Otro grupo surgido poco tiempo después fueron los Franciscanos, una orden que nació por iniciativa de Francisco de Asís, (cuyo verdadero nombre fue Giovani Bernardone). Francisco de Asís fue hijo de un rico comerciante, de vida alegre, se dice que su padre empezó a llamarle Francesco, o francesito por los numerosos viajes a las ferias francesas para divertirse. Antes que fraile fue soldado que combatió en la guerra contra Perugia, fue hecho prisionero y allí se dio cuenta del duro trato que se daba a prisioneros, ex-convictos, delincuentes y defenestrados en su época. Pero la llamada hacia su nueva vida la tuvo tiempo después en un encuentro directo con algunos de los olvidados de aquella época, esa llamada de la pobreza hizo que renunciara a toda riqueza formando una orden conocida como Frailes menores.
El aumento de las ciudades trajo consigo también el de los desamparados y pobres que por lo general estaban compuestos por los huidos de las ciudadelas medievales, los que habían perdido todo por las injusticias y caprichos de los señores feudales, viudas, huérfanos y otros. La iglesia, mas preocupada por mantener su poder, o por hacer que cierto rey o poderoso gobernante fuera sumiso a sus disposiciones y por mantener su influencia en las diferentes cortes europeas, se había olvidado casi por completo de estos. Por ello surgieron las ordenes mendicantes, y en mayor proporción los grupos llamados heréticos que se fortalecían entre las escalas mas pobres, como ya hemos considerado.
Así los frailes menores se dedicaron exclusivamente a los pobres, aunque de manara casi exclusiva a darles materialmente, para ser atraídos hacia la iglesia. Al igual que muchas ordenes mendicantes, a la iglesia le convenían este tipo de grupos pues mantenían contentos a las clases pobres sin revolverlos contra ellos. Por lo general ninguna de estas ordenes tenían el propósito de sacar a los pobres de su situación, sencillamente se dedicaban a alimentar pobreza, por medio de limosnas. Obtuvieron permiso de Inocencio III en 1209, en el mismo año en que este enviara cruzados contra los otros pobres del languedoc. Es curioso el contraste, la iglesia perseguía a grupos como los pobres de Lyon, Los pobres Lombardos, y otros movimientos que procuraban dar una vida mas satisfactoria y mas activa a los pobres, mientras premiaba a los que los mantenían en su sitio.
El nombre de Franciscanos, como se conoce a la orden surgió después de la muerte de Francisco de Asís, siguieron su dedicación a restaurar templos y pedir para los pobres. Pero por exigencias de la iglesia debían abandonar las reglas implantadas por el originador, quien en el fondo deseaba que aquellos pobres tuvieran mas peso en la iglesia. En 1279, el papa Nicolás III, permitió que pudieran tener propiedades y otros bienes, cosa que chocaba frontalmente con las reglas originales del Francisco de Asís, así surgió la controversia. Por otro lado es muy posible que Francisco de Asís o alguno de sus primeros discípulos tuviera contacto con las profecías de Joaquín de Fiore, quien anunciaba el advenimiento de una nueva era en la que los monjes de la pobreza heredarían la cabeza de la iglesia, dando orígen a los Hermanos espirituales, (Fraticelli) o franciscanos espirituales, en contraste con los conventuales, quienes se amoldaron a las normas de la iglesia y lo establecido por Nicolás III. Otro papa sin embargo, el breve Clemente V, quiso acercar posturas entre ambos y hacer que se establecieran a la manera de los espirituales. De hecho este papa fue aclamado como el que cumpliría las profecías del de Fiore, pero como veremos no llegó a ser así.
Con el tiempo, las cosas se tornaron más alejadas a los intereses de los Fraticelli. Por ello, algunos de los llamados franciscanos espirituales, tomaron posturas encontradas contra la iglesia. Hacia finales del siglo XIII, surgió la figura de Pierre Olivi, quien destacó en el sur de Francia por predicar que la iglesia era la "prostituta Babilonia", mencionada en el Apocalipsis y esperaban que después de las duras persecuciones que aquella zona sufría, ellos serían la base para una renovada iglesia, la iglesia del Espíritu Santo.
