierra puede marcar sus fechas. Russell ya reconocía este hecho, incluso antes de la llegada del tiempo marcado, cuando dijo lo siguiente a principios de 1914: No podemos discernir los detalles en cuanto a tiempo con la misma certeza absoluta que discernimos los detalles en cuanto a doctrina; porque no se declara el tiempo tan definidamente en las Escrituras como las doctrinas básicas. Todavía estamos caminando por fe y no por vista. Sin embargo, no nos portamos como faltos de fe o incrédulos, sino que tenemos fe y estamos esperando. Si más tarde se demuestra que la iglesia no es glorificada para Octubre de 1914, trataremos de sentirnos contentos con cualquier cosa que sea la voluntad del Señor... Creemos que la cronología es una bendición. Si nos despierta minutos u horas más temprano en la madrugada de lo que otro modo hubiéramos despertado ¡eso es bueno! Son lo que están despiertos los que reciben la bendición. Si 1915 se va sin el paso de la iglesia, sin el tiempo de tribulación, etc, parecería para algunos una gran calamidad. No debería ser así para nosotros. Estaremos muy contentos todos si todos experimentaremos nuestro cambio de terrenal a condiciones de espíritu antes de 1915, y esta es nuestra expectativa. Pero si esto no debería ser la voluntad del Señor, entonces tampoco sería nuestra voluntad. Si en la providencia del Señor el tiempo viene veinticinco años después, entonces esta también sería nuestra voluntad. (The watchtower 1 Enero 1914, pag 4)

En realidad, la conclusión sobre 1914 tenía que ver con un periodo de tiempo, llamado "los tiempos de los gentiles", o tiempos señalados de las naciones mencionados en la Biblia, cuando Jesús dijo: Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos por todas las naciones; y Jerusalén será hollada de los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles sean cumplidos. (Lucas 21:24) Ese mismo texto que los cristadelfianos interpretan de forma literal, haciendo referencia al tiempo en el que Israel sería restaurado, otros sencillamente entendían que Jerusalén representaba al pueblo de Dios, en este caso a la iglesia cristiana. Otros como Miller y las diferentes ramas adventistas entendieron que ese periodo corresponde con los 2300 días de Daniel 8:14 y los periodos de 1290 y 1335 de Daniel 12: 11-13 y lo relacionaron con la segunda venida de Cristo y la restauración de su Reino, con el recogimiento de su Iglesia. También los estudiantes de la Biblia, desde sus inicios, lo entendía así y relacionaban ese tiempo de los gentiles, con los siete tiempos que menciona Daniel 4:25 y la ayuda que da el Apocalipsis 12:6,14 a calcular ese periodo. Además explicaban que aquello guardaba relación con los otros periodos mencionados por el profeta Daniel y Jeremías sobre el momento en que Israel dejó de ser una nación independiente y se acabó el periodo de reyes, dejando al pueblo escogido de Dios bajo el poder de los gentiles o naciones. En ese momento empezaban a contar esos siete tiempos de los gentiles.

Solo era necesario saber desde cuando contar ese periodo de 2520 años, quedando claro que debía comenzar al tiempo en que Jerusalen fuese destruída y se cortara la linea de reyes. Ya que el profeta Jeremías menciona que iban a estar 70 años en el cautiverio y después volverían a Jerusalén, y Daniel y Esdras hablan del acontecimiento que marcaba el final de esos setenta años, esa es la única referencia para conocer biblicamente cúando ocurrió. La historia seglar y todas las cronologías coinciden en que el fin del exilio de israel ocurrió en el 537, que es una fecha coincidente por todas la fuentes. Por lo tanto solo se tendría que descontar 70 años del momento en que volvieron de vuelta del cautiverio en Babilonia. En esto, sin embargo las fechas históricas no encajan del todo, puesto que la historia seglar suele mencionar que el año de caída y cautiverio y la toma de Jerusalén por lo Babilonios, ocurrió en diferentes etapas, entre ellas están el 604, el 597 y la última y definitiva se suele colocar alrededor del año 587. Esto se basa en el canon de Claudio Ptolomeo, el famoso astrónomo del siglo I AEC, defensor del geocentrismo que tantos quebraderos de cabeza dio a Galileo. Este canon era una especie de listas de reyes asirio-babilonios y persas, que  utilizaban los astrónomos para calcular eclipses y otros fenómenos celestes, se considera bastante exacto, aunque contienen algunas lagunas e inexactitudes al no mencionar a reyes cuyo reinado fuese menor de un año y algunos reyes asirios que no son tenidos en cuenta. Esto hace que no encajen estos 70 años de cautiverio con la fecha establecida del 539-38 cuando Ciro conquista Babilonia y tras su primer año 538-37 que da el decreto de retornar a su tierra a los israelitas. Puesto que de haber ocurrido la destrucción en el 587, tras los setenta años de exilio, nos llevaría al año 517, cuando los israelítas según la historia seglar y biblica, estaban dandole los retoques finales a su restaurado templo, tras algunas décadas de haberse restablecido la población israelita en la ciudad y tras años de obras. 

Por ello, tanto Miller, como Barbour y Russell calcularon, con cronología puramente bíblica y no seglar, que se debía descontar los setenta años desde el 537AEC, una fecha bien establecida, no solo por el canon de Ptolomeo sino por otras listas paralelas. Esto lleva al 607AEC. Por lo tanto los 2520 años o siete tiempos, (teniendo en cuenta que cada tiempo se correspondería a un año lunar típico de 360 días), debían contarse desde ese año 607 y no del 587, por mucho que insistan los historiadores y expertos. Puesto que prefieren confiar en la cifras de las escrituras y no en los cálculos del astrónomo griego, los Testigos de la actualidad, siguen teniendo en cuenta aquel año y no otro. Por otro lado, el razonamiento para que se pudiera calcular fechas y tiempos de la segunda venida o presencia era que se podían calcular los de la primera venida. Se sabe que muchos judíos esperaban la llegada del Mesías para la época en que llegó, gracias a las profecías de Daniel 9:24-26. Por ello veían normal que se pudiera calcular el tiempo de su segunda venida. 

