Ilustración de la conversión de Recaredo al catolicismo.
Para el siglo VI, el mundo occidental estaba dividido en dos grandes corrientes, enfrentadas desde el concilio de Nicea en el 325, y que lejos de buscar un acercamiento, se iban distanciando, no solo religiosamente sino por los politicos o gobiernos de los diferentes reinos surgidos a raíz del demembramiento del imperio romano de occidente. Todavía se mantenían muchas pequeñas mechas que recordaban cual era la enseñanza y esperanza del cristianismo.
Pero poco a poco la hierba iba apagando esos pocos focos de búsqueda y acercamiento a los orígenes doctrinales, curiosamente los primeros en caer fueron algunos de los que parecían mas fuertes. El llamado arrianismo, había crecido en numero en los últimos años del siglo V y los inicios del siglo VI, con la ayuda de los bárbaros, godos, visigodos y ostrogodos, todos tenían en común haber abrazado el arrianismo predicado por Úlfilas, y ahora en imitación de la cristiandad romana, era impuesto en los pueblos conquistados por las ordas godas. Así los arrianos dominaban en Italia con Teodorico; en una parte de las Galias y España con los suevos y con los reyes visigodos anteriores a Recaredo; en la Galia lionesa con los burgundos; en África con los vándalos. Pero poco a poco, por un lado según estos perdían fuelle, y cedían terreno ante el imperio bizantino, en oriente en el 528, fueron expulsados u obligados a la conversión al nicenismo. En África la atracción de la conocida ahora como iglesia copta, en realidad la evolución del monofisismo cristianismo copto, hizo que perdieran apoyos en el continente africano..
En el año 555 los ostrogodos fueron derrotados por el general Belisario el mayor general bizantino, eso significó la desaparición del pueblo ostrogodo de Italia y los Balcanes y por la tanto la caída en desgracia del arrianismo en esa región. Así Roma y sus alrededores volverían a ser totalmente nicenicas, lo que no habían logrado el convencimiento, los argumentos y la palabras, lo lograron los militares bizantinos. Así para el siglo VI, tan solo dominaban la parte mas occidental del imperio, la península hispánica.
En España, donde por décadas se había vivido pacíficamente, salvo pequeños conatos de conflictos de discordia ideológica, en muchos casos por motivos más políticos que religiosos, se había convertido en un estado religioso en el que nicenicos y arrianos compartían partidarios y cada uno tenía su parcela. Pero las cosas se fueron complicando para estos últimos. En el año 586, sube al poder Recaredo, quien por influencias de su tutor Leandro, quien le había enseñado los preceptos nicenicos al que ahora se convertía en monarca, este teniendo dudas en cuanto a seguir su tradición familiar o cambiar al nicenismo, viendo que la población mayoritaria era esta y pretendiendo con ello el apoyo de esa mayoría optó por dar la espalda al arrianismo, esa decisión también incluía intereses políticos internacionales, pues de esa manera estarían en mejor situación con los bizantinos que los asediaban por el sur y norte..
Pero puesto que las doctrinas nicenicas no le convencían del todo, quiso dar una oportunidad de acercamiento, quizás pensando que podría crear una mezcla de ambas religiones, divididas nada mas que por una doctrina, la identidad de Cristo en Dios o la independencia personal de ambos. Por ello fue convocando entrevistas con los líderes de uno y otro bando religioso, pero quizás por la amistad que le unía a su tutor, por la falta de un buen conocedor de términos latinos o griegos en las filas arrianas, o porque sus representantes no fuesen los mejor preparados, el caso es que prefirió tomar la decisión de aceptar los preceptos de Roma. No obstante quiso dar una oportunidad a los arrianos para un acercamiento o cambio de postura, cosa difícil pues llevaban siglos convencidos de tener un solo Dios y seguir a su único hijo, divino pero inferior a el.
Así, llegado el año 589, se convocó el Tercer Concilio de Toledo, donde tuvo lugar la solemne conversión de los visigodos a lo que hoy es el catolicismo, en aquella época todavía no se le conocía por ese nombre. Pero también en ese concilio, se produjo la añadidura del término filioque, por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente del Padre a través del Hijo como decía el credo Nicenico o el salido del concilio de Constantinopla del 381, sino del Padre y del Hijo al decir: Credo in Espíritu Sancto qui ex Patre Filioque procedit.
