Aunque a decir verdad la inspiración vino de Peter Chelcický nacido en 1390, (Muerto en 1460), Chelcický, fue un escriturario y reformador checo que estaba muy familiarizado con las enseñanzas de valdenses y husitas, a los que siguió y estudió detenidamente. Rechazó a los husitas taboristas por el camino violento que había tomado su movimiento y se apartó de los ultraquitas y valdenses por las concesiones que habían hecho en sus doctrinas, para evitar las persecuciones de la inquisición. Condenaba la guerra por considerar que se oponía al cristianismo y pensaba que el cristiano debía regirse por "la ley del Cristo", sin importar las consecuencias.
Algunos descontentos con el husismo,
como el escriturario Chelcický. Abajo,
ilustración. que muestra al sabio checo.
En 1440, Chelcický plasmó sus enseñanzas en un libro titulado Las redes de la fe. Su idea de un cristianismo pacifista, alejado de todo poder temporal, sin un cabeza humano que dirija el entendimiento ni la fe personal, resultaron atractivas para muchos, sobre todo porque muchos desengañados de entre las filas husitas, de ninguna manera querían volver a la iglesia a la que veían como la ramera babilonica de la Biblia y al papa como el anticristo.
Las enseñanzas de este escriturario tuvieron una gran influencia en un contemporáneo suyo algo más joven, Gregorio de Praga, hasta el punto de que este abandonó el movimiento husita. En 1457, Gregorio persuadió a pequeños grupos de anteriores husitas para que se marcharan de sus hogares ubicados en diferentes partes del país y lo siguieran. Así se establecieron en 1458 en la parroquia de un ex-sacerdote utraquista llamado Miguel, en Senftenberg, y allí fundaron con él una nueva colonia en la región de Kunvald. Otras pequeños hermandades o partes de ellas se unieron al grupo de Kunvald. Pero no era su intención el convertirse en una orden monacal, sino que simplemente deseaban vivir en comunidad, intentando vivir un cristianismo sentido desde la base del conocimiento y la fe y no impuesto. Además querían que ese cristianismo fuera una manera de vivir y no un ritual de fines de semana o solo durante la misa.
Con el tiempo se les fueron uniendo grupos de valdenses alemanes y checos. Estos formaron una comunidad a la que llamaron los Unitas Fratum, o hermanos unidos, mas adelante conocidos como hermanos moravos, que se mantuvieron separados de todo movimiento posterior durante gran parte del siglo XV, y fueron famosos por su espíritu misional. Se nombraron cabezas o ancianos con el fin de dirigir organizadamente la comunidad, pero sin la opulencia y potestad de la jerarquía eclesiástica católica. En sus inicios se distinguieron por la abolición de todas las distinciones de rango y fortuna, tomando el nombre de cristianos como la única dignidad para todos por igual; la abolición de los juramentos, del servicio militar, muchas cosas que tomaron de doctrinas valdenses.
DESARROLLO DOCTRINAL
Los Units Fratum, fueron desarrollando su propio patrón doctrinal a medida que interpretaban en las escrituras, y descubrían muchas enseñanzas que llevaban vetadas por años, además llegaron a rechazar otras que por siglos habían sido establecidas como verdades fundamentales, pero que no aparecen en la Biblia que ahora podían leer en checo.
Por ejemplo enseñaron que el espíritu santo era el "dedo" de Dios, su fuerza activa, no lo veían como una persona o ente de la trinidad, doctrina que por otro lado no encontraron bíblica. Entendían que el sacrificio de Jesús consistía en que este hubiera entregado su vida humana perfecta a cambio de la que el pecador Adán había perdido. No veneraban a María, la madre de Jesús. Restauraron la doctrina del sacerdocio de todos los creyentes sin el voto de celibato. Fomentaban la predicación pública por parte de cada miembro de la congregación y expulsaban a los pecadores que no se arrepentían. Ejercieron una separación estricta en cuestiones militares y políticas.
