Llegamos al siglo XVIII, al tiempo de finalizar el periodo conocido como la época del renacimiento. En estas últimas décadas, finales del siglo XVII, realmente no fueron muchas las nuevas corrientes que surgieron, en la mayoría de los casos los únicos movimientos que saldrían serían divisiones de entre los grupos ya surgidos en el renacimiento, así nacerían las diferentes ramas de los bautistas, los puritanos, unitarios, presbiterianos, congregacionistas y anabaptistas. Inclusive dentro de las iglesias mayores, como la anglicana, surgirían en los siguientes siglos versiones aparentemente independientes, como la Iglesia Episcopal americana, en contraposición a los anticlericales congregacionistas, bautistas y cuáqueros, y en el seno de la Iglesia Católica, los veterocatolicos, y otras agrupaciones menores que después fueron reabsorbidas.
Pero esta nueva era, iniciada a partir del siglo XVIII y que nos lleva hasta estos últimos siglos, surgirá un nuevo crisol o renacimiento espiritual, que llevará a la humanidad a ver el nacimiento de muchas más religiones de signo cristiano, como nunca antes se había visto, para terminar en un conglomerado de ideas y en una aparente confusión doctrinal imposible de entender y aclarar. Pero no es necesariamente negativo este estallido de movimientos religiosos cristianos, muy distintos a los tradicionales.
Esto era de esperar, pues poco a poco, según se iba redescubriendo la Biblia, gracias a la libre circulación de esta por todas partes, muchos empezaban a discurrir y reabrir asuntos olvidados por siglos, otros destaparían doctrinas que la propia Biblia condenaba. Por otro lado, la desaparición de la inquisición, la división de los poderes, religioso y politico, las revoluciones en las que se buscaba la libertad, igualdad y fraternidad, el renacimiento de las democracias lograrán mayor libertad de pensamineto o creencias, por supuesto siempre con ciertas limitaciones, pero este periodo logró hacer que movimientos que intentaron hacer algo y que en otros tiempos habían sido aplastados y destruidos, ahora se movieran con total libertad.
Bien es cierto que el surgimiento de movimientos que condenaban o criticaban doctrinas tradiconales no era nada nuevo, pero la parte final del siglo XVIII y todo el siglo XIX, significó un revulsivo en el que surgirían los principales artífices de cristianismos alternativos que intentaban descubrir aquel trigo escondido entre una maraña de ideas en conflicto.
Sobresaldrán al principio grupos fundamentalistas, algunos de tipo carismático, que se centrarían en los dones espirituales y un revivamiento de la emociones y de los milagros provenientes según los defensores de la causa por el poder del Espíritu Santo. Así surgirán grupos que nos recordarán a los desaparecidos montanistas del siglo II y III. Por otro lado, otro aspecto importante será el tema profético, veremos el gran interés que suscitará en muchos de los nuevos movimientos ver el cumplimiento de profecías y el entendimiento de otros asuntos que habían permanecido escondidos sin que se tocara, quizás porque no era el tiempo. Por eso, de nuevo se hablaría del milenarismo, pero esta vez con base cronológica. También sobresaldrá un tipo de cristianismo caritativo o de ayuda, al tiempo que otros de características más activo, proselitista o predicador, que hará que la idea de cristianismo se extienda a los confines más lejanos del planeta. Por otro lado, también estos siglos, incluyendo en el XX, será testigo de otro tipo de cristianismo, quizás menos positivo, el que aglutine personas en torno a líderes egocéntricos que se personaran como reencarnaciones de Cristo o enviados de Dios y con esas premisas harán estragos. Sin olvidar lo que las nuevas tecnologías o conocimiento científico aportarán al cristianismo del siglo XX, surgirá la alta crítica, el ateísmo, el agnosticismo, la indiferencia, cosas con las cuales hasta esta época apenas habían tenido que lidiar el cristianismo.
El camino que tomarán las diferentes tendencias, tendría que llevar a redescubrir por medio de eliminación de capas y más capas de mala hierba, al verdadero cristianismo, pero eso solo lo podremos juzgar personalmente a la luz del conocimiento de todas estas religiones y movimientos que veremos a partir de aquí, sin olvidar a los que ya hemos tratado hasta ahora y dicha comparación nos dará la respuesta a la gran incógnita, ¿Quién representa a los verdaderos cristianos hoy? O por lo menos ¿Quienes se acercan más a los cristianos primitivos? No es fácil el trabajo que queda por delante, pues el numero de religiones y movimientos cristianos, se ha multiplicado por miles hasta nuestros días, la labor nuestra será entender las ramas más importantes y de entre estas, los grupos que representen más a dichas ramas.
En cada uno queda el ver, comparar, observar los hechos y los resultados que cada grupo cristiano ha sido capaz de aportar a la humanidad. Tampoco se trata de una competición, mas bien diaria que será una refinación, un filtrar, con los hechos y datos que la historia ha registrado, de todas la diferentes ideas y formalismos, para sacar la verdadera sustancia del cristianismo y quien contenga mas de esa sustancia, quizás se acerque a lo que buscamos.