A partir del siglo XIV toman el nombre de Fraticelli, sobre todo tras el nuevo impulso de otro importante líder llamado Angelo da Clareno, quien toma el mando de la comunidad, que ya para ese tiempo había roto lazos con sus anteriores compañeros franciscanos. Huyendo de las persecuciones de la inquisición, encontró refugio en Avignon, entre algunos cardenales para los que trabajó durante un tiempo. Pero al papa Juan XXII, no le hizo falta muchos informes de la inquisición, para el año 1317, declara excomulgado a Angelo, pese a defenderse de forma magistral con argumentos convincentes, fue exiliado y organizó una ermita, que también fue prohibida.
Angelo se somete temporalmente, pero como ya ocurriera con Arnaldo de Brescia siglos atrás, en 1318 escapa a Italia Central, donde, reorganiza de nuevo a la disuelta orden de los hermanos espirituales, designa provinciales, ministros y custodios, establece nuevos monasterios, publica cartas que se envían a los diferentes monasterios, recibe novicios y sus adherentes se declaran a sí mismos los Frailes Menores originales. Niegan que Juan XXII sea realmente papa, dado que derogó la Regla de Francisco de Asís, la cual, de acuerdo a su entendimiento, representa al Evangelio puro y simple. Sostienen que los decretos del papa son inválidos, todos los otros religiosos y prelados son condenados, y que el haber cometido pecado mortal priva a los sacerdotes de su dignidad y poder.
Angelo disfrutó de la protección del Abad de Subiaco, a pesar del hecho que el papa Juan XXII comisionó ciertos guardias de los claustros de Ara Coeli que detuvieran a Angelo, el poder de convicción de aquel hombre hacía imposible detenerle, sencillamente con su habla y argumentación dejaba sin armas a sus captores y lo dejaban marchar sin mas. Igualmente infructuoso resultó un edicto papal para su encarcelamiento, dictado el 22 de noviembre de 1331, cuando escapó al sur de Italia. Así, de la misma manera que Valdo salvó su vida de morir martirizado, Angelo murió el 15 de julio de 1337 en paz. Pero la inquisición aprovechó la falta de aquel líder y sufrió duramente, siendo obligados a la clandestinidad, lo último que se supo de ellos fue por el año 1466 donde se informa de un gran proceso contra ellos en Roma.
Curiosamente, sus ex-hermanos los franciscanos conventuales, si recibieron el beneplácito de la iglesia y fueron utilizados mas adelante como informadores para la inquisición y compitieron con dominicos en esa cruel y devastadora labor.
El aumento de las ciudades trajo consigo también el de los desamparados y pobres que por lo general estaban compuestos por los huidos de las ciudadelas medievales, los que habían perdido todo por las injusticias y caprichos de los señores feudales, viudas, huérfanos y otros. La iglesia, mas preocupada por mantener su poder, o por hacer que cierto rey o poderoso gobernante fuera sumiso a sus disposiciones y por mantener su influencia en las diferentes cortes europeas, se había olvidado casi por completo de estos. Por ello surgieron las ordenes mendicantes, y en mayor proporción los grupos llamados heréticos que se fortalecían entre las escalas mas pobres, como ya hemos considerado.
Así los frailes menores se dedicaron exclusivamente a los pobres, aunque de manara casi exclusiva a darles materialmente, para ser atraídos hacia la iglesia. Al igual que muchas ordenes mendicantes, a la iglesia le convenían este tipo de grupos pues mantenían contentos a las clases pobres sin revolverlos contra ellos. Por lo general ninguna de estas ordenes tenían el propósito de sacar a los pobres de su situación, sencillamente se dedicaban a alimentar pobreza, por medio de limosnas. Obtuvieron permiso de Inocencio III en 1209, en el mismo año en que este enviara cruzados contra los otros pobres del languedoc. Es curioso el contraste, la iglesia perseguía a grupos como los pobres de Lyon, Los pobres Lombardos, y otros movimientos que procuraban dar una vida mas satisfactoria y mas activa a los pobres, mientras premiaba a los que los mantenían en su sitio.