Suena en cierto modo lógico, por eso, lejos de desanimarse por no ver cumplidas las expectativas que muchos tenían sobre aquel año, sencillamente se volcaron en entender lo que aquella fecha podía significar. Solo sabían que se acababa el periodo de "tiempos de los gentiles", y entendían que se daba inicio al Reino establecido de Dios. Luego explicaron que este fue establecido primero en el cielo, y que en ese año se cumplió lo que menciona el Apocalipsis 12:9-12. Pero ¿Hacia donde llevaría ese tiempo? No fue hasta 1925, cuando reinterpretaron los asuntos y concluyeron que año de 1914 dio inicio al periodo bíblico conocido como los últimos días o tiempo del fin y la presencia invisible de Cristo, esperando desde entonces que llegue el Armagedon que ya no esperaban como una lucha entre naciones, o cataclismo natural, sino como una guerra de Dios contra todas la naciones, es decir el fin del sistema de cosas.

El asunto profetico es tema importante en la enseñanza de los testigos, sin embargo defienden la idea de que si bien las profecías biblicas son infalibles y exactas, la interpretación de estas no lo son, pues Dios las dá en el momento oportuno y no cuando los humanos deseemos y sin embargo los humanos insisitimos en intentar desentrañar el misterio de estos enigmas y sobre todo el tiempo y la manera en que estas deben cumplirse. Por ejemplo en un libro publicado por los Testigos, en donde se trata de dar explicación a las profecías del apocalipsis reconocen lo siguiente:  Los misterios encerrados en el libro de Apocalipsis o Revelación han desconcertado por mucho tiempo a los estudiantes sinceros de la Biblia. Al debido tiempo de Dios se darían a conocer aquellos secretos, pero ¿cómo, cuándo, y a quiénes? Solo el espíritu de Dios podía dar a conocer el significado a medida que se acercara el tiempo señalado. (Revelación 1:3.) Aquellos secretos sagrados serían revelados a los esclavos celosos de Dios en la Tierra a fin de fortalecerlos para que dieran a conocer Sus juicios. (Mateo 13:10, 11.) No afirmamos que las explicaciones que se dan en este libro sean infalibles. Como el José de la antigüedad, decimos: “¿No pertenecen a Dios las interpretaciones?”. (Génesis 40:8.) (Apocalipsis. Se acerca su magnifica culminación, pag. 9)


Tras la muerte de Russell.

Charles Taze Russell, murió el 31 de Octubre de 1916, mientras viajaba en tren de vuelta tras una gira de discursos en Texas. Aquello fue un varapalo para los Estudiantes de La Biblia, quienes además de aguantar la burla y critica de muchos medios por lo de 1914, ahora veían como desaparecía la persona que los mantenía aglutinados en torno a una esperanza y un conocimiento. Pasaron años de dificultad, incluso después de ser elegido Joseph F. Rutherford, como su sucesor. Rutherford, no tenía al principio el mismo carisma o carácter de Russell y algunos estuvieron al principio descontentos con el. Por otro lado sufrieron una dura persecución, por diferentes causas que iban desde acusaciones de sedición, por negarse a apoyar la guerra y por causa de la nueva ley de reclutamiento cuando EE.UU, entró en guerra. Lo mismo sucedía en Canadá y otros países en guerra, pero en Estados Unidos la cuestión llegó a calentarse hasta el grado de amenazar con la proscripción total de una religión, algo inimaginable en ese país hasta entonces, esto culminó con el apresamiento de todos los principales directores de la Watchtower en 1918, incluido Rutherford. Corrían tiempos difíciles y críticos para el movimiento, muchos pensaban que se disolverían o se dividirían en diferentes grupúsculos hasta desaparecer. Pero no fue así, de hecho el principal medio de difusión la revista The Watchtower no dejó de publicarse y tras la liberación y exoneración de sus líderes, los Estudiantes de la Biblia resurgieron a finales de 1919 con más ímpetu y remontaron con gran decisión. 

Trás salir de prisión Rutherford y con renovado ánimo, continuó con los estudios cronologicos, en vista de que algo había fallado en las perspectivas sobre 1914, no en el calculo de la fecha, sino en el significado de aquel año, se centró en otro estudio que Barbour y Russell hicieron, pero que para ese entonces se había abandonado, tenía que ver con el calculo de setenta jubileos, que se contarían desde el establecimiento de Israel en el 1473AEC, cuando entraron y se establecieron en la tierra prometida. Los jubileos en Israel tenían que ver periodos de cincuenta años. Como los jubileos de Israel significaban liberación de los cautivos o esclavos y un nuevo establecimiento o sistema en Israel, el final de un determinado número de jubileos, significaba el fin del sistema de cosas. Así desde 1920, trás un famoso y rompedor discurso titulado: "Millones que ahora viven no morirán jamás" los estudiantes de la Biblia, se centraron en la atención hacia otro año, que según entendían estaba marcado. Puesto que el último jubileo había concluído segun los calculos de entonces entre 1874 y 1875, el siguiente finalizaría en 1925. Esto hizo que se pensara en ese año como el fin, el tiempo para el que resucitarían los justos y los que tenían esperanza celestial, subirían al cielo, por ello el tema del discurso de que millones no morirían, pensando en lo cercano de aquel año. Diez años después se dieron cuenta de un error de calculo, inducido por un error de tradución de Hechos 13:20 pasado a algunas versiones, les había errado en 100 años para la finalización de esos últimos dos jubileos. Sin embargo nada afectaba a los calculossobre 1914, por lo cual esa fecha siguió siendo importante para ellos, desechando sin embargo el 1925.