El gobernador de la región, Von Podiebrad mantuvo una estrecha vigilancia sobre la creciente comunidad, por temor a que su crecimiento resultase en rebeliones contra el reino checo. En 1461 arrestó a Gregorio y a varias personas más, bajo sospecha de reavivar la herejía de los Taboristas. Los acusados admitieron que ellos no creían en la presencia real de Cristo en la Eucaristía; pero que habían compartido el pan y el vino en sus reuniones nocturnas como comida común, que además no pretendían imponer sus ideas por la fuerza del poder, pues nunca aspirarían al poder político.
Aquello parece que convenció a las autoridades de que aquel grupo no era de ninguna manera un peligro. Bohemia se estaba convirtiendo en un oasis de tolerancia religiosa en medio de una Europa intransigente con las herejías, por ello muchos fueron los grupos disidentes que buscaron refugio allí, aunque las cosas cambiaron con el tiempo.
Así, Gregorio y los suyos fueron liberados, sin embargo para evitar interferencias futuras, huyeron al Señorío de Reichenau dónde vivieron ocultos en las montañas. Allí, en 1464, se mantuvo una asamblea secreta de las Hermandades de Bohemia y Moravia en la que aceptaron como base de su credo la doctrina de que la justificación se obtiene a través de la fe y las buenas obras, rechazando el bautismo de infantes, y las indulgencias o pagos por la salvación. Se requirió a los ricos que abandonaran sus riquezas y la pompa mundana y vivieran en una pobreza voluntaria. De esa manera los miembros de la comunidad entregaban sus propiedades privadas en beneficio de la Hermandad. Cualquiera que no observara la unidad entre fe y práctica era separado de la comunidad, prohibiendo la comunicación con este.
Para asegurar de un modo ordenado el cuidado espiritual de la comunidad que crecía rápidamente, hasta entonces efectuado por predicadores ambulantes, en 1467 decidieron los «ancianos» en un Sínodo celebrado en la ciudad checa de Lotka, la creación de un estamento sacerdotal independiente, no necesitarían buscar conversión de sacerdotes católicos, para nombrar a los suyos. Esto significó la ruptura definitiva con la Iglesia, pero no solo con la católica, sino con sus antiguos predecesores los lolardos o husitas. A través de un bautismo masivo efectuado precisamente allí en Lotka y dirigido por un anterior obispo valdense, llamado Matías, demostraron su consagración a su nueva fe, con la que intentaron hacer una conexión con la época apostólica primitiva. Por otro lado, la comunidad fue en constante crecimiento, ya no solo se trataba de un foco centrado en una determinada ciudad, sino se fue esparciendo por diferentes pueblos de toda Bohemia, parte de Alemania y Austria.
A partir de entonces las diferentes comunidades de Unitas se denominaron a sí mismos por sus lugares principales de residencia: hermanos de Kunvald, hermanos de Bunzlau y hermanos moravos. Pero sus enemigos y detractores, simplemente les denominaban valdenses o picardos (una deformación del termino begardos, por la búsqueda de la pobreza y sencillez que aquellos ostentaron). Se les identificaba por su estricta neutralidad, y una religiosidad sobresaliente, máxime que en aquellos tiempos, aunque la gente por lo general era creyente, no existía el ateísmo, pero la religiosidad era muy superficial.
Sin embargo la unidad y paz que identificaba a estas comunidades pronto se vio perturbada, pues algunos miembros prominentes querían rebajar las estrictas normas y el aislamiento al que se veían sometidos, buscaban el favor de los gobernantes, temiendo que de lo contrario serían aplastados sin más.
En los Sínodos celebrados en Brandeis primero en 1490 y en Reichenau en 1494 estallaron las tensiones internas existentes en la comunidad que llevaron a una escisión del llamado «grupo minoritario» también conocidos como amositas por su jefe, el presbiterio o anciano Amos. Estos se atenían estrictamente a las reglas del periodo inicial, especialmente a los seis mandamientos menores del sermón de la montaña: no guardar rencor ni enfadarse, no codiciar, no divorciarse, no jurar en vano, no rebelarse contra el mal, hacer bien al enemigo. A partir de 1500 la comunidad que ya contaba con unos 100.000 miembros- recibe la impronta de Procopio de Neuhaus y Lucas de Praga, como lideres del movimiento. Adoptan nuevas formas jurídicas y un nuevo ordenamiento social, un ritual. Para el año 1501 tenían su propio ibro de cánticos, y un libro de normas y conocimiento básico para los iniciados. Sus cánticos en lengua vernácula ejercieron considerable influencia en el canto eclesiástico de Alemania.