El nombre de Franciscanos, como se conoce a la orden surgió después de la muerte de Francisco de Asís, siguieron su dedicación a restaurar templos y pedir para los pobres. Pero por exigencias de la iglesia debían abandonar las reglas implantadas por el originador, quien en el fondo deseaba que aquellos pobres tuvieran mas peso en la iglesia. En 1279, el papa Nicolás III, permitió que pudieran tener propiedades y otros bienes, cosa que chocaba frontalmente con las reglas originales del Francisco de Asís, así surgió la controversia. Por otro lado es muy posible que Francisco de Asís o alguno de sus primeros discípulos tuviera contacto con las profecías de Joaquín de Fiore, quien anunciaba el advenimiento de una nueva era en la que los monjes de la pobreza heredarían la cabeza de la iglesia, dando orígen a los Hermanos espirituales, (Fraticelli) o franciscanos espirituales, en contraste con los conventuales, quienes se amoldaron a las normas de la iglesia y lo establecido por Nicolás III. Otro papa sin embargo, el breve Clemente V, quiso acercar posturas entre ambos y hacer que se establecieran a la manera de los espirituales. De hecho este papa fue aclamado como el que cumpliría las profecías del de Fiore, pero como veremos no llegó a ser así.
Con el tiempo, las cosas se tornaron más alejadas a los intereses de los Fraticelli. Por ello, algunos de los llamados franciscanos espirituales, tomaron posturas encontradas contra la iglesia. Hacia finales del siglo XIII, surgió la figura de Pierre Olivi, quien destacó en el sur de Francia por predicar que la iglesia era la "prostituta Babilonia", mencionada en el Apocalipsis y esperaban que después de las duras persecuciones que aquella zona sufría, ellos serían la base para una renovada iglesia, la iglesia del Espíritu Santo.
A partir del siglo XIV toman el nombre de Fraticelli, sobre todo tras el nuevo impulso de otro importante líder llamado Angelo da Clareno, quien toma el mando de la comunidad, que ya para ese tiempo había roto lazos con sus anteriores compañeros franciscanos. Huyendo de las persecuciones de la inquisición, encontró refugio en Avignon, entre algunos cardenales para los que trabajó durante un tiempo. Pero al papa Juan XXII, no le hizo falta muchos informes de la inquisición, para el año 1317, declara excomulgado a Angelo, pese a defenderse de forma magistral con argumentos convincentes, fue exiliado y organizó una ermita, que también fue prohibida.
Angelo se somete temporalmente, pero como ya ocurriera con Arnaldo de Brescia siglos atrás, en 1318 escapa a Italia Central, donde, reorganiza de nuevo a la disuelta orden de los hermanos espirituales, designa provinciales, ministros y custodios, establece nuevos monasterios, publica cartas que se envían a los diferentes monasterios, recibe novicios y sus adherentes se declaran a sí mismos los Frailes Menores originales. Niegan que Juan XXII sea realmente papa, dado que derogó la Regla de Francisco de Asís, la cual, de acuerdo a su entendimiento, representa al Evangelio puro y simple. Sostienen que los decretos del papa son inválidos, todos los otros religiosos y prelados son condenados, y que el haber cometido pecado mortal priva a los sacerdotes de su dignidad y poder.
Angelo disfrutó de la protección del Abad de Subiaco, a pesar del hecho que el papa Juan XXII comisionó ciertos guardias de los claustros de Ara Coeli que detuvieran a Angelo, el poder de convicción de aquel hombre hacía imposible detenerle, sencillamente con su habla y argumentación dejaba sin armas a sus captores y lo dejaban marchar sin mas. Igualmente infructuoso resultó un edicto papal para su encarcelamiento, dictado el 22 de noviembre de 1331, cuando escapó al sur de Italia. Así, de la misma manera que Valdo salvó su vida de morir martirizado, Angelo murió el 15 de julio de 1337 en paz. Pero la inquisición aprovechó la falta de aquel líder y sufrió duramente, siendo obligados a la clandestinidad, lo último que se supo de ellos fue por el año 1466 donde se informa de un gran proceso contra ellos en Roma.
Curiosamente, sus ex-hermanos los franciscanos conventuales, si recibieron el beneplácito de la iglesia y fueron utilizados mas adelante como informadores para la inquisición y compitieron con dominicos en esa cruel y devastadora labor.
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