Rutherford dio más ímpetu a la predicación, sobre todo desde 1922, cuando animó a todos a anunciar un mensaje más directo sobre el Reino establecido. En 1924 se da inicio a las retransmisiones a través de Radio desde New York y después se extiende a todas partes. En 1927 se dio comienzo a la predicación más organizada de puerta en puerta los domingos, algo que provocó la denuncia de numerosos líderes religiosos que veían amenazado su grey. Hubo apresamientos, juicios y otra serie de trifulcas, pero con el tiempo, autoridades y clero se resignaron a dar por imposible a este celoso movimiento de predicadores ambulantes, sabedores de que por mucho que hicieran solo lograban darles más publicidad. Fue aún más prolifico en cuanto a libros escritos, con un particular estilo más cultivado y directo. Tuvo el valor de enfrentarse a las iglesias, gobiernos y toda clase de poderes con la escritura, con libros que van desde la defensa de la libertad religiosa a la denuncia de los abusos y los engaños de la politica, las religiones establecidas y los poderes comerciales. Algunos de estos fueron: Fascismo y Libertad, La quinta columna; Conspiración; Religión; Enemigos. Muchos de estos libros fueron autenticas bombas en plena época de las dictaduras europeas, y muchos testigos las distribuyeron, aún a riesgo de sus vidas..

El cambio más importante durante el tiempo de Rutherford fue a adopción de un nombre, Testigos de Jehová, esto sucedió en 1931, con motivo de una importante y multitudinaria asamblea en Columbus Ohio. Hasta ese tiempo, ellos se hacían llamar simplemente Estudiantes de la Biblia, o estudiantes internacionales de la Biblia, cuando su obra llegaba a muchos otros países. También en las publicaciones se auto denominaban, la Iglesia, los ungidos del Señor, seguidores de las pisadas de Jesús, miembros del cuerpo de Cristo, pero no tenían un nombre de confesión claro que los identificara. Por otro lado, como suele suceder, los enemigos de estos, solían colocarles títulos, algunos los llamaban auroristas milenarios, otros russelistas. Lejos de aceptar los nombre que otros les impusieran, ellos adoptaron el de Testigos de Jehová. Pues desde algún tiempo intentaban dar más énfasis a Dios, utilizando cada vez más el nombre que se le daba en Antiguo Testamento, que comúnmente en idiomas occidentales era Jehová. De esa manera también querían dejar claro la distinción entre Cristo y Dios, que en este caso es Jehová. 

Otra importante cuestión, fue una nueva interpretación de lo que Russell se refirió tiempo atrás como la Gran Multitud o Gran muchedumbre de Apocalipsis, que durante un tiempo pensaron y enseñaron que era una clase secundaria, con esperanza celestial, pero como de segundo orden. Desde 1935, enseñaron que este grupo, sin un número definido, son los súbditos del Reino de Dios que vivirán en la tierra, una vez se acabe el sistema de cosas mundial por la mano de Dios. Citan para ello, textos como Salmos 37:11,29; Isaías 11:4-9; 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 7:9-14; 21:1-4. Donde se habla de diferentes maneras de personas en la tierra, convertida en un paraíso. De nuevo se volvía a hablar de paraíso terrenal, tal como lo entendían Papías o Ireneo de Lyon en el siglo II. También lo que Henrry Grew, Newton y otros pensadores cristianos de siglos atrás especularon sin lograr convencer a otros con sus propuestas, ahora los Testigos lo enseñaban abiertamente, y armonizando por fin las dos esperanzas expuesta en las escrituras, una vida en la tierra y una celestial. Así aunque siguen hablando de 144.000, que son los que tienen esa llamada celestial, no son lo únicos que se salvarán, sino una muchedumbre incontable y sin limites de personas justas. 

Eso significó una nueva intensificación de la obra predicadora de los Testigos, que pese a las dificultades de una nueva guerra en este caso la segunda, aumentaban de forma constante. En los años cuarenta y tras la muerte de Rutherford, con Natan Knorr, como presidente, se dio ímpetu a la obra misional y a la mayor educación para todos los Testigos. Eso ha significado su mayor difusión por todas partes de mundo. Es difícil hallar un lugar donde los Testigos todavía no hayan llegado con su predicación. En cuanto a la educación , lo que se espera es que todos sean buenos lectores de la Biblia y las publicaciones, para ello se han esforzado por enseñar a leer y escribir a todo cuanto quisiera. De tal modo que son cientos de miles las personas que han salido del analfabetismo en América latina, África y Asia, según los datos de los Testigos. De hecho dentro de su comunidad, es difícil encontrar a alguien que no sepa leer. 



Grupos disidentes entre los Testigos
         
Si bien, pocos movimientos han surgido como disgregación o ruptura de entre los Testigos de Jehová, y de entre estos, ninguno han llegado a convertirse en movimiento religioso realmente conocido o que tengan alguna notoriedad en nuestros días. En ese sentido, los testigos son una organización muy cohesionada y con escasas divisiones, si lo comparamos con mormones, adventistas pentecostales u otros grupos de su época. No obstante si han afrontado algún que otro cisma, sobre todo en los primeros años.