Por otro lado otros miembros, quizás los más acomodados o comerciantes empezaron a ceder ante los intereses políticos, ya en 1490 se debatían entre seguir los estrictos preceptos pacifistas y separatistas que los identificaban o se amoldaban y suavizaban sus posturas para atraer a mas adeptos. Así surgió un grupo mayoritario, que de alguna manera se apegó pronto al poder y con el tiempo sus seguidores se acogieron al movimiento protestante, mientras el grupo minoritarios, decidieron rechazar abiertamente a toda religión que no aplicara los fundamentos de la Biblia, predicando denodadamente su postura contraria a la política y al mundo.
Pero para los minoritarios o amositas, pese a quedar en minoría, era vital seguir demostrando separación y limpieza de sus creencias y no volver a contaminarlas con las doctrinas de la iglesia, ni con el poder político. Por ejemplo, un miembro del grupo minoritario moravo escribió al respecto : "La gente que va por dos caminos tiene pocas garantías de permanecer con Dios, ya que solo están dispuestos a ofrecerse y someterse a Él en raras ocasiones y en asuntos menores, mientras que en los de mayor importancia hacen lo que les place. [...] Nosotros queremos contarnos entre los que son de mente firme y tienen buena conciencia, los que siguen a Cristo el Señor cada día con su cruz a cuestas por el camino estrecho".
Ambos grupos siguieron llamándose hermanos unitarios, pero cada vez mas las dos facciones se iban distanciando. Dado que los amositas se apegaron estrechamente a las resoluciones registradas en las Acta, consideraban que eran los auténticos herederos de la Unión de Hermanos original.
La llamada Acta Unitatis Fratrum, escritas en los siglos XV y XVI, y muestran algunas de las creencias defendidas por grupo minoritario de los hermanos moravos. Las declaraciones, redactadas por sus líderes, iban dirigidas principalmente contra la iglesia, pero también hacen referencia al grupo mayoritario. Las principios básicos de su enseñanza quedan relfejados en la famosa acta :
"Aunque busqueis por toda la Biblia, no encontrareis que Dios esté dividido en ninguna clase de Trinidad, compuesta de tres personas con nombres, como se ha inventado la gente."
"El espíritu santo es el dedo de Dios y una dádiva de Dios, un consuelo, o el poder de Dios, que el Padre da a los creyentes sobre la base de los méritos de Cristo. En las Sagradas Escrituras no hallamos que al espíritu santo se le deba llamar un Dios o una persona; tampoco lo muestran las enseñanzas apostólicas."
"Ellos os otorgan incorrectamente el título de 'sacerdote'; pero sin la tonsura y los óleos, no sois superiores en nada al más común de los legos. San Pedro pide a todos los cristianos que sean sacerdotes cuando dice: Ustedes son el sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales (1 Pedro 2)."
"El Señor Cristo dijo a sus apóstoles: Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creación, a los que quieran creer (Marcos, capítulo 16). Y solo después de esas palabras añade: y el que fuere bautizado, será salvo. Pero ustedes enseñan que se bautice a infantes que carecen de fe propia."
"Todo lo que sus primeros hermanos consideraron reprensible e inmundo, unirse al ejército y asesinar, o andar por los caminos con armas, ustedes lo juzgan bueno [...]. Por eso creemos que ustedes, junto con otros maestros, solo comprenden a medias las palabras proféticas que señalan: Allí quebró las saetas del arco, el escudo y el cuchillo y la guerra (Salmo 75). Y estas otras: No harán mal, ni causarán daño en todo mi santo monte, porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, etcétera (Isaías, capítulo 11)."
