Como hemos visto hasta ahora, parece que en el siglo XIX, todas las diferentes tendencias del cristianismo nacidas en los primeros siglos, volvieron a rebrotar en forma de los nuevos movimientos religiosos. Algo parecido a lo que sucedió con la explosión posterior a la edad media, cuando, lolardos, husitas, luteranos, anabaptistas y otros giraban con la vista fija a los orígenes. Ahora, nos encontramos con la última revolución de los movimientos cristianos y de nuevo se ven reflejos de aquellos elementos comunes a los primeros tiempos.
Ya consideramos el nuevo judeocristianismo de la mano de los judíos mesiánicos; el milenarismo profético de milleristas, adventistas y testigos; también el antitrinitarismo prenicenico de estos últimos y de los cristadelfianos; hasta una especie de nuevo maniqueísmo en busca de nuevos profetas, de la mano de los mormones, salvado las distancias. Como no, también a finales del siglo surgieron grupos esotéricos, como la teosofía cristiana, donde la filosofía gnóstica renace de sus extintas cenizas. Pero como no podía ser menos, en una evolución de movimientos dentro del metodismo y de la revolución del movimiento de Campbell, veremos el renacer del montanismo, aunque llevado a extremos nunca vistos, con el uso y abuso de los llamados dones espirituales, "don de lenguas", "curaciones" y otros. Aunque este tema entra en los movimientos iniciados en el siglo XX.
Con respecto a la teosofía, se tratará entre los movimientos en paralelo al cristianismo del siglo XX, pues si bien la idea se originó en 1890, pero fue durante el siguiente siglo cuando realmente cobraron impulso, además los podemos relacionar con ideologías que muy poco tienen que ver ya con el cristianismo y si mucho con la influencia oriental entre grupos marginales. Una influencia que por otro lado se coló de lleno en la década de los sesenta y setenta de este siglo.
En cualquier caso el XX, se puede dividir en dos partes, la primera tiene que ver con la consolidación de la obra misional que dio la oportunidad a numerosos grupos de cristianos alternativos al catolicismo, para llegar a todas partes del mundo. Lógicamente las facilidades que la tecnología moderna en transporte y otros medios han ofrecido, han hecho que el mundo se haga más pequeño y unido, con lo cual la hegemonía religiosa de las grandes iglesias se ha desmoronado.
Otros movimientos religiosos han ido puliendo su doctrina y armonizándola un poco más con las escrituras, gracias al acercamiento que se ha tenido también a documentos y escritos cercanos a los originales. Por otro lado la proliferación de forma masiva de publicaciones religiosas, ha dado a conocer a muchos el fruto de la investigación bíblica aumentante. La competencia entre los diferentes cristianismos ya no se lleva solo en Europa y Norteamérica. En los países de América del sur, feudo del catolicismo colonialista, se abren camino, no sin dificultades otros movimientos que llegan más al pueblo llano y explotan sobre todo en las últimas décadas, poniendo en serio peligro la hegemonía católica. Por otro lado en África los cristianismos autóctonos y tribales, desatan una confusión mayor que en ningún lugar del mundo.
Pero también en la segunda mitad de este siglo XX, se inició un lamentable capitulo que ha manchado y teñido de sangre y corrupción, la idea de cristianismo alternativo. Surge el término acuñado de sectas peligrosas, aplicado en un principio a movimientos radicales normalmente liderados por algún excéntrico y autoritario líder, que ha llevado el fanatismo al extremo de manipular a las masas en derroteros terribles de explotación mental y física. Esto ha sido la última oportunidad que la iglesia ha aprovechado para hacer perseguir a los grupos alternativos y controlar a los suyos, advirtiendo contra la caída en las sectas, donde sin embargo, ha incluido a todo grupo religioso que no congenie con sus tesis. En este último brote de contaminación que ha tratado de ocultar al trigo, hay muchos movimientos, algunos que han acabado en trágicos finales, surgidos en los años 60 y 70, a los que consideraremos con detenimiento.