Aquel concilio toledano y las subsiguiente conversión del rey visigodo, supuso la ruptura con el arrianismo, hasta ahora dominante en el península y pasó a ser una minoría perseguida. Muchos obispos y presbíteros, tuvieron que convertirse si querían seguir ostentando su posición, o fueron sustituidos por nicenicos. En algunos casos los clérigos arrianistas se negaron a entregar a los nicenicos los templos o iglesias y hubo un duro enfrentamiento.
Pero el arrianismo no desapareció por completo en ese momento, como pretenden decir la mayoría de los libros de historia, aunque pasaron de ser la iglesia establecida a ser una minoría perseguida, mucho de sus libros, incluso la Biblia de Úlfilas, pasó a ser libros prohibidos, escondidos, pocos han llegado hasta nuestros días. La costumbre en la edad media, debido a la precariedad industrial, era aprovechar el papiro, utilizando el método del raspado, para sustituir los escritos originales, por otros mas convenientes, así se consiguió hacer desaparecer, multitud de obras arrianas, sobre todo las que tiene que ver con su liturgia, u organización, que aunque muy similar a la romana, carecía de un líder u obispo principal como el que pretendía el obispo de Roma.
Los pocos arrianos que quedaron en el reino hispánico visigodo, cayeron en desgracia, as aún cuando dos siglos después las ordas musulmanas hicieron su aparición en la península y la historia se encargó de pasar pagina. Pero su enseñanza se ha mantenido hasta el día de hoy, resurgiendo durante la edad media de muchos grupos que tomaban como suyas las ideas arrianas, pues en realidad con respecto a la identidad de Cristo, era lo mas cercano a lo que aceptaban los primeros cristianos, les guste o no a los trinitarios es la cruda realidad.
Para el siglo VI, el mundo occidental estaba dividido en dos grandes corrientes, enfrentadas desde el concilio de Nicea en el 325, y que lejos de buscar un acercamiento, se iban distanciando, no solo religiosamente sino por los politicos o gobiernos de los diferentes reinos surgidos a raíz del demembramiento del imperio romano de occidente. Todavía se mantenían muchas pequeñas mechas que recordaban cual era la enseñanza y esperanza del cristianismo.
Pero poco a poco la hierba iba apagando esos pocos focos de búsqueda y acercamiento a los orígenes doctrinales, curiosamente los primeros en caer fueron algunos de los que parecían mas fuertes. El llamado arrianismo, había crecido en numero en los últimos años del siglo V y los inicios del siglo VI, con la ayuda de los bárbaros, godos, visigodos y ostrogodos, todos tenían en común haber abrazado el arrianismo predicado por Úlfilas, y ahora en imitación de la cristiandad romana, era impuesto en los pueblos conquistados por las ordas godas. Así los arrianos dominaban en Italia con Teodorico; en una parte de las Galias y España con los suevos y con los reyes visigodos anteriores a Recaredo; en la Galia lionesa con los burgundos; en África con los vándalos. Pero poco a poco, por un lado según estos perdían fuelle, y cedían terreno ante el imperio bizantino, en oriente en el 528, fueron expulsados u obligados a la conversión al nicenismo. En África la atracción de la conocida ahora como iglesia copta, en realidad la evolución del monofisismo cristianismo copto, hizo que perdieran apoyos en el continente africano..
En el año 555 los ostrogodos fueron derrotados por el general Belisario el mayor general bizantino, eso significó la desaparición del pueblo ostrogodo de Italia y los Balcanes y por la tanto la caída en desgracia del arrianismo en esa región. Así Roma y sus alrededores volverían a ser totalmente nicenicas, lo que no habían logrado el convencimiento, los argumentos y la palabras, lo lograron los militares bizantinos. Así para el siglo VI, tan solo dominaban la parte mas occidental del imperio, la península hispánica.
En España, donde por décadas se había vivido pacíficamente, salvo pequeños conatos de conflictos de discordia ideológica, en muchos casos por motivos más políticos que religiosos, se había convertido en un estado religioso en el que nicenicos y arrianos compartían partidarios y cada uno tenía su parcela. Pero las cosas se fueron complicando para estos últimos. En el año 586, sube al poder Recaredo, quien por influencias de su tutor Leandro, quien le había enseñado los preceptos nicenicos al que ahora se convertía en monarca, este teniendo dudas en cuanto a seguir su tradición familiar o cambiar al nicenismo, viendo que la población mayoritaria era esta y pretendiendo con ello el apoyo de esa mayoría optó por dar la espalda al arrianismo, esa decisión también incluía intereses políticos internacionales, pues de esa manera estarían en mejor situación con los bizantinos que los asediaban por el sur y norte..