         Hubo problemas en 1917 en la IBSA (Asociación Internacional de los Estudiantes de la Biblia), como se les conocía en inglaterra antes de aceptar el definitivo nombre de testigos de Jehová, estos problemas resultaron en la expulsión entre otros, de los cuatro miembros del cuerpo de directores: R. H. Hirsh, I. F. Hoskins, A. I. Ritchie e J. D. Wright. Parte de este cisma fue provocado por una lucha por el poder y parte por la oposición al Volumen VII de los Studies in the Scriptures: el libro titulado Estudios de las Escrituras: El Misterio Terminado, el trabajo póstumo de C. T. Russell, extraído de numerosos escritos y artículos no publicados que Russell había dejado, y que fueron recopilados sobre todo por Clayton J. Woodworth y George Fisher. El séptimo volumen presentó varias ideas teológicas aparentemente nuevas que muchos consideraron totalmente contrarias a lo entendido hasta ese tiempo y fue así como se desarrolló la oposición a ese libro desde dentro de la organización. Este grupo, además, se opuso al nuevo presidente elegido de la Watchtower, J. F. Rutherford.  Después de la victoria concluyente de Rutherford, varios miembros prominentes retiraron su apoyo y formaron un grupo en paralelo que también se siguieron llamando Estudiantes de la Biblia. La primera Asamblea de estos Estudiantes de la Biblia fue realizada independientemente del grupo mayoritario del 26 al 29 de Julio de 1918 en Asbury Park, New Jersey. Algunos meses después doscientas o trescientas personas asistieron a una segunda asamblea, en Providence, Rhode Island, en Noviembre de 1918. Fue en esta reunión cuando se formó el Pastoral Bible Institute con el objetivo de continuar la obra de Russell independientemente del grupo de Rutherford. 

         En 1918 editaron la revista The Herald of Christ's Kingdom [El Heraldo del Reino de Cristo, nombrándose director de la obra R. H. Streeter hasta su muerte en diciembre de 1924. Hoy el Instituto aún continúa publicando su revista y también folletos y tratados. Además continúan la impresión de los Studies in the Scriptures  de C. T. Russell y otros escritos que ponen a disposición del público, pero al día de hoy solo unos pocos miembros continúan con la labor de forma casi tetimonial, sobre todo en Inglaterra y EEUU.

         De entre este mismo grupo surgió en 1917, otro llamado Asociación de estudiantes de la Biblia, que en realidad se trataba de varias congregaciones separadas e independientes esparcidas por los Estados Unidos, Europa, Canadá. El más antiguo de todos era el grupo de Estudiantes de la Biblia de Jersey City, también separados del grupo mayoritario tras la desaparición de Russell, pero que tampoco quisieron alinearse con el grupo de Rithcie, J.Writhe  y los demás. En realidad, estos han tenido un escaso progreso, aunque algunos miembros siguieron reuniendose hasta finales del siglo XX. 

         Tambien se sabe de que algunos disidentes posteriormente a 1925, se unieron estos y al parecer desde entonces publican artículos como el de Science and Creation, en dónde se defiende a la Biblia como libro científico y tratan de especulaciones relacionadas con la estrellas, al más parecido estilo de Swedenborg.

 (Para conocer a fondo estos y otros movimientos surgidos por rupturas y separaciones de entre los estudiantes de la Biblia y posteriormente Testigos de Jehová, puede encontrar más detalles en el libro el Trigo ahogado tomo IV, que cuenta además con una extensa bibliografía para consultar fuentes confiables)


Polemicas y dificultades

En 1945, surgió entre los testigos una norma, extraída de la Biblia que ha traído de cabeza a médicos y jueces. También para los Testigos ha supuesto toda una prueba, se trata del asunto de la interpretación de Hechos 15:28,29 con respecto la abstinencia de la sangre como alimento. Aunque desde algún tiempo antes, algunos testigos ya habían entendido que debían evitar alimentos que contuvieran sangre, sin embargo desde ese año se expuso que la abstinencia de sangre debía aplicarse también a un método medico de reciente implantación, las transfusiones de sangre. Aunque aquello ha significado la perdida de vidas, la incomprensión de la opinión publica, y de los médicos, aseguran no rechazar la medicina ni el cuidado hospitalario, simplemente rechazan tratamientos que contengan sangre. Si bien admiten que la decisión de abstenerse de sangre en casos de emergencia, es totalmente individual, nadie puede tomarla por el paciente.

Como argumentos para su rechazo a la sangre, mencionan el decreto explícito de los apóstoles en el concilio de Jerusalén del año 49, donde se tomaron ciertas decisiones aplicables a los cristianos y que lo recoge así el libro de los Hechos: "Que ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeos ninguna carga más que estas cosas necesarias: Que os abstengáis de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de lo ahogado, y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis (Hechos de los apóstoles 15:29,30). Explican que fue el único precepto de la ley,(Levítico 7:26,27;17:14) que pasó a los cristianos porque había sido dado antes de la propia ley mosaíca, (Génesis 9:4,16). También, en numerosas ocasiones hacen referencia al comentario de Tertuliano en el siglo II, sobre las pruebas a las que se veían sometidos los cristianos cuando les ofrecían sangre bajo amenaza de muerte: Los cristianos no comemos sangre de animales, ni morticinios, que un morticinio podrido en cierta manera inficióna la sepultura del estómago. Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses? (Tertuliano - Apologeticum Cap IX, 3) Con estos precedentes, reconocen que aunque pueda estar en riesgo su vida, ellos prefieren sufrir que incumplir un precepto bíblico. Como prueba de su infranqueable lealtad a sus ideas, indican que en muchos países, han sido asesinados muchos testigos, por negarse a rendir culto a los símbolos patrióticos, o por su neutralidad en la política, como sucediera en Malawi, donde cientos de testigos fueron apaleados torturados hasta la muerte y otros miles expulsados del país, o en la Alemania de Hitler, que fueron confinados en los campos de concentración, a sabiendas que con solo firmar su renuncia o hacer el saludo a Hitler salvarían su vida, o en la Rusia soviética, amenazados con la deportación a Siberia, donde muchos murieron en el camino. Si por estas cosas no han dado su brazo a torcer, tampoco lo harán por otras, como el asunto de la sangre. Por otro lado según muestran los testigos, gracias a su negativa al uso de sangre en operaciones quirúrgicas, hoy día muchos médicos y hospitales, han buscado medios alternativos que a menudo usan para evitar transfundir, y evitar así los riesgos intrínsecos al propio tratamiento, de tal manera que los casos de muerte se han reducido drásticamente y en algunos países han desaparecido.

