Terminamos el siglo II con un escritor apologista mas peculiar si cabe, en sus formas y mensaje, y en el que las citas a las escrituras bíblicas ya no cuenta, Minuncio Félix. Este fue el primero de los que directamente escribieron en latín, quizás para mostrar el cristianismo al mundo mas occidental. Minuncio Félix era un abogado cristiano de Roma; su única obra, el Octavio, es una apología que ha sido objeto de incontables estudios; su lenguaje es elegante, una exposición sin pretensiones de atacar a otras ideas, sino tratando de defender al cristianismo con la razón y con las ventajas de la moralidad y costumbre cristianas.
El diálogo de Minucio Félix en Octavio, es una paradójica defensa del Evangelio en la que ni una sola vez se menciona a Cristo. Unos amigos pasean por una playa próxima a Roma, conversando tranquilamente, en la misma disposición espiritual con que dos siglos antes lo hacían Cicerón y Lelio. La materia de su diálogo es el cristianismo, pero un cristianismo escondido como una forma solapada de cultura o forma de expresión cultural mas que como una fe, aunque también vale decir que fue un defensor también a ultranza de la enseñanza de la resurrección.
Entre otras cosas, es llamativo el hecho de refutar la idea que tenían los romanos paganos que acusaban a los cristianos de adorar a un hombre muerto como un criminal y venerar el instrumento de tortura : No deseamos escuchar estas y otras indecencias similares, es vergonzoso tener que defendernos de dichos cargos. La gente que vive una vida casta y virtuosa es difamada por ustedes con hechos que no consideramos posibles, excepto porque los vemos a ustedes mismos haciéndolos. Más aún, cuando ustedes atribuyen a nuestra religión la adoración de un criminal y su cruz, se descarrían de la verdad al pensar que un criminal merecería ser digno de fe como Dios o que pudiera ser posible creer en un mortal como en Dios. De hecho, es miserable el hombre cuya esperanza depende totalmente en un mortal, porque dicha esperanza cesa con la muerte." Sin embargo ustedes escogen un hombre para su adoración", pero no hacen tales admisiones para los cristianos. (Octavio 2,3)
Y con respecto a la cruz refuta lo siguiente : Nosotros no las adoramos, ni les hacemos peticiones. ....Pero ustedes sin son culpables de usar signos de cruces y otros símbolos mas perversos es su propia adoración y en su vida cotidiana (Octavio)
Por la manera de expresar y defender el cristianismo, algunos acusan a Minuncio Félix de ser un cristiano cuanto menos peculiar, por el hecho de rechazar la adoración a Jesús y la veneración a la cruz. Pero esto críticos olvidan que la adoración a Jesús como Dios, no se dio hasta muchas décadas después, y para la adoración o veneración de la cruz desde el tiempo de Minuncio faltaban dos siglos.
El autor tuvo a Cicerón como modelo, y también se observan influencias de Séneca así como, en menor grado, de otros autores, a los que alguna vez cita. Lo mas llamativo es que no aparecen citas de la Escrituras, quizás por el hecho de que estas no tenían ningún valor especial a los ojos de un pagano, y lo que se explica de la fe de los cristianos se limita a las verdades que podemos conocer con la razón natural.
El diálogo de Minucio Félix en Octavio, es una paradójica defensa del Evangelio en la que ni una sola vez se menciona a Cristo. Unos amigos pasean por una playa próxima a Roma, conversando tranquilamente, en la misma disposición espiritual con que dos siglos antes lo hacían Cicerón y Lelio. La materia de su diálogo es el cristianismo, pero un cristianismo escondido como una forma solapada de cultura o forma de expresión cultural mas que como una fe, aunque también vale decir que fue un defensor también a ultranza de la enseñanza de la resurrección.
Entre otras cosas, es llamativo el hecho de refutar la idea que tenían los romanos paganos que acusaban a los cristianos de adorar a un hombre muerto como un criminal y venerar el instrumento de tortura : No deseamos escuchar estas y otras indecencias similares, es vergonzoso tener que defendernos de dichos cargos. La gente que vive una vida casta y virtuosa es difamada por ustedes con hechos que no consideramos posibles, excepto porque los vemos a ustedes mismos haciéndolos. Más aún, cuando ustedes atribuyen a nuestra religión la adoración de un criminal y su cruz, se descarrían de la verdad al pensar que un criminal merecería ser digno de fe como Dios o que pudiera ser posible creer en un mortal como en Dios. De hecho, es miserable el hombre cuya esperanza depende totalmente en un mortal, porque dicha esperanza cesa con la muerte." Sin embargo ustedes escogen un hombre para su adoración", pero no hacen tales admisiones para los cristianos. (Octavio 2,3)
Y con respecto a la cruz refuta lo siguiente : Nosotros no las adoramos, ni les hacemos peticiones. ....Pero ustedes sin son culpables de usar signos de cruces y otros símbolos mas perversos es su propia adoración y en su vida cotidiana (Octavio)
Por la manera de expresar y defender el cristianismo, algunos acusan a Minuncio Félix de ser un cristiano cuanto menos peculiar, por el hecho de rechazar la adoración a Jesús y la veneración a la cruz. Pero esto críticos olvidan que la adoración a Jesús como Dios, no se dio hasta muchas décadas después, y para la adoración o veneración de la cruz desde el tiempo de Minuncio faltaban dos siglos.
El autor tuvo a Cicerón como modelo, y también se observan influencias de Séneca así como, en menor grado, de otros autores, a los que alguna vez cita. Lo mas llamativo es que no aparecen citas de la Escrituras, quizás por el hecho de que estas no tenían ningún valor especial a los ojos de un pagano, y lo que se explica de la fe de los cristianos se limita a las verdades que podemos conocer con la razón natural.
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