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ISBN OC : 978-84-9981-705-7
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Jan Hus y el movimiento husita : Avivando las brasas del reformismo

Jan Hus defendiendo su fe y creencias en el concilio de Constanza en 1415


Jan Hus nacido en Bohemia del sur y como en el caso de John Wycliffe, hay discrepancias sobre el año de su nacimiento, situado entre los años 1369 a 1372. Así en los años de juventud fue contemporáneo de Wycliffe, pero no llegó a saber de el y sus escritos, hasta tiempo después de su muerte. De hecho, aunque algunos alegan que fuera el introductor del lolardismo en Europa continental, no es así realmente.
Los escritos de Wycliffe, llegaron a Bohemia gracias a una circunstancia política mas que religiosa. Resulta que la ambición tanto de Inglaterra por buscar apoyos del Sacro Imperio Romano Germánico, frente a su enemiga Francia, y por otro lado, el ambicioso rey de Bohemia, Wenceslao de Luxemburgo, quién con la unión de su hermana Ana con el rey Ricardo II de Inglaterra, pretendía también sacar provecho, eran los típicos acuerdos firmados con enlaces matrimoniales. Esto sucedió en 1382, con el beneplácito del papa Urbano VI, papa enfrentado con el de Aviñón, y que veía con buenos ojos ese enlace, para obtener apoyos del Bohemia, Luxemburgo, y Alemania, aparte de reforzar los de Inglaterra con los que ya contaba.
Pero fue así como Ana estando en Inglaterra, tuvo noticias de los escritos y la Biblia de Wycliffe y se interesó por ellos. Pudo conseguir algunas copias de las obras del teólogo inglés y los cuatro evangelios. Brindó todo su apoyo a este, al igual que lo hiciera la madre del propio Ricardo II . A través de Ana, los escritos de Wycliffe llegaron a Praga, pues miembros de la corte checa, que visitaron el reino inglés, llevaron de vuelta algunos de los escritos de Wycliffe al regresar a Bohemia, además de establecerse lazos entre la universidad de Praga con la de Oxford.
Así es como al tiempo, Jan Hus, sacerdote católico, quien estudió en la universidad de Praga, y con el tiempo llegó a progresar hasta ser rector de dicha universidad, tuvo contacto con los escritos del reformador inglés. Para el año 1403, casi 20 años después de la muerte de Wycliffe, Hus se había convertido en un defensor a ultranza del teólogo. Pese a que las discusiones sobre las enseñanzas no fueron bien recibidas por las autoridades, sobre todo por las religiosas, Hus tal como hiciera su predecesor en Inglaterra, organizó un grupo en torno suyo a los que adiestró en la nueva enseñanza que encontraba más acorde a las escrituras, proponiéndose traducir las escrituras al checo para beneficio del pueblo, todo ello sin embargo sin renunciar a su fe católica.
A menudo hacía discursos en la universidad y en una importante iglesia llamada "Nueva Belén" , y pronto su mensaje fue calando entre la población checa, sobre todo porque predicó contra la corrupción de la Iglesia Romana y recalcó la importancia de leer la Biblia, para la gente común el poder leer la Biblia en su propio idioma. Tal como sucediera con Wycliffe, al principio Hus se vio favorecido por el conflicto papal que había entre Aviñón y Roma, parece que esto tenía tan entretenido a los líderes eclesiásticos, que no prestaban mucha atención a las quejas que venían desde la jerarquía eclesiástica de Bohemia contra la obra de Hus.