Por otro lado, este grupo se ha convertido uno de los más odiados y a la vez admirados del mundo. Odiados en el sentido de la mala prensa que han tenido, conviertiendose en el principal objeto de ataque por parte no solo de la iglesia católica, sino de casi todas las iglesias del mundo. La opinión pública en general, a menudo se une en sus ataques, pues muchas veces se les menciona en los medios de difusión, cuando se habla de sectas destructivas y peligrosas. 

Por estas y otras causas, han sido brutalmente perseguidos en países dictatoriales, tanto de izquierda, como de derecha, así como en lugares que algunas religiones importantes consideran su feudo. Ha sido así sobre todo en países islámicos, católicos, ortodoxos. Es difícil encontrar un movimiento tan maltratado y martirizado como ellos, a lo largo de toda su historia y en casi todos los países del mundo. Incluso en territorios relativamente democráticos han sufrido oposición y vituperios, ya se consideró el caso de Estados Unidos, Canadá y otros países latinoamericanos. En algunos casos son acusados de antipatriotismo, por su negativa a cantar himnos nacionales, saludar a la bandera o hacer el servicio militar. En otros lugares donde los gobiernos les confieren libertad, los medios conservadores católicos y los grupos antisecta, en la mayoría de los casos también promovidos por la Iglesia, suelen verter sobre ellos acusaciones que van, desde de fanatismo acerbado, de practicar presión psicológica, de manipulación y lavado de cerebro. En España, durante las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, una de las acusaciones más comunes contra los testigos, era acusarles de francmasones. Pero hasta en la pacifica Suiza han sido acusados de eso, por supuesto en la mayoría de los casos no son las autoridades quienes proponían esas acusaciones, sino el clero de las iglesias.

Lo más fácil sería concluir, que si esto se dice, es porque algo de verdad esconden las acusaciones o algo malo hay en ellos, es lo que quieren ver sus enemigos. Pero siendo objetivos y sinceros, se debe reconocer que investigando internamente este movimiento, muchas de esas acusaciones y comentarios desfavorables contra ellos, resultan difamaciones sin fundamento. 


La Sociedad Watchtower

Una acusación muy común que se lanza contra los Testigos, es con respecto a su inmenso trabajo editorial, algunos argumentan que el organismo que estos utilizan para editar sus Biblias y publicaciones, la Watchtower, se está lucrando con la publicación de miles de libros y revistas que producen. Aunque en este asunto debemos puntualizar, que quienes lanzan esas acusaciones, por la investigación hecha al respecto, no aportan pruebas o datos fehacientes, lógicamente, hablar de manejos económicos y religión, suena a noticia. Pero es inevitable hoy día y siempre que las religiones manejen fondos económicos, sea para su propia subsistencia o para sus obras y por otro lado, pocos grupos religiosos dan a conocer sus cuentas internas, no es fácil por lo tanto argumentar ni en contra ni a favor, pero de ninguna de ellas. Lo que parece cierto en el caso de los Testigos es que por lo general, su literatura se sufraga con donaciones particulares y voluntarias de sus miembros o de personas que reciben esta literatura. A nadie relacionado con los Testigos se le obliga a dar dinero por ellas, ni practican el diezmo o algún tipo de cuota recaudatoria por miembro. En un libro publicado por la catedrática de humanidades contemporáneas de la universidad de Alicante, en España, María Dolores Vargas Llovera, se hace una interesante descripción sacada de su propia investigación sobre estos hechos, donde afirma lo siguiente: En el aspecto económico, cada congregación, una vez creada, se autofinancia. No tienen ninguna ayuda estatal. Las ayudas solo las aportan los fieles y son para el mantenimiento de la congregación. Cuesta creer que una organización perfectamente montada como la de los Testigos de Jehová, solo se sostenga con aportaciones voluntarias. No obstante, eso parece deducirse de las entrevistas realizadas y de la convivencia que hemos mantenido con los grupos de ambas congregaciones. (Los Testigos de Jehová y otras confesiones - María Dolores Vargas Llovera).

Esta misma escritora hizo un estudio profundo sobre la vida y obra de los Testigos, introduciéndose entre ellos como un miembro mas, sin compartir por supuesto sus ideas, pero pudiendo atestiguar que nunca se le obligó ni pidió personalmente dinero para la causa. Como hacen muchas iglesias, colocan cajas donde cada uno de forma voluntaria entrega lo que quiera o pueda, si puede.