También la caída en picado del poder que la iglesia católica tenía sobre los estados, es un aspecto determinante en esta época. Si bien hasta mediados de siglo hizo guiños al poder, solo hay que remitirse a la Iglesia en Italia, España y en muchas disctaduras e sudamerica. Incluso el silencio del papado durante el genocidio de Hitler y la atroz persecución religiosa que este efectuó. La otra iglesia, la ortodoxa, si bien sufrió los envites del bolcheviquismo, en otros lugares, como en Grecia, mantuvo su hegemonía y la persecución hacia las minorías, utilizando su influencia sobre los gobiernos. Incluso en la Rusia actual se observa esa influencia. Pero no cabe duda que con el tiempo, los poderes politicos han rebajado mucho el poder de estas iglesias.
Por último veremos como este siglo XX ha visto la aparición de otro gran peligro que por primera vez se presenta en la sociedad mundial, el ateísmo. Si bien, desde la época de la ilustración, han ido surgiendo movimientos que han puesto en duda la existencia de Dios, solo en el siglo XX, se ha experimentado en formar verdaderas sociedades y gobiernos ateos, como se intentó en la extinta Unión Soviética y todos los países del entorno comunista. Incluso hubo algún país europeo, Albania, que se auto proclamó como el primer estado ateo del mundo. Sin embargo estos intentos han fracasado, la idea religiosa ha prosperado en todos esos países y nunca han podido erradicar por la fuerza al cristianismo. Otra cosa es el aumento de la indiferencia religiosa, en la última década del siglo XX y en los inicios del XXI, el nacimiento de grupos de presión y proselitismo ateo, nacido en estos últimos años, pueden hacer mella en una sociedad materialista, como nunca se ha visto. Los ataques de los medios de comunicación y de la llamada opinión pública al sistema religioso y el poco respeto que se le da al hecho religioso, sobre todo en Europa y que parece ir cuajando, incluso en la sociedad Americana, es posible que se extienda por todo el mundo y se convierta en una gran dificultad, ya no solo para los grupos minoritarios sino para las poderosas iglesias católica y ortodoxa.
Como salida para esta situación de negras perspectivas, algunos vaticinan la unión de fes como la única salida a la crisis espiritual actual, hacen referencia a las conversaciones entre la iglesia católica y ortodoxa, los deseos de muchos clérigos anglicanos para unirse al catolicismo, los movimientos de sociedades religiosas, como el "Consejo mundial de Iglesias", a las que casi toda confesión desea ser adscrito. Se habla en los últimos años de un acercamiento incluso hacia el mundo islámico, judío y budista, a fin de hacer frente al laicismo creciente.
Otros hablan de una evolución del fenómeno religioso para convertirse en un sistema de socorro y ayuda al necesitado, como el único servicio útil que la religión moderna puede aportar a la sociedad, muchas religiones se apuntan a ese creciente servicio, pero hoy día eso ya no ese necesariamente un don religioso, pues muchas ONGs y organizaciones humanitarias son seculares y no están formadas por misioneros religiosos, así que tampoco parece que ese pueda ser el fin.
También los tiempos apuntan a una religiosidad a nivel personal e intima en una sociedad laica, en la que se acabará con todos los privilegios y manifestaciones religiosas amparadas por los estados. ¿Cual es el futuro del cristianismo? ¿Se unirán todos los cristianismos en una lucha común contra la indiferencia y el ateísmo? ¿Se convertirán las religiones en ONGs? ¿Veremos en nuestro tiempo el renacer del verdadero cristianismo?
Hasta para los más expertos, son cuestiones de difícil respuesta. En cualquier caso, el fin del sistema religioso como hasta ahora se ha conocido puede estar cerca, se avecinan cambios importantes que afectarán a todos los movimientos religiosos, sea de la indole que sean y mostrarán a las claras por fin donde estará ese trigo escondido. El tiempo dará la respuesta a todos esos interrogantes.
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