En 1409, los enemigos de Hus, fueron en busca del recién llegado Alejandro V, el papa nombrado en Pisa, el tercero en discordia, y este si tuvo tiempo de emitir una bula papal en la cual se ordenó una investigación al respecto. Con ello, las autoridades eclesiásticas bohemias con, Zbynek Zajíc, el intransigente Arzobispo de Praga a la cabeza, consiguieron excomulgar a Hus y sus seguidores, y ese mismo año, 200 volúmenes de los escritos de Wycliffe fueron quemados. Esa cantidad de libros, si tenemos en cuenta la dificultad que conllevaba copiarlos a mano, indica la amplia repercusión que la enseñanza de Wycliffe había alcanzado para ese tiempo. Hus respondió a la bula del papa, con un tratado en el que razonablemente trataba de indicar que el papa Alejandro estaba mal informado sobre su persona y enseñanza.
Tal fue la dimensión del movimiento protagonizado por Jan Hus, que el rey, aconsejado por sus ministros no tomó parte en su persecución, pues era numerosa la población que le apoyaba y este no quería tener disturbios. Por ello el arzobispo tomó una impopular decisión de castigar a toda la ciudad de Praga, por un decreto en el que excomulgaba a toda la población, prohibiendo celebrar la misa, bautizar a los niños y dar sepultura a los muertos en tanto que Hus permaneciera en la ciudad. Para evitar conflictos, pues si algo tenía Hus, es que era hombre de paz y nada conflictivo, se retiró voluntariamente a su pueblo natal. Desde allí escribió a sus seguidores a los que instó con las siguientes palabras : "Sabed, queridos míos, que si me he separado de vosotros ha sido para seguir el precepto de nuestro Señor Jesucristo para no dar a los malos ocasión de incurrir en una condenación eterna, y para librar a los buenos de aflicción…; pero yo no os he abandonado para renegar de la verdad divina, por la cual, con la asistencia de Dios, deseo morir.»
Hus tenía claro que en aquellos tiempos, por mucho apoyo que tuviese del pueblo, no le valdría de nada ante la impresionante maquinaria inquisitorial de la iglesia, pero a la que el no tenía temor.
Al año siguiente murió el papa y a continuación lo hacía el principal enemigo de los ahora llamados husitas, el arzobispo de Praga, esto fue aprovechado por Jan Hus, para continuar abiertamente con su predicación y volver a la ciudad. Pero el nuevo arzobispo ratificó la decisión de su antecesor y en marzo de 1411 se decreta la aplicación de su excomunión, prohibiéndole hablar en público y la entrada a todas las iglesias de Praga, incluida la famosa Nueva Belén. Poco más de un año después se publica la sentencia final: la excomunión mayor, Hus no solo debe abandonar la ciudad, ni siquiera acercarse a sus alrededores. Pero de nuevo la nobleza bohemia toma partido por Hus y lo cobija hasta 1414, donde se refugia en diversos castillos. Este tiempo en el que debe permanecer escondido, Hus lo aprovecha y escribe mucho, interpreta el Credo Apostólico, los Diez Mandamientos y el Padre Nuestro. Además, redacta un estudio "llamado Sobre la Iglesia", (De Eclesia). Jan Hus continúa manteniendo el contacto con la comunidad formada en torno a Nueva Belén y sus compañeros a través de una numerosa correspondencia.
A diferencia de su predecesor inglés, Hus no fue tan prolífico en sus escritos, ni tan duro, pero los tuvo y muy claros, sobre todo contra la jerarquía de la iglesia, contra el papado al que consideraba una usurpación. En su tratado titulado De Ecclesia, enunció varias proposiciones contra el papado, y una de ellas decía: "Que Pedro nunca fue, y no es, cabeza de la Iglesia". Hus halló que los versículos clave de Mateo 16:15-18 claramente establecían a Jesucristo como el fundamento y cabeza de la Iglesia, siendo esta el entero cuerpo de creyentes escogidos. De modo que la ley de Cristo, tal como se halla en la Palabra de Dios, permanecía suprema, y no la del papa. Más bien, el papado surgió del poder de la Roma imperial. Otra cita de su obra fue : "Rebelarse contra un papa que se equivoca es obedecer a Cristo", ...... la iglesia verdadera, lejos de ser el papa y el establecimiento romano, "es el grupo de todos los escogidos y el cuerpo místico de Cristo, cuya cabeza es Cristo; y la novia de Cristo, a quien por su gran amor él redimió con su propia sangre"(De Eclesia).