"Todos sabemos bien que, en un principio, las mujeres llevaron a más personas al arrepentimiento que todos los sacerdotes y el obispo juntos. Pero ahora los sacerdotes se han establecido en sus terrenos y en sus rectorías proporcionadas por la iglesia. ¡Qué gran error! Vayan por todo el mundo. Prediquen [...] a toda criatura."
Se dice que 50 de los 60 libros bohemios o checos impresos entre 1500 y 1510 son obra de miembros de la Unión de Hermanos
Esto fue base de una linea doctrinal que hacía guiños al arrianismo, adopcionismo español, al cristianismo de antes del siglo IV y en definitiva a las raíces del cristianismo del primer siglo.
Estos continuaron siendo muy críticos con otras confesiones religiones, incluso a sus hermanos del grupo mayoritario y contra le protestantismo surgido en le siglo XVI. Sobre dichas religiones se escribió lo siguiente en un documento amosita de la época : "Ustedes enseñan que se debe bautizar a infantes que carecen de fe propia y en esto siguen la institución de un obispo llamado Dionisio, que por instigación de algunas personas poco juiciosas insistió en el bautismo de infantes [...]. Hacen igual casi todos los maestros y doctores, Lutero, Melanchthon, Bucer, Korvín, Jiles, Bullinger; todos siguen la misma tendencia".
Como es lógico, el grupo minoritario de los hermanos moravos o amositas fue cruelmente perseguido. En 1524, a uno de sus líderes, Jan Kalenec, lo azotaron y le quemaron la cara. Posteriormente, otros tres miembros destacados fueron quemados en la hoguera. El grupo parece haber desaparecido o por lo menos no se sabe más de ellos desde alrededor del año 1550, después de la muerte de su último líder.
Tras la práctica desaparición del grupo amosita, debido a la cruenta persecución suscitada a raíz de la llegada al trono de Bohemia de un gobernante polaco, mas sometido al control de la iglesia, el grupo mayoritario continuó siendo un movimiento religioso, al que aún se siguió conociendo como Unión de Hermanos, pero ya habían modificado sus creencias originales, rechazando algunos puntos básicos como las ideas antitrinitarias de los amositas. A finales del siglo XVI, la Unión de Hermanos formó una alianza con los ultraquistas checos, que habían abrazado fundamentalmente las enseñanzas de otro gran reformador, Lutero, quizás el mas famoso, aunque no el primero ni el más revolucionario. Sin embargo, los hermanos moravos se mantuvieron activos en la traducción y publicación de la Biblia así como de otros libros religiosos. Resulta curioso que en las contraportadas de sus primeras publicaciones incluyeran el Tetragrámaton, las cuatro letras hebreas que componen el nombre personal de Dios.
A pesar de todo, los creyentes del grupo minoritario dejaron su impronta en el panorama religioso de una Europa que apenas salía de la tenebrosidad de la edad media y pronto sería conducida cultural, científica y religiosamente a una revolución imparable, que extraería y rescataría de nuevo las ideas de aquellos lolardos, husitas, hermanos moravos, amositas.
Importante fue la promoción de la actividad misionera sobre todo en Inglaterra en el siglo XVIII, llegando a sus colonias americanas para 1737, una oleada de estos, para luego extenderlas al Africa y América del Sur. Otros grupos ya se habían establecido antes en America y eran parte de las muchas comunidades que viajaron a América en el siglo XVII en busca de la libertad religiosa tan ansiada, algunos de estos y de los que llegaron más tarde, tuvieron contacto con John Wesley en 1738, formando la iglesia Metodista. Pero este será motivo de otro capítulo.
Pese a tanta influencia y mezclas doctrinales, la iglesia Morava todavía existe, en la actualidad, los Hermanos Moravos se destacan por una fuerte acción ecuménica, integrando desde sus inicios el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
Aunque ya muy lejos queda aquella Acta unitas fratrum, de sus inicios, ya que muchas de sus doctrinas fueron sacrificadas en pro del acercamiento al protestantismo. Aunque en base a sus descubrimientos, otros grupos volverían a avivar esa luz en medio de la oscuridad. El Renacimiento cultural, cientifico y religioso estaba por llegar, todos estos pequeños grupos surgidos de los escritos de Wycliffe, sirvieron de antesala para la reforma posterior, la revolución del cristianismo surgido tan solo décadas después.