Pero puesto que las doctrinas nicenicas no le convencían del todo, quiso dar una oportunidad de acercamiento, quizás pensando que podría crear una mezcla de ambas religiones, divididas nada mas que por una doctrina, la identidad de Cristo en Dios o la independencia personal de ambos. Por ello fue convocando entrevistas con los líderes de uno y otro bando religioso, pero quizás por la amistad que le unía a su tutor, por la falta de un buen conocedor de términos latinos o griegos en las filas arrianas, o porque sus representantes no fuesen los mejor preparados, el caso es que prefirió tomar la decisión de aceptar los preceptos de Roma. No obstante quiso dar una oportunidad a los arrianos para un acercamiento o cambio de postura, cosa difícil pues llevaban siglos convencidos de tener un solo Dios y seguir a su único hijo, divino pero inferior a el.
Así, llegado el año 589, se convocó el Tercer Concilio de Toledo, donde tuvo lugar la solemne conversión de los visigodos a lo que hoy es el catolicismo, en aquella época todavía no se le conocía por ese nombre. Pero también en ese concilio, se produjo la añadidura del término filioque, por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente del Padre a través del Hijo como decía el credo Nicenico o el salido del concilio de Constantinopla del 381, sino del Padre y del Hijo al decir: Credo in Espíritu Sancto qui ex Patre Filioque procedit.
Aquel concilio toledano y las subsiguiente conversión del rey visigodo, supuso la ruptura con el arrianismo, hasta ahora dominante en el península y pasó a ser una minoría perseguida. Muchos obispos y presbíteros, tuvieron que convertirse si querían seguir ostentando su posición, o fueron sustituidos por nicenicos. En algunos casos los clérigos arrianistas se negaron a entregar a los nicenicos los templos o iglesias y hubo un duro enfrentamiento.
Pero el arrianismo no desapareció por completo en ese momento, como pretenden decir la mayoría de los libros de historia, aunque pasaron de ser la iglesia establecida a ser una minoría perseguida, mucho de sus libros, incluso la Biblia de Úlfilas, pasó a ser libros prohibidos, escondidos, pocos han llegado hasta nuestros días. La costumbre en la edad media, debido a la precariedad industrial, era aprovechar el papiro, utilizando el método del raspado, para sustituir los escritos originales, por otros mas convenientes, así se consiguió hacer desaparecer, multitud de obras arrianas, sobre todo las que tiene que ver con su liturgia, u organización, que aunque muy similar a la romana, carecía de un líder u obispo principal como el que pretendía el obispo de Roma.
Los pocos arrianos que quedaron en el reino hispánico visigodo, cayeron en desgracia, as aún cuando dos siglos después las ordas musulmanas hicieron su aparición en la península y la historia se encargó de pasar pagina. Pero su enseñanza se ha mantenido hasta el día de hoy, resurgiendo durante la edad media de muchos grupos que tomaban como suyas las ideas arrianas, pues en realidad con respecto a la identidad de Cristo, era lo mas cercano a lo que aceptaban los primeros cristianos, les guste o no a los trinitarios es la cruda realidad.
HAY QUE VOLVER AL VERDADERO CRISTIANISMO
ResponderEliminarEse verdadero cristianismo primitivo que veia en jesus al enviado de dios , y no a lo que dos siglos mas tarde llegò a desviarse de lo que jesus y las escrituras decian.
Jesus no es ni dios , ni su hijo , ni devemos adorarle , ni a el ni a su madre , Maria.
La Trinidad , es otra gran mentira y manipulación de las palabras de Jesus.
Hay que recuperar a Arrio y a el Arrianismo , y volver a los origenes de la Iglesia primitiva.
Reconocer a las relegiones Judia y Musulmana como relegiones hermanas que comparten , con los Cristianos la creencia en un mismo dios y los libros que dios dio a los profetas Judios , al profeta- mesias Jesus y al último profeta de dios : Mahoma .
Un nuevo cristianismo , que estè - como hizo Jesus- al lado de los pobres ,- y no de los poderosos como la Iglesia Catolica ha estado siempre- por la justicia social , los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres , la tolerancia y respeto a los homsexuales, un Cristianismo tolerante , que acepte que los seres humanos tienen derecho a una muerte digna y no a morir envuelto en tuvos, un Cristianismo que no rechaze los avances de la ciencia y la medicina , en resumen todo lo contrario que hace la ´´ Santisima madre iglesia catolica.
VIVA ARRIO Y EL ARRIANISMO!
todo lo que dices es herejia
ResponderEliminarvamos a morir TODOS
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