También escribió contra la tan denunciada venta de indulgencias, comparable a la venta de mercancías para sacrificios que Cristo encontró en el templo, cuando tiró las mesas de los cambistas y los echó por convertir la casa de su padre en un mercado. Así veía la venta del perdón de pecados y la entrada al cielo, por parte de la iglesia, como un comercio vergonzoso.

Ilustración que muestra a Jan Hus, quemado en la hoguera en 1415, al año siguiente otro lider husita, Jerónimo le seguiría sus pasos.














Uno de sus principales apoyadores y seguidores fue un rico noble llamado Jerónimo de Praga, quien estudió en la universidad de la misma ciudad, donde tuvo contactos con Hus, quedando impresionado por su forma de enseñar y cautivado por los escritos de Wycliffe. Jerónimo, era amante del saber, lo que lo llevó a viajar a menudo para conocer otras culturas y sobre todo la verdad sobre Jesús. Así estuvo en Palestina, en Jerusalén, aquellos viajes los acompañó llevando el mensaje de husita por otros lugares, por lo que se vio a menudo en problemas con los recelosos líderes eclesiásticos y con la temible inquisición. También quiso conocer el rito de la iglesia ortodoxa, lo que lo llevó a visitar Rusia y Lituania, donde se había establecido la autónoma iglesia ortodoxa rusa.
Allí observó que a diferencia de lo que se hacía en su iglesia, en la ortodoxa se practicaba el rito de las dos especies, es decir en la misa se utilizaba y pasaba el cáliz, con el vino y el pan ácimo, cosa que concordaba más con lo que instauró Jesús como memorial de su ultima cena. Fue así como se introdujo entre los husitas ese ritual, que llegó a ser una forma identificatoria para las siguientes generaciones de husitas.
También fue un hombre de acción, así mientras Hus estaba recluido fuera de Praga, Jerónimo siguió activo, no solo en la ciudad sino en otras universidades, donde gracias a su gran dialéctica y elocuencia, fue ganando adeptos a la causa.
En realidad se puede decir que Hus y Jerónimo, rehicieron el lolardismo de Wycliffe, adaptado a la mentalidad checa. Se hizo una traducción de la Biblia al lenguaje de la población, creando incluso una forma de escritura que ha influido en la escritura checa hasta el día de hoy. El eje de las doctrinas o creencias de los llamados husitas, fueron las siguientes :-La comunión bajo las dos especies, (durante las misas los fieles debían comer la hostia y beber el vino).
-La libertad de predicación, que no estaba limitada a una clase clerical, sino era parte del deber de todo cristiano. Aunque seguían teniendo cierta jerarquía dirigente, esta era obligada a hacer voto de pobreza, recibiendo solamente lo necesario para subsistir.
-Reconocían el castigo de los pecados mortales sin hacer distinciones según el rango o nacimiento del pecador, eliminando los privilegios de las indulgencias.
-La predestinación, Dios preconoce y escoge a los fieles.
-La Biblia es la mayor autoridad, mayor que la de los hombres.
-Rechazo al bautismo de infantes.
En 1415 se celebró un concilio en Constanza, allí se invitó a Hus para exponer sus ideas y ser juzgado ante un tribunal religioso. Teniendo el salvoconducto del emperador Segismundo, se sentía seguro, hasta cierto grado, pensando que podría convencer a los dirigentes del concilio, Hus se preparó concienzudamente, no dándose cuenta que aquello era una trampa y su juicio iba a ser desfavorable. La decisión ya estaba tomada, sencillamente sus enemigos escogieron esa oportunidad, pues el concilio realmente era para establecer y poner fin al cisma papal, pero como una sentencia oficial de herejía que llevara a la hoguera, solo podía ser ratificada por el papa y allí estarían los tres, era la ocasión.