Algunos descontentos con el husismo,
como el escriturario Chelcický. Abajo,
ilustración. que muestra al sabio checo.
En 1440, Chelcický plasmó sus enseñanzas en un libro titulado Las redes de la fe. Su idea de un cristianismo pacifista, alejado de todo poder temporal, sin un cabeza humano que dirija el entendimiento ni la fe personal, resultaron atractivas para muchos, sobre todo porque muchos desengañados de entre las filas husitas, de ninguna manera querían volver a la iglesia a la que veían como la ramera babilonica de la Biblia y al papa como el anticristo.
Las enseñanzas de este escriturario tuvieron una gran influencia en un contemporáneo suyo algo más joven, Gregorio de Praga, hasta el punto de que este abandonó el movimiento husita. En 1457, Gregorio persuadió a pequeños grupos de anteriores husitas para que se marcharan de sus hogares ubicados en diferentes partes del país y lo siguieran. Así se establecieron en 1458 en la parroquia de un ex-sacerdote utraquista llamado Miguel, en Senftenberg, y allí fundaron con él una nueva colonia en la región de Kunvald. Otras pequeños hermandades o partes de ellas se unieron al grupo de Kunvald. Pero no era su intención el convertirse en una orden monacal, sino que simplemente deseaban vivir en comunidad, intentando vivir un cristianismo sentido desde la base del conocimiento y la fe y no impuesto. Además querían que ese cristianismo fuera una manera de vivir y no un ritual de fines de semana o solo durante la misa.
Con el tiempo se les fueron uniendo grupos de valdenses alemanes y checos. Estos formaron una comunidad a la que llamaron los Unitas Fratum, o hermanos unidos, mas adelante conocidos como hermanos moravos, que se mantuvieron separados de todo movimiento posterior durante gran parte del siglo XV, y fueron famosos por su espíritu misional. Se nombraron cabezas o ancianos con el fin de dirigir organizadamente la comunidad, pero sin la opulencia y potestad de la jerarquía eclesiástica católica. En sus inicios se distinguieron por la abolición de todas las distinciones de rango y fortuna, tomando el nombre de cristianos como la única dignidad para todos por igual; la abolición de los juramentos, del servicio militar, muchas cosas que tomaron de doctrinas valdenses.
DESARROLLO DOCTRINAL
Los Units Fratum, fueron desarrollando su propio patrón doctrinal a medida que interpretaban en las escrituras, y descubrían muchas enseñanzas que llevaban vetadas por años, además llegaron a rechazar otras que por siglos habían sido establecidas como verdades fundamentales, pero que no aparecen en la Biblia que ahora podían leer en checo.
Por ejemplo enseñaron que el espíritu santo era el "dedo" de Dios, su fuerza activa, no lo veían como una persona o ente de la trinidad, doctrina que por otro lado no encontraron bíblica. Entendían que el sacrificio de Jesús consistía en que este hubiera entregado su vida humana perfecta a cambio de la que el pecador Adán había perdido. No veneraban a María, la madre de Jesús. Restauraron la doctrina del sacerdocio de todos los creyentes sin el voto de celibato. Fomentaban la predicación pública por parte de cada miembro de la congregación y expulsaban a los pecadores que no se arrepentían. Ejercieron una separación estricta en cuestiones militares y políticas.
El gobernador de la región, Von Podiebrad mantuvo una estrecha vigilancia sobre la creciente comunidad, por temor a que su crecimiento resultase en rebeliones contra el reino checo. En 1461 arrestó a Gregorio y a varias personas más, bajo sospecha de reavivar la herejía de los Taboristas. Los acusados admitieron que ellos no creían en la presencia real de Cristo en la Eucaristía; pero que habían compartido el pan y el vino en sus reuniones nocturnas como comida común, que además no pretendían imponer sus ideas por la fuerza del poder, pues nunca aspirarían al poder político.