En el caso de los Testigos de Jehová, las normativas internas impiden que alguien pueda beneficiarse de las finanzas que manejan, no hay constancia de que haya alguien o un grupo dentro de los testigos que se lucren con su literatura. Los miembros dirigentes más prominentes, los del llamado "cuerpo gobernante", a menudo mueren en plena actividad, no se jubilan y no dejan herencia económica alguna a sus descendientes o familiares; tampoco lo hacen los miembros oficiales de la Watchtower, ni directivos, ni miembros de la corporación. No tiene mucho sentido, si realmente se beneficiaran económicamente de la obra, enriquecerse para no disfrutar de dichas riquezas, ni dejarlas a sus allegados. La sociedad Wathctower en si solo es una corporación legal, inscrita como sociedad no lucrativa, para poder imprimir libros, Biblias y revistas religiosas;  y si bien habla de socios, estos no reciben ninguna remuneración económica, los mismos miembros dirigentes del llamado "Cuerpo Gobernante" se han desvinculado de esta corporación para demostrar que esta no es el fin, sino un medio más utilizado por los testigos para llevar a cabo su labor. Por otro lado, en muchos países están las leyes que los han investigado, no encontrando en ellos delitos ni fraudes. 

Incluso miembros prominentes que han salido de entre ellos y después se han convertido en enemigos dispuestos a atacar y escribir contra estos, desmienten tales acusaciones, pues reconocen que todos los miembros que forman parte de la central de los Testigos de Jehová y de todas las llamadas sucursales en cada país, hacen un voto de pobreza obligatorio. Efectivamente, todos los que trabajan en las sedes nacionales o internacionales, desde el más pequeño al más grande dirigente, reciben una mesada como ayuda para sus gastos personales, como transporte, ropa y poco más. Lo mismo sucede con los ministros viajantes, misioneros y los llamados precursores especiales de tiempo completo, que dedican todo su tiempo a la obra. Por otro lado, los ancianos y siervos ministeriales de cada congregación, salvo los que son misioneros o precursores especiales, no reciben ninguna retribución por su labor, cada uno tiene su propio trabajo y se gana la vida de forma independiente. Esto resta credibilidad a todos aquellos que persistan en afirmar que los Testigos tienen empresas secretas, que se lucran con las donaciones de los miembros base, no se puede hacer caso a tales comentarios, sobre todo cuando jamás han aportado pruebas al respecto. 

Hablar de sacar beneficios económicos con esta labor, sería como afirmar que el papa también se lucra con los libros que el escribe, y que por cierto se convierten en bestsellers. Puesto que estos se exponen en librerías comerciales y se les da mucha publicidad, se supone que la iglesia católica o de forma personal el Papa, recibe cantidades ingentes de dinero. ¿Donde van las regalías o beneficios de toda esta venta? También se podría decir lo mismo de las sociedades bíblicas, que son dirigidas por muchas iglesias protestantes, metodistas, bautistas y otros grupos de iglesias, y que venden sus Biblias y libros a un precio en las librerías comerciales. ¿Las convierte esto en un imperio comercial? ¿Quién se enriquece con el dinero de universidades mormonas, adventistas, bautistas y de otras muchas confesiones? Está claro que el manejo económico de las iglesias en general, es difícil de cuantificar. Pero concluir que son personas especificas quienes se enriquezcan con estas cosas, y no las propias iglesias o confesiones que se sirven de estos fondos, es la acusación más fácil y que más vende, pero eso sería, faltar a la verdad. Investigando en esta y otras confesiones de similar calado, hemos observado que el dinero apenas llega para sufragar los gastos que conlleva su labor, entre otras, el mantenimiento de misioneros, ministros religiosos, impresión de publicaciones, ayudas asistenciales, etc.

Odiados y elogiados

Por otro lado, algunos de sus preceptos también han sido criticados por los medios de comunicación, como el famoso asunto de las transfusiones de sangre, con acusaciones que van desde que no aprecian la vida, o que van contra la medicina actual, etc. Ya explicamos, sin embargo el origen de su negativa a este uso de la sangre, que es puramente religioso. Esto y sus estrictas normas morales, les hacen blanco de los ataques de los grupos antisecta que los acusan de coartar las libertades humanas, aunque en realidad, simplemente ponen en practica las normas, que en muchos casos otras iglesias también defienden, pero no logran hacer que apliquen sus feligreses.

En Europa se les acusa de ser una religión americana, una acusación vacía en si, cuando sucede en realidad, por lo que hemos visto, prácticamente todos los cristianismos surgidos en el siglo XIX, lo hicieron en América. También, muchas otras minorías cristianas, como menonitas y amish, progresaron allí, gracias a un régimen de libertad religiosa, que no ha tenido la vieja Europa, donde la mayoría de los grupos religiosos no católicos, ni ortodoxos, han sufrido duras persecuciones, tanto por los reyes déspotas, zares y en el último siglo, por las dictaduras fascistas en la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la España de Franco y el bloque comunista. 

