Lo que si queda claro al concluir lo acontecido en el cristianismo de este siglo II, es que todavía guardaba muchas similitudes con el primitivo, en cuanto a enseñanzas, separación total de los poderes políticos y sencillez de rituales. Aunque ya empezaron a brotar tímidamente conjeturas ajenas, importadas básicamente de ideas tanto de oriente y sur, (gnosticismo) como de la filosofía griega. Estas influencias, aunque atacadas en un principio, el tiempo no evitó que se fueran introducidos algunos de sus preceptos o formas, siendo asimiladas y adaptadas por un grupo central o cuerpo gobernante, claramente débil en ese tiempo. Lo cual fue la causa del auge de tantas tendencias que desgajaron la unidad de la que había presumido en el primer siglo.
Por otro lado, quizás las crueles persecuciones, sobre todo en la primera mitad, nos oculten la verdadera identidad de sus líderes y por ello el cristianismo de esa época da la apariencia de estar descabezado, o como siendo dirigido desde muchos puntos y lugares y sobre todo con diferentes y contradictorios criterios. Sea como fuere, algunas de las tendencias nacidas en este siglo fueron convertidas en religiones distintas en tiempos posteriores. Aunque aparentemente una mayoría siguiese la rutina de la iglesia o congregación base, es importante valorar las demás tendencias que de haber sido apoyadas por los poderes facticos, como lo fueron otras, quizás no habrían desaparecido, ni hubiesen sido tan minoritarias.
También, el siglo II, trajo consigo, un cambio significativo, sobre todo en su segunda mitad, es el cambio con respecto a la relación con la religión judía. La mayoría de las tendencias cristianas o por lo menos las que mas influencia tuvieron, se fueron alejando cada vez más del judaísmo, al que se rechazó de forma incluso vituperante y excesiva en algunos casos. Esto fue la razón por la que se infiltraron y salieron a la palestra, tendencias extremas contrarias incluso al uso del antiguo testamento y por otro lado la introducción de partidarios de la deificación de Cristo, al que poco a poco se le va diluyendo o asignando adjetivos, cada vez mas cercanos a Dios.
Por otro lado, y sobre todo a partir del segundo cuarto de siglo, vemos el abandono del sistema de congregaciones independientes, unidos en torno a un cuerpo gobernante, al surgimiento de lo que sentó las bases de un sistema jerárquico, en la que los obispos poco a poco iban teniendo mas poder y de entre los cuales surgirían nuevas categorías y posiciones, hasta llegar al cuerpo gobernante, en el que, eso si, hasta ese momento no había un líder destacable, ni se pretendía todavía aún. El sistema piramidal, al igual que sucediera en el primer siglo, no se aceptaba aún, es mas el rechazo a ciertos líderes destacados o carismáticos mostraba que no se debía tolerar la autoridad de un solo hombre.
Por otro lado, sobre todo la segunda mitad del siglo, vio el surgimiento de personajes que quisieron establecer sistema vertical de un solo líder en torno al cual giraría todo. De estos tres sistemas que componen las diferentes formas de cristianismo actuales, dos nacieron en este segundo siglo, el sistema jerárquico basado en plataformas de obispos. El piramidal, que conlleva parte de los dos (Líder y jerarquía) todavía había de aguardar un tiempo. Y el vertical, todo en torno a un líder absoluto.
Por otro lado, quizás las crueles persecuciones, sobre todo en la primera mitad, nos oculten la verdadera identidad de sus líderes y por ello el cristianismo de esa época da la apariencia de estar descabezado, o como siendo dirigido desde muchos puntos y lugares y sobre todo con diferentes y contradictorios criterios. Sea como fuere, algunas de las tendencias nacidas en este siglo fueron convertidas en religiones distintas en tiempos posteriores. Aunque aparentemente una mayoría siguiese la rutina de la iglesia o congregación base, es importante valorar las demás tendencias que de haber sido apoyadas por los poderes facticos, como lo fueron otras, quizás no habrían desaparecido, ni hubiesen sido tan minoritarias.
También, el siglo II, trajo consigo, un cambio significativo, sobre todo en su segunda mitad, es el cambio con respecto a la relación con la religión judía. La mayoría de las tendencias cristianas o por lo menos las que mas influencia tuvieron, se fueron alejando cada vez más del judaísmo, al que se rechazó de forma incluso vituperante y excesiva en algunos casos. Esto fue la razón por la que se infiltraron y salieron a la palestra, tendencias extremas contrarias incluso al uso del antiguo testamento y por otro lado la introducción de partidarios de la deificación de Cristo, al que poco a poco se le va diluyendo o asignando adjetivos, cada vez mas cercanos a Dios.
Por otro lado, y sobre todo a partir del segundo cuarto de siglo, vemos el abandono del sistema de congregaciones independientes, unidos en torno a un cuerpo gobernante, al surgimiento de lo que sentó las bases de un sistema jerárquico, en la que los obispos poco a poco iban teniendo mas poder y de entre los cuales surgirían nuevas categorías y posiciones, hasta llegar al cuerpo gobernante, en el que, eso si, hasta ese momento no había un líder destacable, ni se pretendía todavía aún. El sistema piramidal, al igual que sucediera en el primer siglo, no se aceptaba aún, es mas el rechazo a ciertos líderes destacados o carismáticos mostraba que no se debía tolerar la autoridad de un solo hombre.
Por otro lado, sobre todo la segunda mitad del siglo, vio el surgimiento de personajes que quisieron establecer sistema vertical de un solo líder en torno al cual giraría todo. De estos tres sistemas que componen las diferentes formas de cristianismo actuales, dos nacieron en este segundo siglo, el sistema jerárquico basado en plataformas de obispos. El piramidal, que conlleva parte de los dos (Líder y jerarquía) todavía había de aguardar un tiempo. Y el vertical, todo en torno a un líder absoluto.
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