Aquello parece que convenció a las autoridades de que aquel grupo no era de ninguna manera un peligro. Bohemia se estaba convirtiendo en un oasis de tolerancia religiosa en medio de una Europa intransigente con las herejías, por ello muchos fueron los grupos disidentes que buscaron refugio allí, aunque las cosas cambiaron con el tiempo.
Así, Gregorio y los suyos fueron liberados, sin embargo para evitar interferencias futuras, huyeron al Señorío de Reichenau dónde vivieron ocultos en las montañas. Allí, en 1464, se mantuvo una asamblea secreta de las Hermandades de Bohemia y Moravia en la que aceptaron como base de su credo la doctrina de que la justificación se obtiene a través de la fe y las buenas obras, rechazando el bautismo de infantes, y las indulgencias o pagos por la salvación. Se requirió a los ricos que abandonaran sus riquezas y la pompa mundana y vivieran en una pobreza voluntaria. De esa manera los miembros de la comunidad entregaban sus propiedades privadas en beneficio de la Hermandad. Cualquiera que no observara la unidad entre fe y práctica era separado de la comunidad, prohibiendo la comunicación con este.
Para asegurar de un modo ordenado el cuidado espiritual de la comunidad que crecía rápidamente, hasta entonces efectuado por predicadores ambulantes, en 1467 decidieron los «ancianos» en un Sínodo celebrado en la ciudad checa de Lotka, la creación de un estamento sacerdotal independiente, no necesitarían buscar conversión de sacerdotes católicos, para nombrar a los suyos. Esto significó la ruptura definitiva con la Iglesia, pero no solo con la católica, sino con sus antiguos predecesores los lolardos o husitas. A través de un bautismo masivo efectuado precisamente allí en Lotka y dirigido por un anterior obispo valdense, llamado Matías, demostraron su consagración a su nueva fe, con la que intentaron hacer una conexión con la época apostólica primitiva. Por otro lado, la comunidad fue en constante crecimiento, ya no solo se trataba de un foco centrado en una determinada ciudad, sino se fue esparciendo por diferentes pueblos de toda Bohemia, parte de Alemania y Austria.
A partir de entonces las diferentes comunidades de Unitas se denominaron a sí mismos por sus lugares principales de residencia: hermanos de Kunvald, hermanos de Bunzlau y hermanos moravos. Pero sus enemigos y detractores, simplemente les denominaban valdenses o picardos (una deformación del termino begardos, por la búsqueda de la pobreza y sencillez que aquellos ostentaron). Se les identificaba por su estricta neutralidad, y una religiosidad sobresaliente, máxime que en aquellos tiempos, aunque la gente por lo general era creyente, no existía el ateísmo, pero la religiosidad era muy superficial.
Sin embargo la unidad y paz que identificaba a estas comunidades pronto se vio perturbada, pues algunos miembros prominentes querían rebajar las estrictas normas y el aislamiento al que se veían sometidos, buscaban el favor de los gobernantes, temiendo que de lo contrario serían aplastados sin más.
En los Sínodos celebrados en Brandeis primero en 1490 y en Reichenau en 1494 estallaron las tensiones internas existentes en la comunidad que llevaron a una escisión del llamado «grupo minoritario» también conocidos como amositas por su jefe, el presbiterio o anciano Amos. Estos se atenían estrictamente a las reglas del periodo inicial, especialmente a los seis mandamientos menores del sermón de la montaña: no guardar rencor ni enfadarse, no codiciar, no divorciarse, no jurar en vano, no rebelarse contra el mal, hacer bien al enemigo. A partir de 1500 la comunidad que ya contaba con unos 100.000 miembros- recibe la impronta de Procopio de Neuhaus y Lucas de Praga, como lideres del movimiento. Adoptan nuevas formas jurídicas y un nuevo ordenamiento social, un ritual. Para el año 1501 tenían su propio ibro de cánticos, y un libro de normas y conocimiento básico para los iniciados. Sus cánticos en lengua vernácula ejercieron considerable influencia en el canto eclesiástico de Alemania.