Parece ser que nada de esto detiene el avance de los Testigos en toda la tierra, pues por lo mismo que son atacados desde todos los ámbitos, incluyendo las demás iglesias, también al mismo tiempo, han sido admirados. Se critica lo que muchos califican de agresivo proselitismo, otros sin embargo lo ven como incansable labor y algunas iglesias los ponen como ejemplo de lo que ellos deberían hacer. ¿Quien no ha recibido alguna vez la visita en su casa de una pareja de Testigos? Pese a que son relativamente un grupo pequeño, según las últimas cifras, ellos reconocen poco más de siete millones y medio. Sin embargo, la cifra real de personas relacionadas con ellos, si contamos con los que asisten a sus reuniones, es seguro mayor, esto es así por el hecho de que solo cuentan como miembros oficialmente, a los que son ministros activos. Por lo cual, no cuentan a niños, simpatizantes, estudiantes, ni a miembros inactivos. De hecho, ellos llaman predicadores, no a los que hablan desde el púlpito, sino a todo miembro que se ocupa en predicar de puerta en puerta o de alguna manera ocupa un determinado tiempo en la labor de predicar o hablar de su fe a otros, algo que no está destinado solo a un grupo misional, sino todo testigo lo hace como parte de su religiosidad. Eso los convierte en una fuerza predicadora impresionante, que en ocasiones por su ímpetu ha sido sobrevalorada. Valga un par de ejemplos para ilustrar esto. Uno sucedió en Polonia, en los años treinta del siglo XX, debido a la obra de predicación llevada allí, los medios de comunicación calculaban que en su país podía haber unos seiscientos mil Testigos, cuando en realidad había solo seiscientos, eso es prueba de la intensa labor que realizaban, que para los medios y las autoridades, los hacía multiplicarse. En Alemania en pleno apogeo del nazismo, en un solo día se llenó el país entero de un panfleto que distribuyeron masivamente, donde denunciaban las persecuciones del régimen nazi, lo cual confundió a la misma Gestapo, quienes no pudieron parar aquella campaña, y se vieron desbordados, eso pese a aniquilar a miles de Testigos en los famosos campos de concentración. Tras esos atroces ataques y muertes, al finalizar la guerra el número de Testigos en Alemania había crecido. Recientemente en Rusia se ha vivido una situación similar con una campaña espectacular de entrega de información de denuncia. En valor, desde luego, pocos se acercan a ellos. Se asemejan a los Paulicianos o lo valdenses de la edad media, o a los donatistas del siglo IV, que no temían ser perseguidos o martirizados. 

En cualquier caso, las cifras de la actividad de esta minoría cristiana, sonroja a otros grupos religiosos. Si comparamos los datos de los poco más de ocho millones de Testigos, con los de la iglesia Católica que cuenta con 1200 millones de miembros, incluso esta queda mal parada. En la iglesia, tan solo un 8% de miembros se consideran practicantes, por participar en alguna faceta de la obra de la Iglesia. Y de todos estos, apenas "cuatro millones" tienen realmente una parte activa, (A nivel global, los datos de la Iglesia Católica, nos muestran que existen 2915 iglesias particulares; 4875 obispos; 406,411 sacerdotes; 30,097 diáconos permanentes; 55,057 monjes 782,932 monjas; 2,767,541 catequistas laicos y 143,745 misioneros laicos), en realidad, si hablamos de practicantes o ministros activos, estos datos están muy por debajo de los que aportan los testigos. La mayoría de las demás religiones apenas se acercan a estas cifras, incluso algunos movimientos evangelistas que tanto aumento parecen tener sobre todo en América latina y África, tampoco se acercan en cuanto a actividad regular de sus miembros, aunque el fruto de aquellos supere en número al de los testigos. Pese a su fuerza predicadora, el aumento ha sido lento y no tan explosivo como el de los pentecostales, pues no parece fácil ser aceptado dentro de sus filas, ya que no se trata de un culto pasivo de fin de semana, sino algo que envuelve el vivir diario. 

Con una visión del estudio de la Biblia, similar a la del pietismo de Alexander Mack del siglo XVII, los testigos de Jehová, suelen tener un conocimiento bíblico muy superior a la de cualquier miembro de otra confesión religiosa. Su principal medio de difusión de este entendimiento bíblico que aceptan, es la revista Atalaya, publicada desde 1879. Por otro lado, sus reuniones son muy participativas, y según observó y así lo expone en su libro la misma catedrática antes citada, desde jóvenes hasta mayores, hombres y mujeres participan en las diferentes facetas preparadas en sus reuniones. Sobresale el que incluso niños o niñas y jóvenes adolescentes, se expresen desde la plataforma, como lo hacen los adultos, sea en discursos o presentaciones, donde dan explicaciones bíblicas sobre diversos temas. Ese entrenamiento, hace que los jóvenes testigos estén tan preparados para defender sus ideas, casi como los adultos, independiente de que estén bautizados o no. Sobresalen también los jóvenes testigos por su conducta y el cumplimiento de estrictas normas morales, como evitar las relaciones sexuales hasta el matrimonio, el uso de drogas, tabaco y excesos con las bebidas alcohólicas, no cantar himnos patrióticos ni saludar la bandera u otros objetos patrios en cualquier país donde estén presentes.


Organización y doctrina

Sus congregaciones no son gobernadas por una sola persona, como un sacerdote o pastor único, sino que forman lo que llaman cuerpo de ancianos, todos con similar autoridad y no remunerado. Desde los años treinta, estos no son elegidos democráticamente por votación de la congregación sino por el progreso, aptitud y actitud de los miembros. 

Practican el bautismo de adultos, aunque se dan casos de jóvenes menores de edad, por lo general, este acto suele suceder como promedio entre edades superiores a los quince años. Nadie es obligado a ello, el bautismo es voluntario, ya que ni los padres, ni nadie, deben obligar a esto a sus hijos. De hecho algunos jóvenes, aún habiendo nacido en el seno de familias activas, nunca dan el paso del bautismo, y deciden libremente dejar la religión de sus padres. Sucede que algunos jóvenes por la influencia externa o el deseo de conocer mundo, abandonan el movimiento, pero como sucede con los jóvenes Amish, con el tiempo muchos son los que vuelven. Lo cual indica que los Testigos aprecian su hermandad y la separación virtual, que no física, con el mundo exterior.

Son conocidos también por su neutralidad absoluta en todo campo político y militar. Nunca han abogado por ninguna clase de gobierno humano, ni apoyan campañas de ningún político, ni participan en las elecciones de estos, pues consideran que el cristianismo es incompatible con los poderes temporales. 