¿Porqué había prometido el emperador Segismundo darle un salvoconducto a Hus cuando no iba a ser así? Es muy posible que sencillamente algunos de sus consejeros o mas cercanos colaboradores, le instaran a ello para que se atrapara a Hus sin que el pueblo se levantara. Había que tener en cuenta que de alguna manera Segismundo, aspiraba al trono de Bohemia y quizás fue el pago que debía hacer. El hecho fue que tan solo cuatro años mas tarde en 1419 llega a ser rey de Bohemia.
Pero esa situación no desalienta a Hus, pese a los días de privación y maltrato previos a la sesión en la que iba a encararse a su dura realidad, valientemente, lejos de retractarse, rechaza la acusación de herejía y exige que el concilio le enseñe la verdad, basándose en las escrituras. En su defensa no transigió, ni se retractó de sus creencias, mas bien dijo : "mejor para mi es morir por el bien que vivir en el mal".
Entonces sucedió lo que todos esperaban, fue acusado de hereje, junto a otros miembros prominentes y no tan prominentes, que vieron en Hus un ejemplo de valor, al que imitar, además de condenar a la hoguera al propio John Wycliffe, que llevaba muerto más de veinte años. Pero no se quedó allí la cosa pues se inició una represión, eso si, solo escogiendo a miembros con peso o importancia en el desarrollo del movimiento husita o lolardo. Por ello Jerónimo, nada mas enterarse de la captura de Hus, viajó a Constanza para ayudarle, pero al llegar a la sede del concilio, con la intención de entrar y testificar a favor de su líder, de alguna manera fue avisado de que su vida también corría peligro, por ello huyó, pero ya era tarde, se había dado la orden de atraparle y fue capturado en el camino y llevado en cadenas de vuelta a la ciudad donde fue arrojado a una penosa mazmorra. En esas duras circunstancias, preparó una brillante defensa contra las acusaciones presentadas por los dignatarios reunidos en el Concilio.
A Jan Hus, se dice que al inicio de las sesiones de su juicio, le quitaron las mugrientas ropas con las que llevaba días de humillante cárcel y le impusieron las de un sacerdote, pero solo para después despojarle de estas en un ritual ridículo. Poco después lo condujeron encadenado a su martirio, allí se dice que mencionó una palabras que con el tiempo cobraron un significado especial, al parecer dirigidas al mariscal y los soldados que juntaban la leña y la paja para la hoguera, les dijo : Silenciarán al ganso, pero dentro de 100 años de sus cenizas se levantará un cisne al que no podréis asar.
Algunos afirman que aquello fue una premonición que hacía referencia a Lutero, quien aproximadamente un siglo después clavó sus tesis, naciendo así un movimiento reformista mas solido y fuerte que si hizo mucha mella en la poderosa iglesia. Pero es probable que sencillamente Jan Hus, sabía que el camino tomado por Wycliffe y por el, ya no se podía detener, pues otros mas influyentes y poderosos con el tiempo tendrían que ponerse de su parte, como realmente resultó ser.
Mientras todo eso ocurría, se dice que Jerónimo de Praga queriendo salvar el pellejo, cedió y declaró en primera instancia a favor de la quema de Hus en la hoguera. En otras ocasiones colaborar en apariencia con los inquisidores le ayudó a escapar. Pero viendo que en este caso no le sirvió de nada, pues fue confinado en un cárcel sin opción de salir libre e iba a ser juzgado dijera lo que dijera, decidió seguir el ejemplo de su maestro y así en mayo de 1416 solicitó una nueva audiencia pública donde revocó sus anteriores declaraciones y afirmó que su mayor pecado era el haber negado a Jan Hus. En aquella ocasión presentó un elocuente discurso en defensa de las ideas y la enseñanza de Wycliffe y de Hus, que fue apreciado hasta por algunos dignatarios religiosos, presentes en la reunión.