Por otro lado otros miembros, quizás los más acomodados o comerciantes empezaron a ceder ante los intereses políticos, ya en 1490 se debatían entre seguir los estrictos preceptos pacifistas y separatistas que los identificaban o se amoldaban y suavizaban sus posturas para atraer a mas adeptos. Así surgió un grupo mayoritario, que de alguna manera se apegó pronto al poder y con el tiempo sus seguidores se acogieron al movimiento protestante, mientras el grupo minoritarios, decidieron rechazar abiertamente a toda religión que no aplicara los fundamentos de la Biblia, predicando denodadamente su postura contraria a la política y al mundo.
Pero para los minoritarios o amositas, pese a quedar en minoría, era vital seguir demostrando separación y limpieza de sus creencias y no volver a contaminarlas con las doctrinas de la iglesia, ni con el poder político. Por ejemplo, un miembro del grupo minoritario moravo escribió al respecto : "La gente que va por dos caminos tiene pocas garantías de permanecer con Dios, ya que solo están dispuestos a ofrecerse y someterse a Él en raras ocasiones y en asuntos menores, mientras que en los de mayor importancia hacen lo que les place. [...] Nosotros queremos contarnos entre los que son de mente firme y tienen buena conciencia, los que siguen a Cristo el Señor cada día con su cruz a cuestas por el camino estrecho".
Ambos grupos siguieron llamándose hermanos unitarios, pero cada vez mas las dos facciones se iban distanciando. Dado que los amositas se apegaron estrechamente a las resoluciones registradas en las Acta, consideraban que eran los auténticos herederos de la Unión de Hermanos original.
La llamada Acta Unitatis Fratrum, escritas en los siglos XV y XVI, y muestran algunas de las creencias defendidas por grupo minoritario de los hermanos moravos. Las declaraciones, redactadas por sus líderes, iban dirigidas principalmente contra la iglesia, pero también hacen referencia al grupo mayoritario. Las principios básicos de su enseñanza quedan relfejados en la famosa acta :
"Aunque busqueis por toda la Biblia, no encontrareis que Dios esté dividido en ninguna clase de Trinidad, compuesta de tres personas con nombres, como se ha inventado la gente."
"El espíritu santo es el dedo de Dios y una dádiva de Dios, un consuelo, o el poder de Dios, que el Padre da a los creyentes sobre la base de los méritos de Cristo. En las Sagradas Escrituras no hallamos que al espíritu santo se le deba llamar un Dios o una persona; tampoco lo muestran las enseñanzas apostólicas."
"Ellos os otorgan incorrectamente el título de 'sacerdote'; pero sin la tonsura y los óleos, no sois superiores en nada al más común de los legos. San Pedro pide a todos los cristianos que sean sacerdotes cuando dice: Ustedes son el sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales (1 Pedro 2)."
"El Señor Cristo dijo a sus apóstoles: Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creación, a los que quieran creer (Marcos, capítulo 16). Y solo después de esas palabras añade: y el que fuere bautizado, será salvo. Pero ustedes enseñan que se bautice a infantes que carecen de fe propia."
"Todo lo que sus primeros hermanos consideraron reprensible e inmundo, unirse al ejército y asesinar, o andar por los caminos con armas, ustedes lo juzgan bueno [...]. Por eso creemos que ustedes, junto con otros maestros, solo comprenden a medias las palabras proféticas que señalan: Allí quebró las saetas del arco, el escudo y el cuchillo y la guerra (Salmo 75). Y estas otras: No harán mal, ni causarán daño en todo mi santo monte, porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, etcétera (Isaías, capítulo 11)."
"Todos sabemos bien que, en un principio, las mujeres llevaron a más personas al arrepentimiento que todos los sacerdotes y el obispo juntos. Pero ahora los sacerdotes se han establecido en sus terrenos y en sus rectorías proporcionadas por la iglesia. ¡Qué gran error! Vayan por todo el mundo. Prediquen [...] a toda criatura."