Si buscamos paralelismo en esto, solo encontramos lejanas similitudes con los cuáqueros por su pacifismo, lo mismo que con los originales menonitas, los amish; más cosas en común quizás tienen con los cristadelfianos, ya no solo por su pacifismo, sino incluso doctrinalmente, aunque diferenciándose en temas como la existencia del diablo o la salvación de Israel. Por otro lado, su antitrinitarismo, guarda mucha relación con la teología de David Joris, Lelio Socino, Isaac Newton, Miguel Servet y otros antitrinitarios, llegando a ser comparados con los arrianos del siglo IV. 

El asunto de las fechas, es otro punto por lo que se les suele criticar. Ya nos extendimos con el famoso año 1914, y visto lo visto, supieron salir airosos de aquel momento de incertidumbre. Parece ser que posteriormente, esperaban algo para 1925, aunque también aquel año les sirvió para entender mejor los acontecimientos de 1914, como hemos visto. Se habló del 1975, pero en sus publicaciones, tan solo señalaban aquel año como el final de los seis mil años bíblicos desde Adán, no significando necesariamente el final de todo, aunque al parecer algunos miembros de forma particular, si esperasen que llegase algo. Oficialmente, los testigos en general han abandonado los cálculos cronológicos, aunque mencionan que es importante mantenerse alerta y consideran que es mejor equivocarse en diez fechas que estar dormidos cuando llegue el momento. 



Una de las más grandes asambleas organizadas por los Testigos de Jehová fue en 1958, con una asistencia de 250,000 personas, en dos estadios de New York a la vez, en las que además se sirvieron comidas y alojamiento para todos los asistentes------------------->


La unidad ideológica y personal, que mantienen es admirable. Difícilmente se puede encontrar un grupo que reúna a millones de personas de todas las naciones y razas, y que consiga que todas tengan las mismas pautas, los mismos criterios, la misma enseñanza y sobre todo, que se mantengan unidos, sin que para ello tengan que organizarse en comunas separadas de la sociedad, ni se alejen de la comunidad donde viven. 


<--------Impresionante campamento de tiendas de campaña y remolques en un terreno alquilado por los Testigos para alojar a más de 40.000 asistentes a una de sus asambleas anuales. Lo más sorprendente es que no hizo falta policías ni autoridades para mantener el orden.

El carácter pacifista y su unidad, se observa sobre todos en sus multitudinarias asambleas, donde la amabilidad, el respeto y orden son tan sobresalientes, que llaman la atención de observadores imparciales, incluso de sus enemigos. Nunca se han visto envueltos en disturbios, ni en luchas religiosas violentas, como lamentablemente ha sido el caso de muchos otros. También y con sus propios esfuerzos, sin ayudas estatales, ni diezmos obligatorios, han llegado a estar presentes en todas partes del mundo. Si bien, no tienen una organización especial a modo de ONG, como pueden tener mormones, adventistas,  o católicos, para la ayuda o labores de socorro, sin embargo en todas las situaciones de necesidad, están presentes.

Algunos critican que no se dediquen más a la ayuda a los pobres o a obras de caridad, pero ellos afirman que la solución de los problemas de la humanidad no está en las manos del hombre, se llevan décadas recaudando dinero por parte de toda clase de organizaciones para paliar el hambre en África y erradicar la pobreza y sin embargo, seguimos viendo los mismos pobres y el hambre en el mundo no disminuye, pese al aumento notable de la ayuda humanitaria en las miles de Ongs existentes. La cita de Jesús, a los pobres siempre los tendreis con vosotros, indican la triste realidad. Por ello, según predican los Testigos, si bien hay que preocuparse por los desvalidos, pobres y hambrientos, lo espiritual debe ser lo primero y ayudando a la gente a ser más honrrados, trabajadores y temerosos de Dios, es la mejor ayuda que se puede dar para enfrentarse a estas dificultades. Ellos mismos presumen de que ningún Testigo de Jehová muere de hambre o pasa necesidad por no recibir la asistencia y ayuda de sus hermanos, incluso en países castigados por las hambrunas y las crisis, parece ser que los Testigos por lo general no sufren tanto como los demás y es en esos países donde más aumenta el número de estos. Por otro lado, son pocos los que huyen de sus países en busca de prosperidad en Europa o Norteamerica, se dice que no hay TJ en las pateras que llegan a España desde las cosas subsaharianas.


En definitiva, los testigos de Jehová a lo largo del tiempo, han ido eliminado capas y se han ido puliendo hasta conseguir una organización muy cohesionada, solida y estable. Es posible que lo que más se critique de ellos, los muchos cambios que han hecho en su estructura doctrinal u organizativa a lo largo de los años, sean sus mejores virtudes. En cualquier caso, nada hasta ahora los detiene, en espera de la llegada del Armagedón que esperan con entusiasmo, que según enseñan será cuando todo el sistema mundial sucumba y quede la tierra para los justos, donde también muchedumbres de justos aprobados por Dios e injustos en ignorancia resucitaran, unos para vida, otros para una segunda oportunidad de redención y juicio. La tierra entonces, será convertida en un nuevo mundo, donde ni el dinero, ni el poder político tendrán lugar, donde la humanidad alcanzará la perfección mental, espiritual y física de la que ahora carece. También enseñan que al mismo tiempo, desde el cielo un grupo reducido de personas junto con Cristo, elegidos de entre la tierra, y de todas las épocas, desde el inicio del cristianismo, dirigirán o gobernaran, en el llamado Reino milenario de Cristo, que cerrará el circulo del propósito eterno de Dios. Ese es el resumen de la esperanza que prometen y enseñan los Testigos de Jehová por todo el mundo.

(Para una profundización mayor de sus enseñanzas y su actual situación ante el futuro, puede consultar el libro El Trigo ahogado Tomo IV)