En este documento, solo queremos expresar de la forma mas coherente, mas objetiva, los orígenes y las doctrinas, costumbres y creencias de cada uno de los movimientos, buscando la raíz de dicha doctrina. Para ello y como hasta ahora se ha procurado hacer, se consultará a los propios representantes del movimiento y no tanto a sus enemigos contaminados del prejuicio y de las ideas preconcebidas. Echaremos a un lado la confrontación, pero sin buscar ninguna clase de unión de fés, sino buscando la verdadera fe. Esperemos lograr el objetivo en estos próximos y últimos capítulos, que nos llevarán hasta el día actual, en el que otros serán los enemigos del cristianismo y otros peligros los que acecharán a este.
Pero esta nueva era, iniciada a partir del siglo XVIII y que nos lleva hasta estos últimos siglos, surgirá un nuevo crisol o renacimiento espiritual, que llevará a la humanidad a ver el nacimiento de muchas más religiones de signo cristiano, como nunca antes se había visto, para terminar en un conglomerado de ideas y en una aparente confusión doctrinal imposible de entender y aclarar. Pero no es necesariamente negativo este estallido de movimientos religiosos cristianos, muy distintos a los tradicionales.
Esto era de esperar, pues poco a poco, según se iba redescubriendo la Biblia, gracias a la libre circulación de esta por todas partes, muchos empezaban a discurrir y reabrir asuntos olvidados por siglos, otros destaparían doctrinas que la propia Biblia condenaba. Por otro lado, la desaparición de la inquisición, la división de los poderes, religioso y politico, las revoluciones en las que se buscaba la libertad, igualdad y fraternidad, el renacimiento de las democracias lograrán mayor libertad de pensamineto o creencias, por supuesto siempre con ciertas limitaciones, pero este periodo logró hacer que movimientos que intentaron hacer algo y que en otros tiempos habían sido aplastados y destruidos, ahora se movieran con total libertad.
Bien es cierto que el surgimiento de movimientos que condenaban o criticaban doctrinas tradiconales no era nada nuevo, pero la parte final del siglo XVIII y todo el siglo XIX, significó un revulsivo en el que surgirían los principales artífices de cristianismos alternativos que intentaban descubrir aquel trigo escondido entre una maraña de ideas en conflicto.
Sobresaldrán al principio grupos fundamentalistas, algunos de tipo carismático, que se centrarían en los dones espirituales y un revivamiento de la emociones y de los milagros provenientes según los defensores de la causa por el poder del Espíritu Santo. Así surgirán grupos que nos recordarán a los desaparecidos montanistas del siglo II y III. Por otro lado, otro aspecto importante será el tema profético, veremos el gran interés que suscitará en muchos de los nuevos movimientos ver el cumplimiento de profecías y el entendimiento de otros asuntos que habían permanecido escondidos sin que se tocara, quizás porque no era el tiempo. Por eso, de nuevo se hablaría del milenarismo, pero esta vez con base cronológica. También sobresaldrá un tipo de cristianismo caritativo o de ayuda, al tiempo que otros de características más activo, proselitista o predicador, que hará que la idea de cristianismo se extienda a los confines más lejanos del planeta. Por otro lado, también estos siglos, incluyendo en el XX, será testigo de otro tipo de cristianismo, quizás menos positivo, el que aglutine personas en torno a líderes egocéntricos que se personaran como reencarnaciones de Cristo o enviados de Dios y con esas premisas harán estragos. Sin olvidar lo que las nuevas tecnologías o conocimiento científico aportarán al cristianismo del siglo XX, surgirá la alta crítica, el ateísmo, el agnosticismo, la indiferencia, cosas con las cuales hasta esta época apenas habían tenido que lidiar el cristianismo.
El camino que tomarán las diferentes tendencias, tendría que llevar a redescubrir por medio de eliminación de capas y más capas de mala hierba, al verdadero cristianismo, pero eso solo lo podremos juzgar personalmente a la luz del conocimiento de todas estas religiones y movimientos que veremos a partir de aquí, sin olvidar a los que ya hemos tratado hasta ahora y dicha comparación nos dará la respuesta a la gran incógnita, ¿Quién representa a los verdaderos cristianos hoy? O por lo menos ¿Quienes se acercan más a los cristianos primitivos? No es fácil el trabajo que queda por delante, pues el numero de religiones y movimientos cristianos, se ha multiplicado por miles hasta nuestros días, la labor nuestra será entender las ramas más importantes y de entre estas, los grupos que representen más a dichas ramas.
En cada uno queda el ver, comparar, observar los hechos y los resultados que cada grupo cristiano ha sido capaz de aportar a la humanidad. Tampoco se trata de una competición, mas bien diaria que será una refinación, un filtrar, con los hechos y datos que la historia ha registrado, de todas la diferentes ideas y formalismos, para sacar la verdadera sustancia del cristianismo y quien contenga mas de esa sustancia, quizás se acerque a lo que buscamos.
En este documento, solo queremos expresar de la forma mas coherente, mas objetiva, los orígenes y las doctrinas, costumbres y creencias de cada uno de los movimientos, buscando la raíz de dicha doctrina. Para ello y como hasta ahora se ha procurado hacer, se consultará a los propios representantes del movimiento y no tanto a sus enemigos contaminados del prejuicio y de las ideas preconcebidas. Echaremos a un lado la confrontación, pero sin buscar ninguna clase de unión de fés, sino buscando la verdadera fe. Esperemos lograr el objetivo en estos próximos y últimos capítulos, que nos llevarán hasta el día actual, en el que otros serán los enemigos del cristianismo y otros peligros los que acecharán a este.
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