Se dice que 50 de los 60 libros bohemios o checos impresos entre 1500 y 1510 son obra de miembros de la Unión de Hermanos
Esto fue base de una linea doctrinal que hacía guiños al arrianismo, adopcionismo español, al cristianismo de antes del siglo IV y en definitiva a las raíces del cristianismo del primer siglo.
Estos continuaron siendo muy críticos con otras confesiones religiones, incluso a sus hermanos del grupo mayoritario y contra le protestantismo surgido en le siglo XVI. Sobre dichas religiones se escribió lo siguiente en un documento amosita de la época : "Ustedes enseñan que se debe bautizar a infantes que carecen de fe propia y en esto siguen la institución de un obispo llamado Dionisio, que por instigación de algunas personas poco juiciosas insistió en el bautismo de infantes [...]. Hacen igual casi todos los maestros y doctores, Lutero, Melanchthon, Bucer, Korvín, Jiles, Bullinger; todos siguen la misma tendencia".
Como es lógico, el grupo minoritario de los hermanos moravos o amositas fue cruelmente perseguido. En 1524, a uno de sus líderes, Jan Kalenec, lo azotaron y le quemaron la cara. Posteriormente, otros tres miembros destacados fueron quemados en la hoguera. El grupo parece haber desaparecido o por lo menos no se sabe más de ellos desde alrededor del año 1550, después de la muerte de su último líder.
Tras la práctica desaparición del grupo amosita, debido a la cruenta persecución suscitada a raíz de la llegada al trono de Bohemia de un gobernante polaco, mas sometido al control de la iglesia, el grupo mayoritario continuó siendo un movimiento religioso, al que aún se siguió conociendo como Unión de Hermanos, pero ya habían modificado sus creencias originales, rechazando algunos puntos básicos como las ideas antitrinitarias de los amositas. A finales del siglo XVI, la Unión de Hermanos formó una alianza con los ultraquistas checos, que habían abrazado fundamentalmente las enseñanzas de otro gran reformador, Lutero, quizás el mas famoso, aunque no el primero ni el más revolucionario. Sin embargo, los hermanos moravos se mantuvieron activos en la traducción y publicación de la Biblia así como de otros libros religiosos. Resulta curioso que en las contraportadas de sus primeras publicaciones incluyeran el Tetragrámaton, las cuatro letras hebreas que componen el nombre personal de Dios.
A pesar de todo, los creyentes del grupo minoritario dejaron su impronta en el panorama religioso de una Europa que apenas salía de la tenebrosidad de la edad media y pronto sería conducida cultural, científica y religiosamente a una revolución imparable, que extraería y rescataría de nuevo las ideas de aquellos lolardos, husitas, hermanos moravos, amositas.
Importante fue la promoción de la actividad misionera sobre todo en Inglaterra en el siglo XVIII, llegando a sus colonias americanas para 1737, una oleada de estos, para luego extenderlas al Africa y América del Sur. Otros grupos ya se habían establecido antes en America y eran parte de las muchas comunidades que viajaron a América en el siglo XVII en busca de la libertad religiosa tan ansiada, algunos de estos y de los que llegaron más tarde, tuvieron contacto con John Wesley en 1738, formando la iglesia Metodista. Pero este será motivo de otro capítulo.
Pese a tanta influencia y mezclas doctrinales, la iglesia Morava todavía existe, en la actualidad, los Hermanos Moravos se destacan por una fuerte acción ecuménica, integrando desde sus inicios el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
Aunque ya muy lejos queda aquella Acta unitas fratrum, de sus inicios, ya que muchas de sus doctrinas fueron sacrificadas en pro del acercamiento al protestantismo. Aunque en base a sus descubrimientos, otros grupos volverían a avivar esa luz en medio de la oscuridad. El Renacimiento cultural, cientifico y religioso estaba por llegar, todos estos pequeños grupos surgidos de los escritos de Wycliffe, sirvieron de antesala para la reforma posterior, la revolución del cristianismo surgido tan solo décadas después.
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