Con esto se pretendía poner fin al movimiento rebelde, por un lado en Inglaterra, donde sufrieron la brutalidad de la persecución religiosa, solo comparable a la de los valdenses y cátaros del siglo XII. Allí tuvieron que refugiarse y seguir con su obra en el mas estricto secretísimo, hasta bien llegada la revolución reformista.
Pero en Bohemia, el grupo se había hecho muy numeroso, como para aplastarlo o disolverlo con el miedo o las amenazas, además desoyendo las enseñanzas de su maestro sobre el pacifismo cristiano, la gente se echó a las calles y se organizó para la lucha. Al parecer la desaparición de los principales líderes, propició cierta división entre los husitas moderados de Praga, y los mas extremistas. Mientras tuvieron un enemigo común para luchar lo hicieron juntos bajo la dirección de un hombre extraordinario, John Trocznowski, conocido como Zizka o el tuerto y durante quince años tuvo más de un enfrentamiento con los ejércitos imperiales y los cruzados papales enviados para aplastarle. La paz fue a la larga conseguida, no por la fuerza de las armas sino por las hábiles negociaciones que dieron lugar al "Pacto de Basilea" el 30 de noviembre de 1433. El acuerdo se debió principalmente a las concesiones hechas a los mas moderados, llamados ultraquistas, pero tuvo poco o ningún beneficio para los mas extremistas. El descontento llevó a una enemistad que terminó en la Batalla de Lipania, el fatídico 30 de mayo de 1434 con la muerte de Procopio, el líder de los extremistas.
Así el movimiento husita quedó separado definitivamente en dos grupos, por un lado los ultraquistas, llamados así por que tan solo aparentemente mantuvieron la misa llamada de las dos especies, suavizando las distancias con la iglesia. Y por otro lado los que celebraban su culto en el conocido monte Tabor, en el sur de Bohemia, quienes veían a los ultraquistas como traidores a la causa husita. Estos últimos fueron los que iniciaron la lucha en protesta por la muerte de Jan Hus y se rebelaron contra la iglesia violentamente, tomando temporalmente el poder, algo totalmente rechazable por los mas tradicionales moderados, quienes sabían que por la fuerza de las armas no era como se defendía la verdad de Cristo.
Con la llegada al poder de Segismundo, las cosas fueron a peor. Este se negó a darles privilegios especiales a ninguna de las facciones husitas, ni en convertirlos en religión estatal, como pretendían algunos. A raíz de aquello se estableció la llamada cruzada contra los husitas, la iglesia se ganó de alguna manera el favor de los husitas moderados, o ultraquistas, prometiendo mantener sus rituales si les apoyaban en la lucha contra los taboristas. Pero fue otra maniobra falsa, pues el papa no aprobaba tal acuerdo, aquello sirvió no obstante para poder infringir una derrota al movimiento taborista, que durante mas de 20 años había defendido de forma heroica la lucha desigual contra el estado y la poderosa iglesia.
Todo aquello sin embargo solo contribuyó a una matanza sangrienta que llenó de odios y divisiones a la hasta ese momento pacifica Bohemia. Los taboristas parecían estar mas interesados en la política, al querer establecer un estado checo independiente y democrático, sin monarquías sino elegidos por el pueblo, con igualdad entre los ciudadanos, algo lejano e ilusorio para el tiempo que vivían, pero olvidaron que sus originales maestros, John Wycliffe, Jan Hus y Jerónimo de Praga solo pretendían la libertad religiosa y un acercamiento al cristianismo original, alejado del poder y de la política.
Por otro lado, los ultraquistas, fueron nuevamente amenazados y duramente perseguidos por la inquisición, se mantuvieron en la clandestinidad, esperando tiempos mejores que pronto llegarían cuando el protestantismo de Lutero tocara a sus puertas.


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